Capítulo 22: La Mansión Malfoy

1.3K 88 80
                                    

Se acercaron a Aeren para ver qué es lo que había escrito en la notita. Un trozo de papel con la letra de Draco, una letra en cursiva muy bien hecha, en la que ponía:

«Mañana a las 9:00 am en la torre de astronomía»

- ¿Qué querrá ahora? – gruñía Ron - ¿No ha tenido suficiente haciéndonos perder el tiempo del sábado? No, ahora nos tiene que hacer perder el del domingo.

- Eso mismo pienso – decía Cedric rascándose la cabeza – Tengo que hacer un trabajo de pociones para el martes y me está costando mucho hacerlo.

- Nosotras te ayudaremos – dijeron las chicas al unísono.

- Pero si él tiene dos años más que nosotros, no hemos dado ese temario todavía – decía mientras se subía las gafas y miraba a Diggory.

- Son Herms y Aeren. No hace falta que te diga más – añadió el Hufflepuff.

La hora de la cena había llegado, esta vez no se sentaron junto a los compañeros de sus casas, sino que cada alumno podía sentarse con quien quisiera. Como no, Harry, Ron, Hermione y Aeren estaban juntos. Cualquiera que los viera diría que son inseparables, siempre están juntos, la mayoría del tiempo y si no están los cuatro, las chicas siempre lo están.

- ¿Dónde está Cedric?

- No lo sé. Me había dicho que iba a por una chaqueta y venía – decía Aeren mientras se llevaba un trozo de filete a la boca.

- ¿Quieres que vayamos a buscarle? – preguntó Harry mientras señalaba a su amigo pelirrojo – Creo que ya has comido bastante – decía mientras le daba un codazo.

Aeren asintió y los chicos fueron a buscar a Cedric. Como no se saben la contraseña de la sala común de Hufflepuff optan por pasarse por los pasillos que hay cerca para dar vueltas mientras esperaban a que saliera.

Todo parecía estar en silencio, hasta que escucharon a un chico gemir de dolor mientras parecía que le golpeaban.

Harry y Ron aceleraron el paso en busca del alumno o alumna que estaba siendo agredido. Allí estaban Adrian, Graham y Flint, que, aunque este último tenía la pierna escayolada, no parecía importarle.

- ¡Por tu culpa tengo la pierna rota! – gritaba Flint mientras lanzaba patadas con la pierna que no tenía rota.

- ¡Estúpido niño mimado!

- ¡Una pena que despertaras del coma!

Insultos y golpes acribillaban al joven. Harry y Ron les lanzaron unos hechizos a los agresores para defenderle y estos huyeron.

- ¡Eso es, huid como serpientes! O, mejor dicho, ¡COMO RATAS! – gritó el niño que sobrevivió.

- ¿Estás bien Cedric? – dijo Ron mientras le tendía la mano para ayudarle a levantarse.

- Sí, tranquilos. Y muchas gracias.

De pronto, aparecieron dos figuras femeninas corriendo por el pasillo este, eran Aeren y Hermione.

- Hemos visto a Flint y sus dos amigos decirles a Malfoy...


*Minutos antes*

- Vaya par de estúpidos. Se creen que nos hemos ido porque les tenemos miedo.

- JA JA JA – rieron los tres mientras entraban al gran comedor.

- ¿De qué os reis? – preguntó Draco mientras los tres se sentaban en la mesa de al lado junto a sus otros amigos.

- Le hemos pegado una paliza a Diggory.

YO SALVÉ A CEDRIC DIGGORY | ᵂᵉ ᵇᵉˡᵒⁿᵍ ᵗᵒᵍᵉᵗʰᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora