Capítulo 5

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Pasaron algunas semanas del comienzo de clases. Lo único de lo que se hablaba en Hogwarts era del Torneo de los Tres Magos, de como los alumnos planeaban burlar las reglas para participar, aunque fueran menores de 17 años.

Unos días antes de Halloween, llegaron un carruaje gigantesco, tirado por caballos alados del tamaño de elefantes, y un barco submarino que emergió de las profundidades, que se pudieron divisar desde los límites del colegio. 

Durante el horario de la cena, los alumnos se encontraban expectantes en el Gran Comedor. El director Dumbledore, entonces, fue quien se encargó de darle la bienvenida a los huéspedes que tendrían ese año.

Por los lugares que las largas mesas de cada casa dejaban a la vista, se adentraron los alumnos correspondientes a sus colegios. Viktor Krum no tardo en hacerse notar. A quien muchos presentes consideraban como nada mas ni nada menos que el mejor buscador del mundo se encontraba allí mismo, en Hogwarts, delante de sus narices.

Lyra abrió la boca con sorpresa y emoción, y aun mas cuando los alumnos de Durmstrang se sentaron en la mesa de Slytherin.

Draco no tardo un milisegundo en hablarles con su característico tono arrogante, para poder hacerse amigo de los poderosos magos.

—Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes —dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros— Es un placer darles la bienvenida a Hogwarts. Deseo que su estancia aquí les resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confió en que así sea. El Torneo quedará oficialmente inaugurado al final del banquete. ¡Ahora los invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en su casa!

♦♦♦

Lyra despertó el sábado 31 de octubre a la mañana, sin darse cuenta aun qué día era. Esta ignorancia no duro mucho tiempo, porque unos segundos luego de levantarse, su mejor amiga ya se había tirado encima de ella deseándole un feliz cumpleaños.

—Gracias, gracias —murmuró de mal humor, pero con una sonrisa en su rostro, mientras intentaba romper el abrazo de Daphne.

La rubia se alejó para poder buscar una caja envuelta de un cajón en su mesa de luz. Las camas restantes de la habitación ya se encontraban hechas, y no había rastros de sus compañeras de cuarto por ningún lado.

Lyra abrió el regalo bajo la expectante mirada de su amiga, sonriéndole. Era una caja de bombones de chocolate, comprados en Honeydukes. Compartieron un abrazo, y la castaña se incorporó para poder cambiarse e ir a desayunar.

Daphne sabía que Lyra odiaba su cumpleaños, así que intentaba no hacer un gran alboroto sobre ello. Años atrás habían llegado al acuerdo de que no lo celebrarían y no hablarían de ello con los demás, serian discretas, pero Lyra tuvo que aceptar a regañadientes que su amiga le pudiera comprar un regalo.

Se adentraron el en Gran Comedor. No era demasiado tarde, y sin embargo estaba algo vacío. Divisaron a Blaise sentado en la mesa, sirviéndose algunas cosas, y se sentaron frente a él. 

—Buenos días —saludo Zabini, con una sonrisa— Feliz cumpleaños Lyra —la castaña sonrió. No sabía como hacia Blaise para acordarse, pero siempre lo decía.

—Gracias Blaise. ¿Dónde están todos? —preguntó, al mismo tiempo que untaba mermelada a una tostada.

—Están en el vestíbulo, viendo quienes ponen sus nombres en el cáliz de fuego. Creo que Adrian Pucey lo colocó, así que con suerte tendremos un campeón de Slytherin.

El Cáliz de Fuego había sido presentado por los jueces del Torneo de los Tres Magos, y se encargaría de elegir tres participantes, uno de cada escuela.

nobody does it like you do (draco malfoy)Where stories live. Discover now