QUIERO QUE VUELVA

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15:50

-Voy a dar un paseo. Ge, ¿vienes? -preguntó la más pequeña de todas.

-Sí.

Se alejaron lentamente del resto de sus amigos, a la vez que Maialen y Bruno se levantaban.

-Oye, Gérard. Tú sabes que yo te quiero mucho, ¿no?

-Supongo -hizo una pausa y la miró. -. ¿Cuánto me quieres?

-Muchísimo, ya te lo he dicho -al ver que el chico seguía mirándola, volvió a responder.-. Todo lo que yo te quiero no cabe en este mundo. En todos estos años te he cogido mucho cariño.

-Y yo a ti -siguieron caminando por los jardines un rato hasta que al joven se le vino una idea. -. Hey, ¿quieres venir a mi casa en Navidades?

-Creo que este año me voy a quedar.

-Ah, vale. Entonces me quedo yo también y así estamos todos.

Se sonrieron y siguieron caminando. Hablaron de temas varios hasta que sonó el timbre que indicaba que tenían que volver al internado para las clases de la tarde.

A primera hora tenían Matemáticas. En el internado habían muchos cursos. Cuando fueran mayores de edad tendrían que dejar el internado.

-Señorita Lukin, ¿sabe dónde están los señores Fernández, Cobo, Barreiro y Gilabert?

El profesor Canfrán estaba pasando lista y cuando llegó a esos nombres se extrañó.

-No lo sé, profesor.

Toda la clase, que la mayoría tenía 16 años, se había dado cuenta de que faltaban sus cuatro compañeros.

-Señorita Gurbindo, ¿podría ir a buscar a sus compañeros?

Maialen asintió y se levantó de su asiento, dirigiéndose a la puerta.

Caminó hacia su habitación y llamó, pero nadie contestó. Así que abrió la puerta y se encontró a Samantha y Flavio durmiendo abrazados.

-Joo, que monis -susurró para sí misma.

Se acercó a ellos y, con cuidado, los zarandeó un poco.

-Sam -su mejor amiga no respondía. -. Sam.

Esta vez lo dijo un poco más alto. La rubia, a modo de contestación, gruñó.

-Os estáis saltando mates.

Ante eso, Samantha abrió los ojos de par en par y se dispuso a despertar a Flavio. Maialen salió de la habitación para dirigirse a la de Hugo.

Llamó tres veces a la puerta y tras esperar unos segundos, el rubio la abrió.

-¿Cómo está Evi?

-Está dormida. ¿Qué querías?

-Ah, sí, eso. Ehhh... Tenéis que ir a clase de mates.

-No sé yo si Eva debería ir hoy a clase.

-Tienes razón. Se lo diré a Canfrán.

-Gracias, Mai -la abrazó, cosa que sorprendió mucho a la del flequillo, y se separó para cerrar la puerta.

-De nada -consiguió decir cuando la puerta ya se había cerrado.

Volvió a su clase y le explicó al profesor lo ocurrido. Este puso unas cuantas pegas pero finalmente, lo entendió.

·---------·

9:30

Hugo se llevó a Eva a su habitación. Seguía siendo un mar de lágrimas y su respiración cada vez era más entrecortada. Cuando llegaron a la habitación del rubio, este, la tumbó en su cama y él a su lado.

-Ev, te va a dar algo.

Ella lloró aún más todavía. Al verla así, tan vulnerable, débil, el chico sintió tristeza.

-Evi -como esta no respondía, continuó- , quiero que sepas que lo de ayer fue una gilipollez. Lo siento muchísimo por todo lo que dije he hice. Fue un subnormal de mierda.

El llanto de la morena se calmó un poco a pesar de que todavía le salían algunos sollozos. Siguió escuchando con atención a su compañero.

-No quiero que estemos enfadados, ni que lo pases mal. Verte así ahora mismo me está matando. ¿Puedo hacer algo para animarte?

Eva, que estaba mirando hacia la pared, se giró y le miró a la cara. Después de unos largos segundos, en los que estuvo pensando, negó lentamente con la cabeza.

-Quiero que vuelva, aquí, conmigo.

Ante el recuerdo de Eli, la pequeña volvió a romper en llanto, esta vez acercándose a Hugo para que él la abrazara. Apoyó su cabeza en el pecho de él y cerró los ojos. Sollozó durante lo que parecieron horas, que en realidad habían sido treinta minutos.

-¿Quieres que te cuente una cosa?

La chica se sorprendió un poco al escuchar la voz del rubio después de tanto tiempo. Asintió y le miró a los ojos.

-Cuando era pequeño, mi padre viajaba mucho y a veces íbamos a visitarle al sitio donde estuviera, si había estado fuera de casa mucho tiempo -Eva se dio cuenta de que su voz detonaba tristeza. -. En una de esas, tuvimos un accidente en el avión y nos estrellamos. Yo me quedé en coma unas semanas y mi madre sufrió heridas graves. Cuando me desperté, me dijeron que mi padre y mi hermano habían muerto -una lágrima cayó por su mejilla, la cual limpió rápidamente, a pesar de que su compañera ya la había visto.

-¿Por eso eres así? Tan... ¿Borde?

-No. Soy así porque me gusta ser así. Pero ahora me estoy dando cuenta de lo mal que lo he hecho.

Se quedaron en silencio durante unos segundos, mirándose a los ojos. Hugo se acercó lentamente a ella y cerró los ojos, esperando rozar sus labios; pero, cuando estaba a un poco más de un centímetro, Eva giró su cara, de tal manera que el rubio acabó besando su mejilla. Para disimular un poco, la besó varias veces en las dos mejillas, limpiando todo rastro de lágrimas.

-Gracias.

El chico la miró extrañado mientras acariciaba su cabeza.

-¿Por?

-No sé si te habrás dado cuenta, pero he dejado de llorar hace bastante tiempo.

Se sonrieron.

-¿Sabes que, aunque estás guapísima cuando lloras, estás más guapa todavía cuando sonríes?

La morena se sonrojó, mientras bajaba su mirada.

-Sigo un poco enfadada contigo por lo de ayer.

Ante esas palabras, Hugo se entristeció un poco, pero rápidamente volvió a sonreír.

-Venga, duérmete un rato.

La abrazó por la espalda y la apretó contra él. Cayeron rendidos.

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Aqui esta el nuevo capítulo. En el próximo habrá un poquito más de evugo y otro shippeo, ¿cual queréis?

PARA EL PRÓXIMO CAPÍTULO:

20 VOTOS Y 20 COMENTARIOS

Si no llegais a los votos o comentarios requeridos no subiré capitulo. Lo siento
❣❣

Los asesinatos del internado Medio Dia | OT 2020Where stories live. Discover now