𝟭𝟮, 𝘆𝗼 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶é𝗻.

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—Esta noche lo hablaré con Harry —había dicho Louis a Zayn mientras intercambiaban información sobre la gala anual que sucedía en aquel momento de marzo. Louis arreglaba sus mangas con el interés de ir a recoger su familia al aeropuerto mientras que el Muñeco descansaba en pijama sobre un sofá. La presencia del otro no era contada en aquel momento.

Sin embargo, algo que no sabía Louis era que Harry tenía las mismas intenciones, mientras preparaba su maleta, acompañado de Zayn. Momentos después de verse con Biggie.

—Esta noche será la noche, después de la fiesta. Nos iremos. Vamos a tomar todas las cosas que nos importen que quepan en una maleta y nos las vamos a llevar a Italia. Muñeco, esta noche empezamos una nueva vida —susurró acercándose al otro para dejarle un profundo beso en los labios que Zayn enfatizó con sus manías de ponerle la mano en la cintura.

El Muñeco Malik había recorrido toda la ciudad en una especie de letargo nostálgico, para recordar sus mejores momentos en Nueva York. Fuera cual fuera la decisión que tomase al final, la relevancia de sus acciones en aquel momento tendría un impacto imperdonable en el futuro. Irse a México para vivir el resto de su vida como millonario y mantener su estatus criminal o relajarse en las costas de Italia, en una humilde y tranquila vida. Sin duda, algo de pensarse.

Recorrió primero las calles donde solía robar comida, apenas sus zapatos dejaban huella en la humedad posterior a una sorprendente lluvia que el clima en las noticias de la mañana no pudo predecir. Sujetó una pieza de periódico que encontró en el suelo en la que se leía en letras altas LA VIDA NOCTURNA DE NUEVA YORK. ¿UNA BASURA QUE NOS ENORGULLECE? Y bufó. Sostuvo el papel por un momento y lo lanzó a la basura, antes de encontrarse con un viejo amigo.

Andrajoso, rastas en el pelo y la mirada perdida. Su ropa yacía rasgada y en sus brazos se denotaban un montón de piquetes probablemente de consumir drogas duras. Sus labios balbuceaban información que Malik trató de entender. Algo sobre un reencuentro. Con lástima, le sostuvo del hombro por un momento mientras le observaba y se alejó no sin antes dejarle un billete de cien dólares apretado en su mano.

—¿Estás seguro que le vas a dejar tanto dinero? —una figura deportiva se aproximó a él. En uniforme de policía mientras mordía un palillo de dientes, sonriendo a Malik. —Considera que cien dólares para ti, niño bonito, son probablemente un chaleco caro, una buena cena en un restaurante. Pero para alguien como él... es la perdición —retiró su gorro mientras caminaba ganándole ritmo al otro— mi nombre es Liam. Payne. New York PD.

—Solo trataba de hacer lo mejor para un viejo conocido. Verá... yo me encontraba en la misma situación que él hace por lo menos 4 años... sobreviviendo de la comida que tiraban a la basura y de los centavos que robaba de las ancianas indefensas en Central Park.

—Sabes, cuando tomamos decisiones casi siempre pensamos en lo absoluto de nuestra historia. ¿Qué es lo mejor para mí? ¿Qué es lo que YO quiero que pase en un futuro? —las botas de Liam se escuchaban fuertes sobre los charcos, llegaron a una avenida donde desafortunadamente, se tendrían que separar. —No haría nada de daño que también pienses en la persona. ¿Qué estoy haciendo por tal persona? ¿Quién se verá afectado por mi decisión? Y solo así... solo así podrás por lo menos darte cuenta de que tus mejores decisiones probablemente no sean las mejores para alguien más.

Zayn subió la cabeza, aceptando el consejo. Era cierto. Todo parecía una manera de encajar las cosas en aquel instante. La conversación, todo. —Eso... es un consejo increíble. Oficial Payne. No olvidaré su nombre. ¿Gusta tomar un café conmigo?

Liam aceptó. Se recogieron en una de las cafeterías más cercanas, donde Zayn pidió una hamburguesa y una soda, rencoroso de no tomar un café y su acompañante aceptó comer igual. Entre conversaciones, anécdotas y recuerdos de ambos que se unían para formar una plataforma de confianza, Muñeco Malik se dio cuenta de lo importante que sería para Louis, Harry y él, tomar la decisión adecuada. Esa noche, los otros dos incitarían sus planes, pero Zayn también tenía un lado de la moneda con cual jugar.

La hacienda Tomlinson a las afueras de la ciudad se reservaba como un espacio sagrado para ocasiones especiales. Bodas, funerales, festejos masivos, todos de la familia y la familia eran llevados ahí. Nunca se molestaron en contar las hectáreas, como el puesto de líder de Louis, aquel lugar también había sido heredado. Un jardín gigantesco rodeado de espacios de uso común como piscina techada, canchas de fútbol, baloncesto, tenis, residencias construidas para los huéspedes y la residencia principal que daba al espacio que usaban de salón de eventos se iluminaban en aquella tarde noche con la presencia de todos.

Familiares sanguíneos y laborales de Louis Biggie Tomlison formaban hileras alrededor de la capilla que probablemente sería el edificio más caro que habían construido. De vitrales arcoíris con imágenes religiosas, bancas de abeto, incrustaciones doradas en ventanales y ornamentos de mármol en la pared. Era una arquitectura clásica de referencias estrechamente católicas.

En las primeras filas, Louis se rodeaba de Harry, Zayn, las tías abuelas de Louis, los amigos más cercanos y así se iba degradando en el espacio la importancia de relación que se tenía con Biggie.

La eventualidad de la noche: ninguna. Bueno, sí. Una bastante importante. Todos los inicios de primavera para los Tomlinson correspondían un inicio de temporada comercial donde accedían a los favores religiosos y de interacción familiar para apelar a la seguridad, salud y éxito económico. Todo en su traje de gala. Después de la celebración católica, una cena donde comían, bailaban y bebían a reventar.

La misa terminó con la indicación del sacerdote al frente, entre la música del órgano y las habladurías del resto, Biggie tomó a Harry de la mano y emitió un —Tengo que hablar contigo más tarde, Styles. Es muy importante.

Zayn alzó la ceja caminando a su costado y Harry asintió. —Tenías mucho sin decirme Styles, Tomlinson. Pero da a una casualidad maravillosa, justo tengo que hablar contigo también. Es muy importante.

—¿Y por qué no hablamos ahora? —susurró Biggie. Zayn se detuvo junto a ellos, se formó una línea de los hombres de Louis detrás de ellos que pretendían no poner atención.

—Yo también quiero hablar con uste- —Zayn alcanzó a sacar una boleta de su bolsillo pero fue interrumpido por la abrupta llegada de un comando. Siendo cercana la entrada a la capilla, esta fue superada como caseta de vigilancia a los autos de Niall, quien bajó de una camioneta alta y caminó en su mejor traje negro hacia ellos, siendo que una barrera de automóviles hizo un bloqueo a la salida.

—¿Qué diablos está pasando, Niall? —Biggie caminó con la premura de su postura hacia el rubio, quien sonrió mientras bajaba la mirada y soltaba una risa pícara.

—Biggie Tomlinson, nunca aprenderás —del maletín que colgaba de su mano, desenfundó con velocidad una ametralladora que hizo estallar contra Biggie, Harry, Zayn y todo hombre de Tomlinson que viera al frente. El sonido hizo reaccionar a todos que entre la regla de no portar armas ni objetos peligrosos sus únicas alternativas eran correr, tirarse al suelo o implorar por pena.

Y ahí, entre un Niall que había accionado uno de sus planes más largos jamás hechos de ganarse la confianza de los Tomlinson para poder erradicarles desde su núcleo, las luces de Louis Biggie Tomlinson, Harry Disco Diva Styles y Zayn Muñeco Malik se apagaron.

Louis dejó una vida llena de medios actos, eventos criminales que le cargarían un peso en su historia. Su reputación de matón no le abandonaría, inclusive con los boletos de avión al día siguiente que marcaban su nombre y el de Zayn.

Harry dejó su estrellato, su maleta llena en el cofre de un automóvil de huida en donde manejaría hasta la frontera que no controla Biggie para pasar un par de semanas en asilo político y posteriormente volar a Italia con su familia lejana.

Zayn, dejó atrás sus sueños, esperanzas e ideales de salir adelante. Dejó una historia que como una montaña rusa aprovechaba los contrastes y servía de ellos. Dejó una invitación de Liam para bailar, a quien le había interesado románticamente, en un nivel emocional con quien no había conectado con nadie.

Y ahí, arrastrándose hasta encontrarse con el amor de su vida para verle una última vez, Harry y Louis se dieron cuenta que en Zayn encontraron algo que hacía falta en lo que ellos tenían.

Un amor desinteresado, ubicado en la esperanza de mejorarse y los deseos de pasar el resto de la vida juntos. Un amor imposible.

Y ese sentimiento de impotencia sería el último baile para quien alguna vez fue nuestra disco diva. 

disco diva - larryWhere stories live. Discover now