Kɪʀᴀsᴀʏᴀ | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs

↣"𝖫𝖺𝖻𝗂𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝖼𝗁𝗈𝖼𝗈𝗅𝖺𝗍𝖾"

-Presidenta, ¿me mandó llamar? -cuestionó Sayaka mientras entraba a la sala del Consejo Estudiantil y se acercaba a la Presidente.

-Sí, Sayaka..., quiero mostrarte algo... -respondió con tono misterioso la mujer ojiturquesa. -Acompáñame a mi oficina -dijo levantándose de su silla y lanzándole una sútil mirada de deseo a la chica peliazul.

Sayaka sólo asintió con timidez y siguió a la Presidente hasta llegar a su oficina; al llegar a ésta, Kirari hizo pasar antes a su secretaria para al final entrar ella.

-Sayaka, quiero mostrarte unos nuevos chocolates que compré..., para nosotras dos -dijo Kirari mientras caminaba a su escritorio y de uno de los cajones sacaba una caja dorada. -Dicen que son deliciosos, tienen relleno de frutas..., no puedo esperar a probarlos contigo -la Presidente abrió aquella caja y sacó un pequeño chocolate con relleno de fresa que inmediatamente llevó hasta su boca y comenzó a saborear pasando su lengua lentamente sobre éste. -Son exquisitamente deliciosos -pronunció soltando un pequeño jadeo de placer y sus ojos se iluminaron inmediatamente -¿Quieres probar, Sayaka? -cuestionó la mujer de cabellos platinados con una mirada llena de deseo mientras aún saboreaba aquel chocolate y se derretía en sus dulces labios azules.

Sayaka sólo se limitó a asentir con timidez y sonrojo en su rostro; la Presidente al instante se lanzó sobre ella, estrellando sus labios contra los de su bella secretaria. "Mm-umm-ahh".
Los labios de Kirari se movían con ímpetu sobre los labios de Sayaka; ambas se besaban desesperadamente mientras el sabor de chocolate se albergaba dentro de sus bocas. Ambas estaban devorándose.

Ninguna podía parar de besarse, no querían despegarse una de la otra; el sabor del chocolate y la jalea de fresa estaba embriagándolas. Sus lenguas se enredaban con avidez y los labios y besos de Kirari estaban volviendo adicta a su secretaria, al mismo tiempo que los labios y besos de Sayaka enloquecían a su querida Presidenta.
La mujer ojiturquesa le regaló una mordida en el labio inferior a la joven ojiazul, mientras se alejaba de ella y rápidamente se acercaba a la puerta de su oficina para ponerle llave.

-¿P-p-por qué cierra con llave, Presidenta? -la joven ojiazul cuestionó curiosa al ver la acción de la mujer de cabellos platinados mientras el pecho le subía y bajaba a gran velocidad tratando de recobrar la respiración.

-Para nuestra privacidad, Sayaka -susurró Kirari en el oído de su secretaria mientras se ponía detrás de ella y posicionaba sus manos debajo de los pechos de ésta.

Un pequeño jadeo por parte de la joven ojiazul se escuchó en aquella oficina al sentir los fríos labios azules de la Presidente Kirari Momobami sobre su cuello.

-¡Ah-ahh, ah! Pr-Presidenta -jadeó Sayaka entre respiraciones. -¿Qu-qué está hac-haciendo? -los jadeos de la joven peliazul comenzaron a intensificarse mientras la Presidente la arrinconaba contra una de las paredes y comenzó a morder y a succionar su cuello dejándole pequeñas marcas.

-Quiero probarte, Sayaka Igarashi -dijo entre respiraciones la mujer ojiturquesa mientras le quitaba el saco rojo del uniforme a su secretaria y comenzaba a desabotonarle con desesperación aquella camisa blanca que llevaba puesta, dejando al descubierto su sostén.

-Pr-Presidenta -susurró Sayaka en un hilo de voz a la vez que el deseo se apoderaba de ella.

-Ahora sólo dime Kirari, Sayaka... -la Presidente bajó sus besos por el cuello de su secretaria, pasando sus labios y lengua por las clavículas y el esternón de ésta, posicionando sus besos húmedos en el borde de los pechos de la joven ojiazul, mientras que sus manos se movían con destreza por las delicadas piernas de Sayaka.

Colocó su cara entre los pechos de Sayaka y se hundió con deseo entre éstos, respirando el embriagante aroma de su querida secretaria; "lavanda y vainilla".

Segundos después, Kirari regresó a los labios de Sayaka, repitiendo el mismo camino de besos húmedos y lengüetadas que había realizado anteriormente por el cuerpo de su joven peliazul.

-¿A qué sabes, Sayaka? -susurró con voz ronca a causa de la excitación y el calor que empezaba a abrazarlas. Miró fijamente a su joven secretaria para regalarle una sonrisa llena de deseo. Los ojos de ambas centellaron al instante. -Voy a averiguarlo -soltó sin más rodeos antes de fundir sus labios con los labios de Sayaka en un lujurioso y mojado beso.