Capítulo 31: Voy a conquistarte

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Mierda, cómo ardía tocarla

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Mierda, cómo ardía tocarla.

Me sentía cómo un jodido pervertido de 50 años que se quería aprovechar de una niña de 17, aunque la realidad era que teníamos la misma edad.
Pero es que... mí corazón estallaba de mil maneras cuando la tenía cerca, y todos mis nervios se alteraban. A pesar de que mis intenciones al tenerla tan cerca mío eran otras, me contenía, intentaba ser dulce con ella porque quería que la castaña se dé cuenta que me importaba, que la amaba y que no; no quería que lo nuestro sólo sea sexo o algo y ya.

La amaba.

¡Sonaba tan raro viniendo de mí y además dirigido a ella! No me sentía yo... sin embargo me sentía en el mejor de los lugares, como en el cielo.

¿Así se sentía el amor verdadero?

¿De ésta forma palpita tú corazón cuando tienes enfrente a la persona que amas?

¿Ese brillo de sus ojos lo ven todos o sólo lo ve mí enamorado corazón?

¿Cuándo empezó?

Podría citar muchos momentos: desde el día que me obligó a cantar bajo la lluvia, o la vez que "me espió" desnudo, de pronto podría ser el día que me salvó la vida o ese perfecto domingo en donde la conocí mejor.

¿Por qué sentía que mí vida antes de Maythe era cuadrada y aburrida?

¡Mierda! Y estaba tan confundido... porque desde el día que me besó en el cumpleaños de su estúpido ex, algo cambio en mí vida.

Maythe era magia pura, quizás no esté muy bien de la cabeza o quizás el resto de las personas, incluyendome, seamos muy aburridos. Pero ella tenía esa chispa, esa fuerza, esa luz...

Una luz que jamás en mí corta vida había visto.

Y desde que finalmente la encontré, sólo quería ser iluminado por ella.

— ¿Por qué siento que estamos en una de esas películas intensas en donde los protagonistas se miran a los ojos para después coger duro contra el muro?

Sí señoras y señores, Maythe Fernanda Carter cagando momentos cursis desde el 2002.

— No sé —emití con la voz ronca y ella abrió sus labios, hace poco tiempo descubrí que le gustaba mí voz, y más sí le hablaba al oído. Luego descubrí que a mí me encantaba que Maythe reaccionase de esa forma ante mí.

— Es que te juro... —habló nerviosa por nuestra cercanía— Sí ésto fuese una película probablemente de fondo estaría sonando I SEE REEEEED, YEEHH.

Me reí por su horrible voz al cantar y la abracé de la cintura, estaba a punto de besarla pero arruinó el momento, así que esperaría.
De todas formas ya la había besado, no a mí manera, pero había sido un beso. Uno repleto de cariño y sentimiento, el más puro de ellos.

El día que besé a un Extraño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora