CAPITULO VEINTIDÓS

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MOON EVANS
PARTE VEINTIDÓS

Ya era año nuevo.

Ahora sí Morgan nos pudo acompañar y estábamos todos juntos en el departamento de los chicos celebrando. Ethan por supuesto ignoraba a Morgan y ella hacía lo posible porque al menos la mirara.

—10, 9... —Empezamos todos la cuenta regresiva—. 8...7...6...5...4...3...2...1...¡Feliz año nuevo! —Entre todos nos comenzamos a abrazar y Morgan y Ethan iban a hacerlo, pero cuando se vieron fue muy incómodo y tuve que aguantar un poco la risa, eran de cierta forma tontamente tiernos.

—¡Pequeña liebre, feliz año nuevo! —Nathan felicitó y me abrazó.

—¡Feliz año nuevo, hacker! —Le devolví el abrazo.

Nunca me sentí tan bien en mi vida. Tenía unas ganas enormes de que ese año acabará. Fue un año muy malo para mí, hubo mucho sufrimiento en él. Al final sí mejoró y mucho. Me sentía como...liberada, como si por fin me quitará una roca de encima que me molestó por mucho tiempo.

Nathan fue a abrazar a Morgan, yo le expliqué que había cambiado para bien y ella lo disculpó por lo que dijo en frente de todos en la cena en la cabaña y él por engañar a Ethan. En fin, mucha disculpas.

Me dirigí hacia al balcón que ellos tenían en el departamento, obviamente agarré mi gorro de lana y chaqueta gruesa que dejé en el sofá y me los puse para no morir del frío.

Quería soltarlo, quería que todo el mundo lo supiera, que supiera que el día de hoy estaba feliz, después de tanto tiempo estaba verdaderamente feliz y aunque al mundo no le interesaba, a mí me interesaba soltarlo. Así que respiré hondo y grité:

—¡Finalmente me siento bien! ¡Finalmente no siento que soy inservible!. ¡Finalmente soy feliz! —grité a todo pulmón hacia los otros edificios de la universidad.

Muchos cállate se oyeron pero lo que me importaba a mí era soltar mi felicidad.

Estaba a punto de irme cuando oí un grito que no decía lo mismo que lo anteriores.

—¡Felicidades, amiga! —Se oyó un poco lejano. Me sorprendí mucho.

—¡Gracias! —No pude evitar gritar, creí que ya me dolía la garganta y más por el intenso frío.

—¡¿Bueno pero se van a callar?! —Una voz masculina gritó

—¡Cállate tú!, ¡Deja que disfrute su momento! —Otra voz masculina gritó y no pude evitar reír.

—¡A mí nadie me dice que me calle!

Luego me fui, dejando a algunas personas discutiendo entre sí, tal vez no era exactamente lo que quería lograr, pero al menos logré mi principal objetivo.

Nathan se acercó a mí, —¿Estabas gritando por la ventana?

—Eh...sí, gritaba que finalmente era feliz, aunque al mundo no le interesé.

—Pues en mi mundo eso sí importa mucho —me dijo con una gran sonrisa y no pude evitar formar una también. Me dio mucha ternura.

—¿En serio?

—Por supuesto —afirmó.

Antes de que yo pudiera decir algo más fui interrumpida:

Un Amigo De Verdad En Un Mundo De MentiraWhere stories live. Discover now