Historia hecha realidad [Jack Skeleton X ti]

Juntos.

Faltaba una semana para Halloween.

Mi cabeza estaba hecha un lío. No le comenté a Jack sobre lo que la aldea cree de nosotros. Me daba vergüenza, y me ponía nerviosa. ¿Qué tal si Jack se alejaba de mi para evitar rumores? No quiero estar lejos de él. Pero, no me gusta depender tanto de él.

Había tomado una libreta y lápiz para despejarme. Hace mucho no dibujaba y tal vez eso me ayudaría, pero tenia la hoja en blanco. No podía pensar en otra cosa que no sea ese tema. Me revolvía el estomago y sentía que mi corazón se saldría. Odio tanto sentirme así que en cualquier momento me pondré al llorar.

Miré a la ventana, viendo el bosque. Recordé que una vez acampé con mi papá y hermano. Una mariposa voló crece del vidrio, a mamá le gustan.

No había vuelto a pensar en mi familia hasta ahora ¿me estarán buscando? ¿siquiera saben que estoy aquí? Este mundo funciona distinto, supongo. Estoy viviendo una fantasía, y es probable que mi madre esté con el alma en una hilo.

Una pequeña lágrima recorrió mi mejilla. Dejé de sentirme angustiada, pero no estaba mejor, ahora quería llorar e ir corriendo a abrazar a mi madre. Deje la libreta a un lado un fui a mi cama. La miré, hecha y sin usar hace bastante con la pequeña oveja en el respaldo. Suspiré y di media vuelta.

Fui a la cama de Jack, y me acosté allí. Tenia una peculiar combinación entre mi olor y el de él. Jack olía como a libros, y a calabaza, pero era un embriagante aroma que me tranquiliza de cierta forma. Unas cuantas lagrimas salieron de mis ojos, hasta que sentí mis párpados comenzar a caer.

•••

Jack estaba distraído, y mucho, tanto que no notó como Sam chasqueaba sus dedos para hacerlo reaccionar.

-Hey, ¿estas bien? Llevas así bastante tiempo.

Dijo preocupado su amigo mientras volvía a su trabajo.

-Oh, es solo que...

Jack pensó en la humana que estaba en su casa. Por un tiempo, creyó que sus sentimientos eran correspondidos,  pues la joven parecía y demostraba tenerle un increíble aprecio. Pero de un día a otro, se alejó. Lo evitaba y ya casi ni hablaban. Jack no sabe que es lo que pasó y le entristece estar así con la chica que ama.

Tampoco puede esperar mucho. _____ es distraída y demasiado infantil, es probable que si llega a sentir algo por él, esté muy confundida y hasta asustada. Jack no quiere eso. No quiere verla mal, mucho menos triste.

-Creo que _____ ya no quiere estar conmigo...

-¿Que?¿Por qué crees eso?

-Me evita. Casi ni me habla y pareciera que escapa cuando quiero estar con ella. -Jack suspiró, viendo el piso algo melancólico- Ya ni siquiera quiere dormir conmigo.

Se escuchó un ruido fuerte y seco. Jack levantó la vista notando como Sam recogía lo que se cayó.

-¿Dormían juntos..?

-Am, de vez en cuando...

Mencionó Jack viendo hacia otro lado.

-No puedes estar tan seguro de que ya no quiere verte. Quizás solo es por un tiempo, pero deberías mencionarlo con ella, así de seguro entiendes mas. Se que no te gusta verla mal ni triste, así que hablen, arréglense de alguna forma.

El alto esqueleto miró a su amigo, y le dedicó una leve sonrisa.

-Lo intentaré.

•••

Jack volvió a casa, cansado, y ya era tarde. La luz de la noche entraba por la ventana, iluminando tenuemente la habitación de un color azulado.

Jack suspiró con pesadez. Luego respiró profundamente e iba de camino a su cama. Pudo sentir un delicado aroma mientras iba llegando. Supuso que la castaña ya estaría dormida, pero no se esperó verla en su cama.

____ estaba acurrucada como un pajarito sobre la cama de Jack, cosa que le causó ternura, pero se podía ver como temblaba de frio. Jack se acercó a la cama, intensificando el olor a canela y vainilla de la chica, la tapó con la manta y acarició su cabeza. Cuando estaba por retirarse, la chica, aun dormida, le tomó la mano.

Jack notó el rastro de lagrimas casi secas en sus mejillas. Parecía tener una pesadilla. Se sentó a su lado mientras acariciaba su espalda y cabello. Decidió recostarse junto a ella, quien se acomodó en su pecho aun temblando.

-Mamá...

Susurró la joven. Jack la abrazó. Esta vez no sabia como calmarla ni como reaccionar, tuvo que improvisar.

Comenzó a tararear una melodía, haciendo que poco a poco la chica se calmara. Volvió a dormir tranquila, abrazada a Jack, quien no dejó de cantar hasta que él también cayó dormido.