↣"𝖢𝖾𝗅𝗈𝗌"

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Era medio día; la Presidente Kirari Momobami se encontraba en la sala del Consejo Estudiantil mientras tomaba una tibia taza de té en compañía de Yumeko Jabami..., un acto "raro" en realidad.

Yumeko Jabami había estado insistiéndole a la Presidente que ambas tuvieran una conversación, pues al parecer, la joven pelinegra tenía que hablarle de una situación importante.

-Y dime, Yumeko, ¿qué te trae por aquí? -cuestionó Kirari al mismo tiempo que le dio un sorbo a su taza de té. -Creí que a esta hora ya estarías fuera de mi Academia. -soltó sin más la Presidente.

-Presidenta, estoy al tanto de todos los incidentes que han ocurrido desde mi estancia aquí, pero por favor, le pido que me dé una última oportunidad. La Academia Hyakkaou es la mejor institución en la que he podido estar..., no quiero irme -la voz de Yumeko era insistente. -Por favor, señorita Momobami, deme una última oportunidad -suplicó la joven pelinegra y la mujer ojiturquesa esbozó una sonrisa de lado para luego soltar unas pequeñas risitas.

Así es, a la gran Kirari Momobami le gusta que los demás estudiantes le supliquen.

-Yumeko Jabami, no lo sé -dijo con malicia en su voz y le dio otro sorbo a su té. -¿Por qué debería darte otra oportunidad? Después de todo, yo soy la Presidente aquí, y tú no eres la única buena apostadora que tenemos aquí -pronunció en tono burlón.

La cara de la joven Jabami desbordaba tristeza y sus ojos insistían en que la Presidente le diera otra oportunidad para quedarse en la Acedemia. "¡Por favor, señorita Momobami!".

-Está bien, Yumeko. Tienes una oportunidad más..., y esto, sólo porque a pesar de tus desastres dentro de mi Academia, también has aportado algunas cosas buenas -soltó sin más con un rostro serio y en ese instante la pelinegra se lanzó sobre ella para darle un gran abrazo por su respuesta.

La mujer de cabellos platinados no hizo más que quedarse quieta sin responder a su abrazo, pues el afecto no forma parte de ella, excepto por una sola persona que es capaz de convertirla en la mujer más cariñosa de todo el mundo.
En cambio, la joven de ojos almendrados es afectiva con todos, y siempre le gusta demostrar sus sentimientos.

En ese preciso momento, la puerta del Consejo Estudiantil se abrió.

-¡Kira-ri... -la voz de Sayaka se rompió el ver a Yumeko Jabami abrazada de su amada Presidente.

Un nudo se formó en su garganta y sus ojos amenazaron con desbordársele como dos inmensos ríos. *Tienes que controlarte, tú puedes, Sayaka Igarashi. Sólo por esta vez, intenta no expresar tus sentimientos. ¡Vamos!, tú eres la única que puede frenar estas lágrimas y volver tu voz normal. ¡Contrólate, Igarashi!* -habló para sus adentros.

-¡Sayaka! -pronunció la mujer ojiturquesa y una sonrisa se curvó en sus labios al ver frente a ella a su joven peliazul.

Acto seguido, recordó que Yumeko Jabami estaba abrazándola y la alejó.

-¡Ay, señorita Igarashi! -un gritito chillón salió de la boca de la pelinegra y Sayaka la miró con desagrado.

-"Señorita Jabami" -pronunció la joven secretaria a regañadientes. -Presidenta Momobami, venía para conversar sobre los asuntos de "ciertos" estudiantes, -pronunció con énfasis las últimas palabras y su mirada se clavó sobre la joven morena, -pero veo que está m-u-y o-cu-pa-da y m-u-y bien a-com-pa-ña-da. Lo mejor será que regrese más tarde -los celos de la joven ojiazul eran más que notorios y su tono de voz la delataba.

Kirari estaba sorprendida ante los actos de su joven peliazul, sobre todo la manera en que había elevado su voz y el hecho de haberla llamado "Presidenta Momobami" la desconcertaba aún más.

Antes de que Sayaka pudiera marcharse, la mujer de cabellos platinados habló.

-¡Sayaka Igarashi, tú te quedas aquí! -dijo sin más.

-¡Ay! Yo lo siento, la que se va soy yo -habló apenada la joven Jabami y se dirigió hacia la salida. -Gracias por reconsiderar su decisión, Presidenta -dijo de último y salió de la sala.

Los ojos de la joven peliazul se inundaron de lágrimas y éstas empezaron a rodar por sus rosadas mejillas. Kirari al notarlo, se lanzó sobre ella y la abrazó fuertemente.

Al principio, Sayaka se negó a ser abrazada, pero Kirari en ningún momento se rindió y la mantuvo aferrada a ella hasta que la joven ojiazul se dió por vencida.

-¡Ya déjeme, Presidenta! ¡Sueltéme! -sollozaba con voz cortada y sus lágrimas humedecían el pecho de su amada.

-No te voy a soltar, aquí me voy que quedar..., contigo, mi querida Sayaka -pronunció con calma en su voz para luego darle a su amada un tierno beso en la frente. -Sé que estás celosa y no voy a justificarme, pero sí voy a aclararte todo..., -Sayaka la interrumpió y se separó de los brazos de Kirari.

-Sabes que detesto y odio a la estúpida de Yumeko Jabami, ¡no puedo verla más! Y si lo hago es por educación y por obligación, porque ella es una estudiante más al igual que yo..., y por lo visto, lo seguirá siendo, ¿no? Porque decidiste darle otra oportunidad -los gritos de Sayaka se mezclaban con sus lágrimas y celos, y a Kirari se le desgarraba el corazón al verla así. -Esa tal Jabami es sólo una mosca muerta, es una maldita mustia que sólo intenta robarme tu amor, Kirari -las lágrimas inundaron su rostro e intentó correr para salir de aquel lugar, pero la mujer ojiturquesa actuó más rápido que ella y la detuvo. -Y-yo..., yo te amo, Kirari -su respiración comenzaba a tranquilizarse.

-Sayaka.., por favor, ¡escúchame!..., ¡mírame! -las manos de Kirari viajaron por las mejillas húmedas de la joven ojiazul y alzó su rostro. -Créeme, yo no siento nada por Yumeko Jabami, y tú mejor que nadie sabe eso. Al igual que Yumeko Jabami no siente nada por mí, y aún así ella sintiera algo..., quiero que tengas presente que tú eres la única dueña de mi corazón..., -le regaló una sonrisa tranquilizadora. -Sayaka Igarashi, tú eres a quien quiero. Sólo contigo compartiría mi amor y mi corazón. Sólo contigo compartiría mis mejores y peores momentos..., o los más peligrosos, como saltar juntas desde una torre de puertas, ¿recuerdas? -una risita se asomó en los labios de Sayaka. -Lo sé, lo siento, eso no fue nada romántico. Lo que quiero decir es..., que tú eres la única que me importa, tú eres la única a la que quiero y deseo. La única persona con la que anhelo pasar el resto de mi vida, tú y nadie más. ¿Y sabes por qué?..., ¡porque a ti es a quien amo, Sayaka! -los ojos de Kirari brillaban con desesperación y sus manos aún se encontraban acariciando el rostro de su amada.

Una gran sonrisa se formuló en el rostro de Sayaka y lágrimas de alegría comenzaron a caer por sus mejillas.

-Sólo importamos tú y yo, y nadie más -musitó Kirari y limpió las escurridizas lágrimas de la joven ojiazul, antes de juntar sus frentes y ambas regalarse tiernas sonrisas y miradas románticas.

-Te amo, Kirari -los ojos de Sayaka centellaron al pronunciar aquellas palabras y la mujer ojiturquesa acortó la distancia entre ellas con un romántico y casto beso.
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¡¡¡Holiiiiiisssss!!!

"Sólo pasando a presentarles la versión romántica de Kirari".

Y también para avisarles que de ahora en adelante sólo podré actualizar una vez a la semana, es decir, un one shot por semana..., esto debido a que los trabajos y tareas de la Universidad me consumen cada vez más. Les agradeceré mucho su comprensión. 🥺

Espero que les haya gustado este pequeño one shot. Como siempre, lo escribí con mucho cariño para todos ustedes que me leen.

¡Buenas noches! ♥️

 Kɪʀᴀsᴀʏᴀ | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs Onde histórias criam vida. Descubra agora