↣"𝖴𝗇 𝖻𝖾𝗌𝗈 𝗂𝗇𝖾𝗌𝗉𝖾𝗋𝖺𝖽𝗈"

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Por favor, Midari..., necesito de tu ayuda! -suplicó Sayaka mientras hacía pucheros tratando de convencer a la joven ojiverde. -Sabes que tú y yo somos buenas amigas, eres con la que mejor me llevo y a quien más confianza le tengo..., claro, después de la Presidente -soltó unas risas y Midari no pudo contenerse ante los pucheros de su mejor amiga.

-¡Está bien, Sayaka! Voy a ayudarte, ¿qué necesitas? -cuestionó intrigante la joven morena, al mismo tiempo que se acomodaba en su silla preferida de la mesa del Consejo Estudiantil y subía los pies en ésta.

-Bueno..., quiero intentar un plan para poder besar a Kirari..., -una sonrisa de enamorada se formuló en los labios de la ojiazul y sonrió tiernamente imaginando el momento.

-¿Necesitas un plan para besar a alguien? -preguntó juguetona Midari para después reírse como loca. -Está bien que la Presidente sea alguien importante, pero, no necesitas un plan para poder besarla. ¡Sólo bésala y ya! -dijo y se encogió de hombros.

-¡¿Qué?! ¡¿Estás loca, Midari?! -cuestionó una Sayaka sonrojada. -No puedo sólo besarla..., no sé de estos temas..., no sé cómo hacerlo -suspiró cabizbaja y desanimada. -Y, ¿si se enoja? O, ¿si no le gusta? O, ¿y si deja de hablarme?..., O peor aún, ¿y si me expulsa de la Academia? ¿De ser su secretaria? ¿Y si me expulsa de su vida y me aleja de ella? -la joven peliazul comenzó a lanzar todas aquellas preguntas al aire y su voz sonaba frenética.

-¡Carajo, Sayaka Igarashi! Tienes que tranquilizarte. Sé que es raro que yo diga esta palabra, porque no soy la más indicada para decir algo así, pero, ¡te estás poniendo histérica por un simple beso! -pronunció Midari con grititos en su voz, mientras colocaba la pistola en su cabeza sin jalar del gatillo, y hacía referencia a que prefería dispararse a estar hablando de esos temas.

Es cierto que Midari es la menos indicada para decir esto, pero cuando su mejor amiga, Sayaka Igarashi le pedía ayuda o le hablabla de algo serio, la joven del parche en el ojo intentaba razonar y comportarse para poder ayudar.

-¡No es un simple beso!..., -gritó desesperada su mejor amiga. -Lo siento, estoy muy nerviosa, Midari..., sabes que nunca he tenido pareja, y bueno, jamás he besado a nadie -bajó la mirada la joven secretaria. -Por eso es que, me parece complicado simplemente acercarme a Kirari y besarla -dijo Sayaka soltando un gran suspiro de agotamiento.

-Bueno..., intentemos idear algún plan -pronunció sin ánimos Midari. -¿Qué te pare..., -pero una fina voz la interrumpió.

-Creo que un plan no es necesario, Midari Ikishima -se escuchó en la entrada del Consejo Estudiantil una voz seductora y firme ante lo que decía.

Los ojos se le salían de la cara a Sayaka, sus mejillas estaban a punto de explotar y la respiración le empezó a fallar al darse cuenta de quién era aquella voz.

Ni siquiera necesitó voltear para reconocer aquella voz, pues esa seductora y encantadora voz la tenía grabada en cada parte de su ser.

Sin voltear la mirada hacía la entrada del Consejo Estudiantil, Sayaka permaneció quieta y sentía desvanecerse de la vergüenza, al darse cuenta de que la Presidente Momobami había estado escuchando toda su conversación con Midari.

Sayaka no se atrevía a voltear, y sus nervios y vergüenza le impidieron moverse o decir algo ante aquel acto.

Kirari se percató de la situación, y aprovechó la oportunidad para encaminarse hasta donde estaban sentadas las jóvenes del Consejo Estudiantil.

Una vez ahí, tocó tiernamente con las llemas de sus dedos el hombro de Sayaka, e hizo un camino de caricias con sus largos dedos, hasta posicionar sus manos en las mejillas de su joven secretaria y estrellar sus labios contra los de ésta.

-¡Ah, por Dios! ¡Esto sí que es excitante! -gritó Midari mientras se tocaba su parte íntima por encima del uniforme y se inundaba de la felicidad, al ver por fin realizado el sueño de su mejor amiga.

Sayaka sorprendida y emocionada, correspondió al beso de Kirari.
La joven ojiazul sentía deshacerse, sentía que estaba volando por las nubes.
Mientras tanto, Kirari estaba disfrutando del beso y de los labios tan adictivos de su secretaria.
Ambas disfrutaban de aquel delicioso beso y ese mágico momento.

Midari aprovechó para tomarles una foto así, y cuando obtuvo una buena toma, salió corriendo de la Sala del Consejo Estudiantil.

Claramente, el flash de su teléfono sonó y destelló ante la joven secretaria y la Presidente, que se percataron al instante de que les habían tomado una foto.

Sin importarles nada, Kirari Momobami y Sayaka Igarashi continuaron besándose; segundos después, la joven ojiturquesa sintió cómo el cuerpo de su joven secretaria se desvanecía entre sus brazos, terminando en un desmayo.

Un desmayo que se había presentado por la emoción y adrenalina que corría por la sangre de la joven peliazul, al haber sido besada finalmente por su gran amor.

 Kɪʀᴀsᴀʏᴀ | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs Where stories live. Discover now