Beautiful Face || YeonGyu [Adaptación]

• Seis •

"De sentimientos rotos a personas rotas"

El cielo opaco normalmente indica un mal día... BeomGyu no sabe sobre esto. Por lo cual camina alegre hacia el instituto.

Una sonrisa hermosa en su rostro y una barra de chocolate entre sus manos, la idea era compartirla con YeonJun en el descanso, aunque tampoco le importaba faltar a clases con tal de estar con el mayor.

Paso tras paso daba dentro del instituto, escuchando murmullos tras él, así como personas que lo señalaban descaradamente. El pelinegro con una clara expresión de confusión ingresó a su salón para despues comenzar con la tarea de buscar a HueningKai.

—¡Hyukaa!— llamó con alegría al encontrar a su amigo, este solo sonrió.

—Hola hyung— saludó de regreso.

BeomGyu notó que todas las miradas caían sobre ellos, así que tomando a Huening por el brazo lo arrastró hasta la azotea.

—¿Qué está sucediendo? ¡¿Por qué todos de repente me miran así?!— exclamó y cuestionó con clara confusión en su rostro.

Huening soltó un largo suspiro en ese momento, era obvio, esto no era nada bueno.

—Han corrido muchos rumores por el instituto, hyung. Se dice que estás comprometido y que pronto te casarás.

—¿Qué?... Eso es absurdo, lo sabes bien.

—Eso no es todo, hyung.

—¿Hay mas?

—YeonJun será transferido.

...

Las clases habían iniciado y Choi no podía evitar dejar de mirar al rubio tras él. YeonJun, quien no le dirigió palabra alguna en todo el día.

—Señor Choi— el nombrado miró hacia el frente frenéticamente —¿Hay algo que quisiera decirle al Joven YeonJun?

—Y-yo...

El profesor negó.

—Puede salirse de mi clase.

Con la mirada baja, BeomGyu se dirigió a la salida, claro, no sin antes darle un ultimo vistazo al mayor y sintiendo desilusión al ver que ni siquiera así pudo voltearse a mirarlo.

...

Nadie se acercaba a él, mas bien parecía que todos huían. Desde los amigos de YeonJun hasta HueningKai. ¿Qué había pasado? ¿Por qué se alejaban de él?.

El horario de salida había llegado y Choi con sus ánimos por el suelo vio una pizca de esperanza al ver a YeonJun apoyando sus brazos contra los barandales de la entrada del instituto.

—¡YeonJun Hyung! — el mencionado lo miró por primera vez en todo el día. Pero no era la misma mirada que siempre le dirigía, no, esta era mas fría, muchísimo mas fría provocando que el corazón del pelinegro temblara de miedo.

Ignorando la mirada que el mayor le dirigía, con alegría y energía corrió hasta el mas alto, parándose frente a él. YeonJun bajó la mirada, seguía teniendo la misma expresión.

—¡Me alegra verte, hyung!— BeomGyu se veía tan radiante, tan feliz, no se veía como aquella primera vez en la que se conocieron, no era el chico inseguro y con temor al amor, aquel chico que tenia muchas heridas que aun podían ser visibles, ya no había rastro de ese chico. Sin embargo pareciera que el destino estaba en contra de ambos.

—Alejate BeomGyu.

Silencio, eso fue lo que se instaló durante varios segundos, segundos que parecieron años, el menor quería derrumbarse con tan solo haber escuchado eso, sin embargo su terco corazón quería saber las razones.

—¿Qué?— no obtuvo respuesta alguna —¿Por qué dices eso Yeon...?

El rubio dirigió su vista hacia otro lado, su expresión era neutra, tanto que incluso sentía miedo de si mismo, sentía incluso que en cualquier momento terminaría tirando todo a la basura y correría sin pensarlo a besar los labios de aquel precioso y angustiado pelinegro. Pero no podía hacer eso.

—Solo fuiste un juego, Choi BeomGyu. Tal y como lo dijiste en un principio.

Las palabras que salían de su boca dolían y se preguntaba cómo podía decirlas sin que se notara como su voz  temblaba. Por otro lado BeomGyu sintió su mundo caer... Otra vez.

Solo fuiste un juego.

No, no existía forma alguna de que su hyung lo viera de esa manera, no había forma de que YeonJun lo viera de esa manera.

Tomándolo fuertemente por los hombros, obligó al mas alto a verlo.

—No, tú no...— su voz se cortaba, sus ojos se llenaban de lágrimas —al menos tú no puedes hacerme esto.

—Nunca te tomé enserio— se soltó de aquel agarre —nunca significaste nada para mi.

Dicho esto, el mayor comenzó a alejarse del chico que se derrumbaba y dejaba que sus heridas nuevamente fueran visibles, desangrándose frente a todos.

El rubio estaba completamente loco.

Cuando pudo alejarse bastante, un vehículo frenó frente a él.

—¿Ahora está feliz? Acabo de romper al chico mas dulce de este mundo, ¿Está feliz? Acabo de romper a su hijo.

—Acabas de hacerle un favor a mi hijo.

—Solo mantenga su promesa.

YeonJun apretó sus manos volviéndolas un puño.

—Lo haré, ahora largate.

Choi mayor no dijo nada, y así como en silencio se marchó y de paso... También lloró.

...

Un juego.

Así que después de todo, YeonJun no era diferente como él creía.

La barra de chocolate que aun sostenía entre sus manos cayó junto con el sonido de alguien rompiéndose.

Todo había acabado otra vez.