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▪︎Confusión▪︎

Un nuevo día en el hermoso pueblo de Avonlea comienza. Hoy el sol brillaba con más ganas, la brisa se sentía un tanto más cálida y ya se podía respirar en el aire como la primavera se aproximaba.

El último día de clases había llegado, lo que para Cole significaba en cierta parte el termino de un periodo feliz.

En la  escuela aunque no era muy sociable Cole contaba con tiempo para poder desarrollar su arte y compartir con sus amigos. Ahora que las clases acababan sabía que el único lugar en el que pasaría sus vacaciones sería en la granja ayudando en las labores de hombres.

Cole despertó entre el sonido de los animales en el granero. Sintió un poco de frío al despertar ya que el granero no lograba dar el calor suficiente.
Se levantó y se dispuso a caminar a la escuela, sabía que no era necesario entrar a la casa ya que sus padres solo lo reprenderían así que decidió evitarse esa discusión.
Al pasar por fuera de la casa de Gilbert se sintió muy mal por lo que había sucedido anoche. Se sentía un tanto avergonzado por lo que había ocasionado  anoche, se detuvo solo unos segundos en la cerca de Gilbert y  mejor decidió caminar.

Al llegar a la escuela, abrió la puerta y se encontró con Anne y Diana quienes ya se encontraban en el salón.
- Hola chicas como están?
- Muy bien Cole, como te encuentras tu?  Dijo sutilmente Diana.
- Estoy bien, o eso creo. Que sucede Anne? Por que no has dicho ninguna palabra.
- Estoy sumida en la desesperación Cole.
- Estas bien? Que pasó?
Anne se levantó de su puesto y comenzó a hablar en voz baja a Cole y Diana.
- Hoy  venía de camino por el sendero de Green Gables a la escuela cuando de pronto sentí un ruido entre los árboles. Me sorprendí mucho al ver quien era.

- QUIEN? preguntaron ambos chicos muy intrigados.
- Era Billy Andrews! Se encontraba desolado y lucía muy triste. Como si algo malo le ocurriera.
- Debe estar pasando por algún momento difícil, espero pronto este mejor. Susurró Cole
-Se que quizás el a veces hace bromas crueles pero creo que nadie merece sentirse así. Dijo Anne de una manera muy compasiva.

Cole solo bajo la cabeza. Todos los chicos se asustaron al ver a los demás alumnos llegar y más atrás al señor Phillips.
Todos habían llegado menos Gilbert, lo cual a Cole lo hacía estar más nervioso.

El señor Phillips comenzó su última clase, les ordenó sacar el libro de literatura y comenzar a leer.
De pronto se abrió la puerta y ahí estaba el, Gilbert Blyte entrando a la clase 5 minutos atrasado. Tenía su ropa ordenada, su cabello negro  con esos característicos rulos que lo diferenciaban tanto.

- Llegas tarde Blyte. Exclamó en un tono molesto el señor Phillips.
- Lo siento señor. No volverá a ocurrir.
- Está bien, puedes tomar asiento.

Gilbert caminó hacia el puesto de Cole y se sentó de manera muy silenciosa. Cole sentía que su corazón iba a estallar, estaba tan nervioso que sus manos sudaban y sus blancas mejillas tenían un color tan rojo como el de una manzana.
Gilbert solo se sentó, espero un momento a que el señor Phillips de diera vuelta y se acercó al oído de Cole.

-Buenos días. Susurró
Cole estaba atónito, pensó que Gilbert lo odiaría después de lo que pasó.
- Amm. Hola. Susurró con una voz frágil y nerviosa.

Gilbert le devolvió una suave sonrisa y se dispuso a leer su tarea.

Esa mañana solo estuvieron trabajando es su tarea, ninguna otra palabra se cruzó, lo que ponía aún más nervioso a Cole. Sus manos le sudaban y el rojo de sus mejillas no desaparecía.

-Hora del almuerzo alumnos! Gritó el señor Phillips luego de 3 horas de tarea.

Todos los alumnos se pararon y corrieron a sus lugares donde normalmente suelen ir.