El Rey de los Titanes

Capítulo 1: Recuerdos rotos

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Diálogo:         -Texto normal-

Pensamientos:      -"Texto cursiva"-

Frío...Una leve brisa de viento frío corría por un largo pasillo, en dónde no había ni una pizca de luz que guiara el camino. Simplemente oscuridad, en completo silencio. Pero algo le decía que caminara, algo lo incitaba a seguir adelante, sin comprender de que se trataba. A medida que avanzaba, el aire se volvía cada vez más frío, el suelo se sentía más húmedo, y un nauseabundo olor se hacía presente.

Sentía como su corazón empezaba a palpitar más rápido, como su cabeza empezaba a dolerle, y como muchas imágenes volvían a su mente. Gritos, destrucción y sangre... mucha sangre. Imágenes de personas siendo aplastadas, siendo destrozadas, siendo aniquiladas, siendo... ¿devoradas?.

El seguir recordando solamente generaba más preguntas que respuestas, además de asustarse ante tales imágenes. ¿Gente muerta? ¿devorada?. Esas y muchas preguntas más rondaban por su cabeza. Aun así, luego de un tiempo con la mente en eso, no notó cuando llegó a una gran sala, en donde un pequeño haz de luz la iluminaba, permitiendo así ver como enfrente suyo había una gran reja de dónde provenía el olor de antes. Un aroma horrendo, un aroma a muerte.

Dando unos pasos hacia adelante, estaba decidido en saber de que se podía tratar, que estaba tras las rejas. Sintiendo sus piernas mojadas hasta los talones, y el aire frío que rozaba su cuello, se acercaba a paso lento, estirando una de sus manos, estando a pocos centímetro de tocarla, hasta que...

-"Naruto..."-

El joven paró lo que estaba haciendo, completamente asustado mientras volteaba hacia atrás rápidamente, pensando que había alguien detrás suyo... pero no. Estaba solo. Por un momento creyó que estaba loco, pero pudo escuchar como una voz cálida de una mujer parecía llamar a alguien. Quería saber quién era, quería que alguien le explique dónde se encontraba. Pero al notar que no había nadie, decidió voltear de nuevo hacia la reja.

Sin embargo, deseo jamás hacerlo.

Un par de enormes ojos rojos, con la pupila rasgada en forma vertical se hicieron presentes del otro lado de la reja, en completa oscuridad. Aquellos ojos observando fijamente al joven del otro lado. El contacto visual entre ellos provocó que una sensación de miedo recorriera todo el largo y ancho de su espalda. Sentía como lo penetraba con la mirada, como la presencia de muerte rondaba alrededor suyo.

Desvió ligeramente la vista, tratando de ver su cuerpo, de ver de que se trataba, pero no obtenía nada. Eso estaba en completa oscuridad, sin permitirle ver que es lo que era. Al momento en el que el joven desvió la mirada, la criatura empezó a gruñir levemente, aumentando el volumen a cada segundo que pasaba. Esto hizo que el muchacho volteara de vuelta con miedo hacia los ojos de la bestia, notando ahora sus grandes y filosos dientes.

Parecía que haría algo, parecía que en cualquier momento golpearía la reja y trataría de comérselo. Pero no. En ese momento, el gruñido cesó por unos segundos, mientras que los ojos rojos del ser se cerraban lentamente.

Esto dejó en duda al joven, provocando que se acercara ligeramente hacia la reja con curiosidad. Ya estaba allí, y quería saber de que se trataba. Sin embargo, al hacerlo, aquellos ojos rojos se abrieron de vuelta rápidamente, acompañado ahora de un potente y terrible rugido que solamente podía ser de un demonio. Un rugido que retumbó toda la sala, llegando incluso a recorrer todo el largo del pasillo del que provenía el joven, quien estaba completamente aterrorizado con los ojos bien abiertos mientras oía completamente asustado a aquel ser, seguido de un aroma a muerte que salía de su boca.