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▪︎Un nuevo comienzo▪︎

Cole se encontraba en la estación de trenes de Avonlea, tomaría el primero  que fuera lo más pronto hacia Charlottetown, decidió que iría donde Josephine Barry.

Ella lo ayudaría y quizás si tenía suerte lo recibirá por unos días.

Estaba sentado en una de las bancas de la estación cuando de pronto vió a Gilbert y a Bash acercándose hacia el.

- Buenos días Cole! Exclamó Bash.

- Buenos días, que haces acá Cole? Preguntó Gilbert confundido.

- Hola... tengo que hacer un viaje. Respondió Cole nervioso mientras intentaba ocultar su labio herido por el golpe de su padre

- Te molesta que nos sentemos? Preguntó Bash acercándose a la banca.

- Oh! Claro que no. Dijo Cole.

Gilbert y Bash se sentaron y comenzaron a esperar.

- Oh, casi lo olvidó! Los boletos del tren Gilbert, iré a compramos. Dijo Bash.

- Esta bien. Respondió Gilbert

Bash comenzó a caminar hacia la venta de boletos dejando a Cole y Gilbert solos  .

- Estás bien? Luces triste. Dijo Gilbert intentó mirar a Cole a los ojos.

- Estoy bien Gilbert. Respondió cortante.

- Que tienes ahí? Gilbert tomó la cara de Cole y la giró suavemente.

- Nada, no es nada.

- Tengo algo en mi bolso que puede ayudar

- No, estoy bien Gilbert, gracias de todas maneras pero no lo necesito.

- Esta bien.

- Y tu hacia donde vas? Preguntó Cole desviando la mirada y distrayendo a Gilbert.

- Voy a mis clases de medicina que estoy tomando con un doctor de Charlottetown.

- Me alegro por ti, espero algún día seas un gran doctor.

- Muchas gracias Cole.

Ambos se quedaron mirando cuando de pronto escucharon un grito.

- Saliendo a Charlottetown! Suban a reservar sus asientos!

Cole se paró y comenzó a caminar con su pequeño bolso.

- Nos vemos Gilbert. Dijo el rubio mientras caminaba lentamente.

- Nos vemos Cole! Exclamó Gilbert mientras alzaba su mano en forma de despedida.

Cole subió al tren, entregó su boleto y se sentó en su lugar, dejó su bolso en sus pies y comenzó a mirar atravez de la ventana.

Esta sería la última vez que estaría en Avonlea. Le dio algo de nostalgia la despedida, aunque su vida no era muy feliz ahí, Cole pensaba en los buenos momentos que pasó con sus amigos, con Billy, con Gilbert. Momentos que quizás ya no los podría volver a vivir.

El tren comenzó a avanzar y Cole solo observó todo a su alrededor, tenía una mirada triste pero a la vez tenía una sensación de alivio en su pecho.

El viaje se le hizo muy largo y lo único que hizo fue mirar los hermosos paisajes que se podían disfrutar mientras el tren avanzaba.

*

Cuando al fin llegó a Charlottetown Cole bajó rápidamente su equipaje y comenzó a caminar por la estación de trenes de esta gran ciudad.

Todo lucia tan grande para el, le causaba mucha impresión que ya existiera la luz eléctrica en este lugar.