CAPITULO DIECINUEVE

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MOON EVANS
PARTE DIECINUEVE.

Regresamos a la cabaña. Kevin hizo el desayuno, pero yo no comí, no quería.

Ya nos íbamos.

Los siguientes dos días que nos quedaban aquí no fueron la gran cosa. Ya era el cuarto día, mediodía, almorzamos y salimos.

Ahora Kevin conducía y yo iba a su lado en el asiento del copiloto, a medio camino en la carretera, Nathan con Ethan en el medio y Morgan atrás, Jasper se fue en su auto.

—¿Y están emocionadas por entrar a la universidad? —preguntó Ethan, repentinamente.

—¡Claro! Lo único que no me emociona mucho y me entristece es que no iré a su universidad —dijo desde atrás Morgan.

—¿y tú, Moon? —preguntó Kevin.

—Creo que será interesante —La verdad estaba aterrada, una parte de mí ya quería que comenzará y otra quería congelar el tiempo para no tener que ir.

Vi por el retrovisor que Nathan iba a decir algo, pero el auto no sé si brincó o le dio una convulsión porque hizo un movimiento demasiado brusco. Para todos fue inevitable saltar y casi salir volando de nuestros asientos no por voluntad. El auto dejó de moverse.

Kevin se colocó pálido y me miró.

—¿Qué sucede? —inquirí preocupada.

—¡Au, mi cabeza! —exclamó Morgan.

—Kevin, ¿qué pasó? —preguntó un poco enojado Ethan, después de todo este auto era su responsabilidad.

—Voy a revisar —informó Kevin y se bajó del auto.

Esperamos unos minutos hasta que Kevin volvió a subir.

—¿Cuál es el problema? —preguntó Nathan.

—Se... —tragó saliva—. Un neumático se desinfló.

—¡Kevin Smith!, ¡No lo puedo creer! —Le gritó Ethan—. ¡Mi tío me matará por tu culpa!

—¡Yo no le pedí al neumático desinflarse! —Le gritó con el mismo tono que Ethan antes: muy, muy enojado.

—Basta, es suficiente —ordenó Nathan.

—Sí, seguro encontraremos una solución rápida —dije intentando aliviar la inesperada situación.

—¿Cómo? Estamos en medio de la nada —habló Ethan siendo muy pesimista, pero tenía razón, estábamos a medio camino, en la autopista. No veíamos pasar ni un auto.

Entonces fui iluminada por una casi extraordinaria idea.

—¡Ya sé! —exclamé obteniendo la atención de todos—. Salimos por el mismo camino, entonces Jasper debe de estar cerca.

—Es cierto —estuvo de acuerdo Kevin.

—No, no habrá modo de que vayamos con él —se negó Nathan.

¿Acaso no entendía que era la última opción?

Todos le dimos una mirada cansada y molesta para que entendiera que todos estábamos de acuerdo con esa idea.

Un Amigo De Verdad En Un Mundo De MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora