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Me levanté en eso de las 00:10, lo primero que hice fue escribirle a Lu.

<<Te parece que 00:30hs pase por vos?>>

Fui al baño, lave mi cara y ella respondió.

<<Sip, te espero:)>>

-¿Vos vas a volver acá a dormir?- preguntó Lucho.

Caminé hacia él y dejé el celular en el sillón.

-¿Que queres?- respondí buscando un cigarro.

-¿Vas a volver? Tenes que decir sí o no- habló. Puse mis ojos en blanco mientras abría la ventana.

-¿Donde querés que vaya pelotudito?- prendí el pucho y comencé a fumar.

-Es que me quiero ver con una mina- aclaró.

-Chupame bien la chota, no voy a dormir en el auto- me negué. -No te lo merecés- lo señale con el dedo.

-Anda a cagar- bufó.

-Luciano, hay dos piezas, la podes traer igual- dije obvio.

-Pero tu cama es grande- hizo un pequeño puchero.

No le hablé más, intentaba ignorarlo aunque era imposible, ya que se colgaba de mi cuello pidiendo a gritos que por favor le deje mi habitación.

-Bueno, yo duermo en la otra pieza, la puta madre que te parió- me queje.

-Te amo, te amo tanto- respondió alegre.

Suspire y fui a cambiarme nuevamente, busqué unas cosas, y una vez que terminé salí del edificio.

Cuando llegué a su casa toqué bocina. Quedé boquiabierto al verla con el vestido que le regalé.

-Holis- sonrió.

-Hola- hablé con dificultad. Aclare un poco mi garganta antes de decir otra cosa. -Te queda re lindo- admiti.

-Me encantó todo, gracias- me abrazó y también lo hice. -¿A donde vamos?- preguntó cuando se alejó.

-A la Laguna- respondí. Puse música y arranqué.

Cada tanto la miraba de reojo, movia sus manos mientras cantaba bajito. Era jodidamente hermosa.

Una vez que llegamos, bajé las birras, una manta y los doritos. Caminamos hasta encontrar un lugar piola.

Me miraba mucho, a lo que comencé a ponerme un poco incómodo.

-¿Que?- pregunté sonriendo.

-No sé- rió tapanto su cara. -Es que estoy muy feliz por estar acá con vos, de volver a verte y que todo siga igual de bien- admitió.

Y fue en ese momento donde parecía que iba a explotar de amor. Nos miramos, me acerqué un poco, pero lo suficiente como para que se dé cuenta que quería besarla.

Cerré mis ojos con fuerza cuando Luna solo besó mi frente.

-Dale, abrí la birra, tengo terrible sed- pidió volviendo a separarse. -Que linda media luna que tenes ahí- habló después de unos segundos.

Frunci el ceño, para después abrir exageradamente mis ojos al darme cuenta a lo que se refería.

-Ah, si- dije y reí nervioso. -Es que tenía ganas de hacer algo en ese espacio- intenté mentir.

-Quiero ver mejor- pidió agarrando mi cuello. Lo miró y sonrió.

No iba a decirle que lo hice pensando en ella, no después de como me corrió la cara.

•Antes•//C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora