Capítulo 3. Notas

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De regreso en su habitación, Woo Hyun se acomoda frente a su escritorio para sacar algunos libros, mientras no deja de pensar en el fastidioso omega que ha llegado a la escuela y que tanto le ha hecho perder los estribos.

    
Es increíble que alguien le irrite tanto puesto que es un chico que no suele tomarle la menor importancia a personas que no son de su interés. Y con ello sólo se refiere al hecho de que, de alguna forma, aquellas personas estén involucradas en su vida. De otra manera, todos pasan sin pena ni gloria. Y es precisamente por eso que no termina de entender cómo es que Sung Kyu lo molesta tanto.
    
A simple vista, el omega no parece tener nada de especial, pero, le ha demostrado que es capaz de superar su grandiosa velocidad. Y Woo Hyun no se puede permitir que alguien lo desplace al segundo lugar, porque no se ha esforzado durante años para que un desconocido llegue de pronto y le arrebate lo que es suyo. Aun así, también posee el primer lugar académico de toda la preparatoria, por lo tanto, su padre nunca ha tenido excusas para molestarlo.
    
—¿En qué piensas? —inquiere Sung Yeol, sorprendiéndo a su amigo.
    
Ha entrado al cuarto y Woo Hyun ni siquiera lo ha escuchado. Tal parece que toda su concentración ha estado puesta en Sung Kyu durante todo el día, y eso lo hace enfadar aún más.
    
—En nada —contesta con falso desenfado antes de tomar un bolígrafo para comenzar con sus deberes.
    
—¿Es tu padre otra vez? ¿Te ha dicho algo? —se interesa más Sung Yeol.
    
Porque sabe la pésima relación que hay entre Woo Hyun y su progenitor y, siempre que su compañero de cuarto está molesto, es por causa suya.
    
—No. Ni siquiera me ha llamado estos días.
    
Sung Yeol frunce el ceño y más dudas abarrotan su mente. Pero no quiere presionar a Woo Hyun para que le diga lo que sucede. En el pasado lo ha intentado y las cosas no han terminado bien. Por lo que Lee suspira hondo y decide cambiar de tema.
    
—Ese chico nuevo, es muy lindo, ¿no te parece?
    
Woo Hyun arruga el entrecejo y abandona lo que está haciendo para mirar a los ojos a su mejor amigo.
    
—¿Qué?
    
—Hablo de Sung Kyu.
    
—Sí, ya sé de quién hablas —espeta con un tinte de burla—. ¿Desde cuándo tienes tan mal gusto?
    
—¡Oye! Es lindo.
    
—A mi parecer, no lo es.
    
—¡Vamos! ¿Por qué de repente te portas así? Estoy seguro de que ese chico es totalmente tu tipo.
    
Y Sung Yeol suelta una suave risita. Woo Hyun se contiene para no hacer una mueca mientras su estómago se revuelve. Aprieta los dientes y aguanta las ganas de gritarle que deje de hablar de ese omega. El sólo escuchar su nombre lo hace tensarse y que su piel se erice debido al enfado.
   
—Voy a tomar una ducha —dice de pronto Nam antes de caminar hacia el baño, cortando de tajo la conversación y quitándole a Lee las ganas de seguir hablando del omega. Woo Hyun no quiere saber ni escuchar nada de él por lo que resta de la noche.
    
Sung Yeol se acomoda en su cama y toma una de sus viejas historietas para comenzar a leerla. Tiene deberes qué hacer también, pero sus clases de mañana empiezan después del almuerzo, dándole la oportunidad de holgazanear un rato.
    
Sin esperarlo, un par de golpes se escuchan en la puerta y Sung Yeol se levanta para atender, pensando que tal vez es Hee Chul, el asesor, que viene a preguntar cómo van las cosas. Sin embargo, el chico alfa se queda sin habla cuando abre y ve que se trata de Sung Kyu.
    
—Hola —saluda el omega con una simpática sonrisa
    
—Hola. ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres que te dé un recorrido por la escuela? —le ofrece, recargándose en el marco de la puerta mientras le devuelve el gesto.
    
—Realmente me encantaría, pero, sólo vengo a ver a Woo Hyun. Él me dijo que me prestaría sus notas para ponerme al corriente con las materias.
    
—¡Qué lástima! Será en otra ocasión. Pasa, por favor. Woo Hyun se está duchando. Saldrá en unos minutos.
    
Sung Kyu asiente y se apresura a entrar. De inmediato, puede percibir los sutiles olores de los alfas en el interior y aquello lo hace sentir un tanto desubicado. No obstante, no es la primera vez que trata con uno. Además, hace décadas que se terminó la 'costumbre' de dividir a las personas por su género en las escuelas. Ahora, alfas y omegas pueden convivir con toda normalidad.
    
—Siéntate. ¿Quieres algo de beber? Tenemos sodas y jugos —dice Sung Yeol con amabilidad al acercarse a la pequeña nevera que se encuentra en una de las esquinas de la amplia habitación para sacar una bebida.
    
—No, gracias. Así estoy bien —dice, acomodándose en el sofá de dos cuerpos junto a la ventana.
    
Ya ha oscurecido y Sung Kyu puede ver la hermosa luna llena a través del vidrio. Después, sus ojos recorren todo el cuarto con sutileza y su curiosa mirada se detiene en la repisa de la pared llena de trofeos. Todos son del primer lugar y todos ellos tienen grabado 'Nam Woo Hyun' en la llamativa placa dorada.
    
—Supongo, por esa hilera de trofeos, que Woo Hyun nunca ha perdido una carrera —menciona Sung Kyu de lo más tranquilo, evocando lo que pasó en la pista esta mañana, y terminando de entender por qué el alfa se ha enfadado tanto con él.
    
—Así es. Woo Hyun es un gran corredor, y también es el que tiene las mejores calificaciones de toda la escuela. Estoy seguro que te darás cuenta en los próximos días —explica Sung Yeol, sintiéndose orgulloso de su mejor amigo.
    
La puerta del baño se abre en ese momento y los ojos de Woo Hyun se enmarcan con fastidio cuando ve a Sung Kyu en el cuarto. Se le aproxima con rapidez y su semblante se vuelve más duro.
    
—¿Qué demonios haces aquí? —pregunta con irritación.
    
—¿Acaso olvidaste que me prestarías tus notas? —cuestiona el omega antes de ponerse de pie.
    
—¡Lárgate! Ahora estoy ocupado —apunta, mostrándole su total desagrado hacia él.
    
—¿Por qué eres tan huraño? Te recuerdo que... —Sung Kyu aprieta los labios y Woo Hyun lo mira, deseando taparle la boca de un golpe—, tú le dijiste al profesor que me ayudarías —termina diciendo.

Pero Nam no está del todo conforme con que haya ido hasta su cuarto sólo para eso. Y cree que, en cualquier momento, el omega simplemente dirá lo que sucedió en la pista, avergonzándolo frente a toda la escuela

—Sólo te estoy pidiendo un simple favor.
    
—Y yo sólo te estoy diciendo que te vayas. ¡Así que saca tu trasero de mi cuarto ahora mismo! —escupe antes de tomar al omega por el brazo, intentando empujarlo a la salida.
    
Pero Sung Kyu no se mueve. Es más fuerte de lo que su delgado cuerpo aparenta.
    
—Escucha, Woo Hyun —empieza, susurrando cerca de su rostro. Sobre todo, porque ahí se encuentra Sung Yeol y no quiere que lo escuche—, te lo estoy pidiendo de buena manera. Creí que teníamos un acuerdo. Te pido que cumplas tu palabra, y que me sueltes.
    
—No. Voy a sacarte de aquí y te prestaré mis notas cuando me dé la gana —sentencia el alfa casi con burla, afianzando más su agarre con el propósito de echar al omega fuera de ahí.
    
Inesperadamente, Sung Kyu le sujeta el otro brazo mientras pone una de sus piernas tras las de Woo Hyun para levantarlo del suelo por unos segundos y tirarlo de bruces en el piso.
    
Sung Yeol ahoga un jadeo por la sorpresa y Woo Hyun se queja cuando Sung Kyu tuerce uno de sus brazos tras su espalda.
    
—¡¿Qué haces?! —exclama Nam, apretando los ojos sin poder levantarse.
    
—¿Me vas a prestar tus notas o no?
    
—¡Sí, sí! ¡Te las prestaré, pero ya suéltame!
    
Sung Kyu lo deja ir y Woo Hyun lo mira con reproche al tiempo que se sienta en el piso para sobar su brazo.
    
—¿Qué fue eso? —inquiere Lee, aún demasiado admirado.
    
—Sólo es una llave de lucha.
    
—¿Y cómo es que sabes esos movimientos?
    
—Tuve algunas clases de defensa personal.
    
—Eres un salvaje —espeta Woo Hyun mientras se pone de pie.
    
Luego se aproxima a su escritorio para tomar algunos cuadernos. Regresa sobre sus pasos y se los entrega a Sung Kyu en las manos casi renegando.
    
—Son todos los apuntes. Más te vale que me los regreses lo antes posible —dice aún molesto por el bochornoso espectáculo frente a su mejor amigo. Sin embargo, piensa que el omega sólo lo tomó desprevenido—. Ahora, fuera de aquí.
    
Sung Kyu le sonríe, satisfecho, y se da la vuelta para dirigirse a la puerta. Woo Hyun lo sigue de cerca y sale tras él.
    
—Dijiste que no le dirías a nadie lo que pasó —le reclama el alfa cuando ha cerrado a su espalda, procurando que nadie más escuche su conversación.
    
—No lo he hecho. Eres tú el que casi rompe su palabra —se defiende el omega, un tanto ofendido.
    
—¡No tenías por qué venir hasta aquí, y mucho menos dejarme como un tonto frente a Sung Yeol!
    
—¡Fuiste tú el que quiso pelear primero!
    
—¡¿Pelear?! ¡Sólo quería que te fueras de mi cuarto!
    
—Ah, ¿sí? Pues... no vuelvas a tocarme.
    

—Créeme, es lo último que quiero hacer —asegura Woo Hyun, antes de volver a entrar a su habitación.

Sung Kyu lo ve cerrar la puerta y entonces hace un puchero con sus labios al girar sobre sí mismo para regresar a su propio cuarto.
    
Sung Yeol mira a Woo Hyun volver y lo observa un momento. No está seguro de lo que sucede entre Sung Kyu y él, pero le parece algo divertido. Es la primera vez que nota que las orejas de su mejor amigo se ponen rojas, aunque, no sabe si es por su coraje contenido o por otra cosa.
    
—Sung Kyu es lindo —dice de pronto Lee.

Nam le echa una fugaz mirada cargada de recelo y se sienta de nuevo frente a su escritorio para continuar con sus deberes.

Te Odio | WooGyu Where stories live. Discover now