CAPÍTULO OCHO

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PARTE OCHO
MOON EVANS

Al momento en que Nathan abrió la puerta pude a ver a dos chicos los cuales estaban sentados en un sofá que se veía apenas abrías la puerta, jugando videojuegos de espaldas a nosotros, uno tenía cabello castaño y el otro era un rubio.

—Ya llegamos —nos anunció Nathan cerrando la puerta detrás de él.

Los dos chicos se voltearon a vernos y se sorprendieron ligeramente. Ambos se dirigieron a nosotros.

—Chicos, ella es Moon —me presentó—. Moon, ellos son Ethan —señaló al castaño de ojos azules—, y él es Kevin —señaló al rubio.

Ethan me estrechó su mano y me dedicó una sonrisa amistosa, —Mucho gusto, Moon.

Y pasó lo mismo con Kevin.

—Y bueno, dinos, Moon, ¿cómo es que te hiciste amiga de este tonto? —preguntó Kevin.

—Pues... —recordé la vez que encontré a Nathan en la madrugada en mi cocina comiendo mi cereal, recuerdaba que iba para acabar con mi vida, pero al final no pasó y ahora estoaba aquí, en una habitación con tres chicos. La vida daba muchas vueltas—. Fue muy...raro.

Ethan alzó una ceja.

—Sí, así es Nathan. No me digas, entró a tu casa y se comió tu comida.

Lo miré sorprendida.

—¿Cómo sabes?

—Es algo que él haría.

Miré a Nathan y él sonrió como un niño chiquito.

—Y bueno —comenzó Kevin—, ¿ya desayunaste, Moon?

Me comí ese cereal, pero la verdad no me llenó mucho.

—Eh...sí, pero aún tengo hambre —admití.

—Oh, una chica sincera, me gusta, me gusta —bromeó Ethan.

—Bueno, ¿y que esperamos? Vamos a comer —dijo Nathan.

Ethan y Kevin caminaron en dirección hacia lo que supuse el comedor, yo me volteé para ver a Nathan, quien me hizo una seña para que los siguiera y lo hice, y él también comenzó a caminar detrás mío.

Crucé por un pasillo y me encontré una gran mesa con una gran variedad de comida: waffles, huevos revueltos, tortillas, hot cakes, jugo de naranja, tocino, frutas y muchas cosas más.

Me sorprendió ver tanta comida y se me revolvió un poco el estómago al recordar aquellos días que vomitaba la comida a escondidas de mamá y luego me daba un hambre terrible en la madrugada y me comía un montón de cosas y me regañaba a mi misma por ello, me odiaba por ello.

Ethan y Kevin ya estaban sentados en la mesa.

—Bien, vengan a sentarse si no vamos a comernos todo nosotros —bromeó Kevin.

Vacilante me senté. Estaba un poco nerviosa, aunque la verdad creí que sería peor. Creía un poco que se darían cuenta que fui anoréxica, si ya sé, era estúpido porque ya tenía una dieta estable, no era la mejor, pero era estable y no estaba ni muy delgada ni muy gorda.

Nathan se sentó a mi lado, yo quedé frente a Ethan.

—¿Vas a ir a la fiesta de la facultad, Moon? —comenzó una conversación Ethan.

—Eh...

La verdad no había pensando en eso, de hecho no sabía si quería ir, es decir, me costó muchísimo venir acá a conocer a tan solo dos chicos que eran amigos de Nathan, entonces tenía claro que sería peor si iba donde un montón de personas desconocidas totalmente, ¿y si se burlaban de mí?, ¿Y si se daban cuenta del desastre que era?

Un Amigo De Verdad En Un Mundo De MentiraWhere stories live. Discover now