𝟬𝟯, 𝗰𝘂𝗽𝗶𝗱𝗼.

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—Cupido es el lugar para los inadaptados —Louis cortó el puro y le encendió en su escritorio, cruzaba su pierna. Sus asociados y trabajadores se hacían de pie alrededor de donde él— Las personas que no tienen casa, aquellas que tienen que buscar entre los escombros por una comunidad donde sentirse bienvenidos. Además, no tenemos competencia. Ninguna otra discoteca de la ciudad hace la mitad de la que nosotros por controlar el territorio. Sin embargo, los problemas nunca dejan de buscar la manera de salir en donde menos los esperamos.

La luz del exterior entrometiéndose por los vitrales con la fija imagen de mujeres y hombres desnudos fornicando apenas y reflejaba los colores en los del interior.

—Hace un par de semanas los colombianos terminaron con la vida del contador. A su familia le mandaron el cuerpo desmembrado en una caja de regalo. A nosotros, nos dejaron su cabeza colgando de un espectacular con publicidad de Cupido. ¿Qué pensamos al respecto?

—Es miedo, señor Tomlinson —uno de los más jóvenes más no más nuevos del equipo habló, apretaba sus nudillos con enojo— Solo los maricas dejarían como advertencia algo así. Si tuvieran los huevos suficientes ya hubieran terminado con usted.

Zayn tragó saliva. No podía creer que estaba en aquella reunión. Ya hacía un par de semanas su antigüedad con la familia Tomlinson y sus actividades habían sido de mula. Cargaba bolsas con marihuana, hachís o metanfetaminas para los barrios ricos de la ciudad, donde su apariencia le permitía desahogar el estereotipo de dealer común. Había hecho entregas pequeñas y ganado la confianza de Biggie por la eficiencia de su trabajo y la supuesta invisibilidad que le adjudicaban sus compañeros.

Sin embargo, solo trabajaba de día. Al caer la noche, tomaba los mejores trapos que le pudieron prestar y se dejaba caer en la tentación musical de cupido.

Su llegada había sido un tema de conversación bastante amplio, entre los grupos que en la discoteca se dividían. Los afroamericanos tenían una historia de que era un pariente lejano de Biggie y llegó a la ciudad para trabajar con él y solventar unas deudas que dejó en su ciudad natal. Los latinos decían que lo había rescatado de un costal de basura cuando los colombianos habían atentado contra su vida y ahora, utilizaba su interés de venganza como combustible para hacer trabajitos. Para los blancos, Zayn literalmente hacía trabajitos. Una supuesta relación de tres personas se estableció entre él, Louis y Harry.

Sin embargo, la única persona que sabía exactamente su historia era Harry, a quien asechaba las noches de baile para compartir temas, fumar, tomar licor de menta y contarse secretos. Todo en plan amistoso.

Las luces intermitentes golpeaban la cara de Zayn mientras sus piernas, brazos y hombros seguían la canción del mezclador de la noche. Su buen ritmo, personalidad encantadora y dichosa apariencia le apodaron Muñeco. Y lo disfrutaba, disfrutaba ser alagado mientras tomaba a chicas de la mano y les invitaba a la pista, les daba algo de beber y terminaban durmiéndose con él en una de las habitaciones de Cupido donde se había hecho de vivienda.

—¿Cuál es tu historia, muñeco? —una morena levantaba sus bragas del suelo y las colocaba de regreso. Peinó su alocada cabellera y retocó la brillantina en sus ojos para volver a la normalidad de la noche.

—No vengo de ningún lado y tampoco voy a ningún lado. Mi historia es la historia del mundo, me faltan palabras pero me sobran pensamientos —romántico, desprendía las sábanas del sudor de su abdomen desnudo, su virilidad flácida después de aquel evento.

Un pelirrojo se levantó de las sábanas, para que Zayn le tomara del cuello y encerrara con su embarnecido cuerpo para darle un prolongado beso, acariciando su lampiña complexión a medida que masajeaba sus lenguas juntas. La mujer terminó de cambiarse para unirse.

Zayn comenzó a cambiarse. —Mi historia es que no tuve el mejor principio pero estoy trabajando para tener un mejor final.

—¿Crees que trabajando con Biggie Tomlinson vas a conocer un buen final? Espero y te guste terminar con zapatos de concreto en el fondo del océano —el masculino zanahoria introdujo su cuerpo en unas trusas blancas para después regresar a su atuendo, Zayn permaneció recostado, observando a la cosecha de aquel día.

—Trabajo es trabajo. Prefiero llevar bolsas de droga a niños ricos que no saben en qué gastar su dinero a tener que buscar un pedazo de pizza en la basura —se levantó intrépido y se acercó al cuerpo del pelirrojo, besándole el cuello— ¿Cuándo nos vamos a volver a encontrar?

Malik se acercó a la morena para tomarle de la mano.

—Cariño, yo no repito, estos son los setentas. Ustedes búsquense lo que quieran sin problema, pero prefiero estar fuera de esa ecuación. Yo sabía que debía alejarme de los hombres de Tomlinson. Pero no podía resistirme al muñeco— le dejó un beso en los labios y se retiró apretando su cartera neón hasta bajar las escaleras.

Zayn siguió besándose con el hombre un buen rato, recargándole contra un ropero de fresno que ornamentaba su cuarto. Sin notar que la candente situación era espiada por Harry, quien no había pensado dos veces en tocarse. 

disco diva - larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora