Capítulo 8

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Cedric caminaba junto a Lyra mientras ambos hablaban animadamente riéndose de alguna tontería. Habían pasado ya unos días desde que el chico la había invitado al baile, y todo parecía marchar bien. Diggory se despidió de ella en la entrada hacia la clase de pociones que la joven tenia con el profesor en pocos minutos.

—Lyra, sabes —comenzó él, acercándose a ella y tomándola de las manos— me gustaría que este fin de semana vayamos a Hogsmeade a tomar algo, solo nosotros dos. ¿Qué te parece?

Cedric sonreía con un semblante tan feliz y característico de él. Lyra dudó con un poco de nerviosismo.

—Cedric, me gustaría mucho, pero no quisiera interrumpir con tu entrenamiento para el torneo...

Diggory negó, tal vez sin darse cuenta de que se trataba mas de una excusa que de genuina preocupación. Le aseguro que no tenia nada para hacer, y Lyra termino por aceptar con una pequeña sonrisa y las mejillas ruborizadas.

Entonces, el chico se acercó a su rostro para despedirse con un beso en los labios, cosa que Lyra evito rápidamente colocando se mejilla, y retirándose lo más rápido posible para evitar que el momento se volviera mas incómodo. Todo esto, bajo la minuciosa mirada de Daphne Greengrass, quien siguió a Lyra apenas cruzo por el umbral de la puerta dirigiéndose a su puesto en la clase frente a su respectivo caldero.

—¿Disculpa... qué?

Lyra, aun ruborizada e intentando evitar todo contacto visual posible, intento ignorar a su amiga.

—No, Avery, no harás esto. Te conozco hace años, acabas de rechazar a Diggory frente a mi rostro. ¿Qué ocurrió?

La castaña suspiro, y se acerco a su amiga, esta vez mirándola, para poder hablar sin que nadie escuchara.

—Tengo que decirte algo... La verdad, me da vergüenza, pero no sé que me pasa con Cedric. Digo, él es guapo, prefecto, es muy inteligente, muy dulce en especial conmigo, se comporta siempre bien, pero...

—¡¿PERO?! —la voz de Daphne resonó algo fuerte captando algunas miradas, entre ellas la de Pansy y Draco, que se encontraban frente a ellos en la misma mesa. Miraron a Snape con miedo de que les diga algo, pero al parecer estaba ocupado mirando dentro del caldero de Seamus Finnegan que acababa de explotar.

Lyra miró a su mejor amiga con una mirada fulminante, y aun colocando en el caldero los ingredientes que su libro le marcaba, siguió hablando lo más bajo posible.

—No sé, no me siento del todo cómoda a veces. Es como que... no sé cómo reaccionar.

Daphne se sorprendió genuinamente.

—No saber cómo reaccionar no suele ser propio de ti...

Lyra asintió en acuerdo, ¿Qué le pasaba con este chico que no podía controlarlo?

—Sabes, Lyra, quizás sea porque es la primera vez que te gusta alguien de verdad.

La castaña miro siguió revolviendo, con la mente por las nubes. ¿Realmente le gustaba Cedric? O era más bien un capricho de sus hormonas y un montón de presión social por tener que salir con el chico más lindo de Hogwarts.

Levanto su mirada y por un segundo miro a Malfoy, que estaba justo frente a ella. El, al sentir que lo miraban, también levanto la suya. Con semblantes serios, ambos la bajaron al mismo tiempo. 

—Si, debe ser eso —contestó, aunque no estaba segura de su respuesta— además...

—Avery, Greengrass. ¿Supongo que su pequeña charla es mucho mas interesante que la clase, ¿verdad? —hablo el profesor Snape, serio como siempre, y arrastrando lentamente cada una de sus palabras.

—No, profesor, en absoluto. Verá usted —comenzó a decir Lyra, con su tono de voz que solía endulzar a los profesores, diciéndoles exactamente aquello que deseaban oír— Daphne leyó en el manual el nombre de Jobberknoll y me pregunto si yo sabía qué era, y claro le explique brevemente que es un pequeño pájaro azul, que nunca hace ningún ruido hasta el momento antes de morir...

Snape las miro con desconfianza, pero siendo de su propia casa y por haber respondido correctamente, se limitó a decir.

—Bien, 5 puntos para Slytherin, pero basta de parlotear.

Malfoy negó con la cabeza incrédulo y rodo los ojos. Se acercó y bajo su voz para que nadie lo escuchara más que Lyra, y tal vez Daphne y Pansy.

—Sorprendente como siempre te sales con lo tuyo ¿eh?

Lyra sonrió victoriosa mientras seguía revolviendo su poción.

—Algún día te enseñare, Draco, no te pongas celoso.

Y el rubio platinado se limitó a poner sus ojos en blanco con hartazgo.

Gracias a la continua mirada de Snape sobre ellas, Daphne y Lyra no volvieron a hablar el resto de la clase.

nobody does it like you do (draco malfoy)Where stories live. Discover now