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El trayecto fue casi en silencio, cantábamos algún que otro tema, pero nada más. Una vez dentro del edificio, subimos al ascensor.

-Que piola está ésto- habló mirándose al espejo. Se veía jodidamente hermosa. -Vení- tocó mi brazo y me acomode para la foto.

-Otra- pedí. Agarré su cintura y la pegué un poco hacia mí, ella pasó su brazo libre al rededor de mi cuello. -Pasame esa que la hago cuadro- hablé en cuanto llegamos a mi piso.

-Mejor empapelas todo el depto- bromeó y sonreí.

No me des ideas, porque soy capaz.

Abrí la puerta y pasó detrás de mí.

Miraba atentamente todo.

-Me encanta- camino hasta la ventana y miró hacia abajo. -Hey no está tan desordenado como pensé- habló divertida y sonreí.

-No estoy nunca, imposible que esté desordenado- respondí sacando un porro. -Sentate- señale el sillón.

Quise dárselo, pero se negó.

-Ya no fumo- sonrió sin mostrar sus dientes y asenti. -¿Te mudasme hace mucho?- preguntó sacándose la campera.

Tenerla acá era raro, necesitaba preguntarle muchísimas cosas, pero a la vez sabía que no era el momento.

-A los días de que lo nuestro se terminara- contesté.

-Que buena onda, ¿Estas trabajando?- se sentó cual nena chiquita y me miró atenta.

-No voy a mentirte justamente a vos- hablé divertido. -No, no estoy trabajando.

-¿Seguis con la música?- sonreí ante el interrogatorio que me hacía. -Dale idiota, deja de mirarme así- rió para después empujarme levemente.

-¿Asi como?- miré sus ojos y levanté una ceja.

-Así como solo vos me miras- lamio sus labios.

Quedamos en silencio.

-Te hice una pregunta- habló después de unos segundos.

-Si, sigo con la música- me paré del sillón y caminé hasta la cocina. Necesitaba agua. -¿Por qué volviste?- pregunté mientras buscaba un vaso.

-Joaquín tuvo un bebé y...- comenzó a hablar.

-¡¿El bebé es de Joaquín?!- grité dejando el vaso de agua a un lado. -¿Solo de Joaquín?- pregunté abriendo mis ojos como platos.

Me miró sorprendida y luego comenzó a reír.

-Sí, solo de Joaquín- respondió riendo. -No me digas que pensaste que esa criatura era mía- caminó hacia mí.

Pude sentir como mi cara se ponía completamente roja.

-No- mentí.

-Ajá- se sentó en la mesada y me miró sonriente. -Bueno, si querés podemos tener uno- susurró divertida.

Mis manos transpiraban y mi corazón latía más rápido de lo normal. Tomé aire y agarré el vaso.

-Bueno, ¿Entonces por qué volviste?- intenté volver al tema anterior. Largó una carcajada ante mi nerviosismo.

-Como te decía, Joa tuvo un bebé, en uno de sus viajes para visitar a su familia y tal, la chica es de acá así que decidió volver, yo no quería quedarme allá sola- respondió sin más.

Bueno, no voy a ser padrastro.

Caminé hasta la ventana y la abrí, necesitaba aire.

-¿Por que tanto nerviosismo Campos?.

•Antes•//C.R.OWhere stories live. Discover now