CAPITULO VEINTICINCO

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NATHAN COLEMAN
PARTE VEINTICINCO

Frío...

Hacia mucho frío.

Nunca pensé que podíamos tener probabilidades de perder lo que nos ayudó a ser mejores, siempre creí que eso se quedaría con nosotros por siempre, que no importaba que pasará, que eso no se podía ir, y me equivoqué.

Al principio quise tratar a Moon como a cualquier otra chica: hacerla sentir especial y luego desecharla como si fuera un objeto, vaya que era una mala persona. Entonces cuando la conocí bien, cuando logré analizar más o menos que ella estaba sufriendo mucho, que sufría algo que mi hermana también y que murió por ello no quise que tuviera el mismo destino. Primero pensé que estaba siendo un idiota por preocuparme mucho por alguien que ni conocía bien en ese entonces, pero con el pasar del tiempo fui encariñandome mucho con ella, con esa sonrisa no constante, pero muy hermosa y esos ojos profundos que te hipnotizaba. Y decidí ayudarla, quise que dejará atrás todo lo que antes fue y me alegre tanto de verla después de mucho tiempo tan feliz.

Moon no era como otras chicas, había algo muy diferente en ella.

No lo entendía. No entendía porque cada persona que amaba se iba de mi lado en un abrir y cerrar de ojos, primero mi hermana, luego Isabel, después mi prima y aunque no era que fuera la persona más importante en mi vida sí era una que tenía un lugar en mi corazón. Me molestaba, me molestaba porque ella era tan joven, tan inocente y llena de luz, Jessica tenía tanto por delante y la muerte se la llevó con ella así nada más. Y me daba miedo que eso también pasará con Moon, así que el hecho de que ella ya no quisiera que yo formará parte de su vida, tal vez tenía un lado bueno y era ese, que no tendría que sufrir todo lo que las otras personas que yo quise sufrieron, era como una maldición. Lo bueno era que ya cumplí mi trabajo, que ella ya pudo volver a reír, tal vez esto la estaba afectando mucho, pero sabía que lo superaría. Ella era fuerte.

No supo la historia completa, y aunque Jessica iba a morir pronto igualmente no debí contárselo, pero estábamos en un momento difícil, le quería resumir todo lo que había pasado en estos últimos meses y Moon era parte importante de ello, y sí, no lo justifica del todo.

Ahora debía alejarme de ella y respetar su decisión y eso era lo que haría. La quería y la respetaba, era mi mejor amiga, sin embargo yo ahora solo era un desconocido para ella.

Toda la semana la pasé horrible, sin ella sentía un vacío enorme, incluso intenté salir con una chica pero nadie podía reemplazar a Moon. Antes de que ella llegará mi vida estaba incompleto, solo y aunque no fuéramos una pareja me encantaba lo que éramos.

Ella me completó y la perdí.

Estaba frente a la tumba de Jessica, ella había muerto anteayer y hoy mi familia y yo hicimos su debido funeral. Todos se fueron, me quedé ahí, tan solo mirando y pensando.


Me agaché frente a la tumba.

—Bueno, no hubo cura —dije como si ella me escuchará aún—, tuvo que acabar así —mi voz se rompió, no solo era la perdida de Jessica, sino de todas las otras personas y entre ellas se destacaba la de Moon y aunque no la perdí como a las demás, para mí fue un dolor casi igual de fuerte que la muerte.

—No debió...no debió acabar así, tenías tanto por delante, debías terminar tu carrera para convertirte en doctora, aún...aún te faltaba experimentar el amor, nunca tuviste un amor de verdad y no es justo que te vayas así, sin...sin que un chico te tomé de la mano y te diga que te ama porque tu mereciste eso, Jess —me detuve porque ya no podía seguir, esto era demasiado para mí.

Un Amigo De Verdad En Un Mundo De MentiraWhere stories live. Discover now