Beautiful Face || YeonGyu [Adaptación]

• Siete •

"Alegre melodía, triste corazón"

Los días continuaron de manera lenta y tortuosa, Beom ya no tenía amigos. Las personas que lo habían dañado en el pasado se habían acercado a él nuevamente... No las alejó. Ya se encontraba lo suficientemente herido por lo que creía que ya nada le podría hacer mas daño.

Sus días alegres se habían convertido en nada más que en días aburridos y grises. Solo eran días en los que tenia que seguir viviendo. El sentimiento de soledad y tristeza lo rodeaba siempre.
Preguntándose a si mismo que era lo que había hecho mal, ¿Cual había sido su error?. Sin embargo nunca tuvo respuesta.

Pidió cambio de salón el cual no le negaron y todo para no ver el rostro de YeonJun. De hecho decidía ir a la azotea todos los días, el único lugar donde no podía ver a aquellos a los que un día consideró sus amigos, los único a los que le importaba.

El día en el que transferirían a Yeon llegó, BeomGyu decidió no asistir al instituto fingiendo estar enfermo. Estaba seguro de que de alguna manera otra terminaría impidiendo que el chico se fuera, aunque este le había dejado en claro que no quería saber nada de él.

Un juego...

—Bifur estúpido.

Susurró escondiendo su rostro en la almohada para silenciar sus sollozos.

...

La isla Jeju se veía tan hermosa, de hecho lo era. Desde sus paisajes hasta estar rodeado de agua, todo simplemente maravilloso.

YeonJun sabía que debía estar en su nuevo instituto, sin embargo no pudo asistir en su primer día. La imagen de aquel chico desganado venia a su mente. Su bonito BeomGyu.

Cuando el chico sonreía y sus ojitos se hacían chiquitos, formando arrugas en las orillas, o cuando sus mejillas se pintaban de rosa ante algo que el dijera. Esa vez que le dio un tierno, cálido y corto beso que significó tanto para ambos.

Se sentía un completo imbécil.

Siempre quiso tener una buena relación con su familia, no lo iba a negar. Siempre quiso que estos lo quisieran y lo aceptaran tal y como era.

Entonces ahora que podía tener eso, ¿Por qué se sentía tan vacio?. Ahora que sus padres "Lo querían", que su hermana "Lo apoyaba", que su familia entera lo tomaba en cuenta, se dio cuenta de lo mal que se sentía.

Apretó sus manos volviéndolas puños, mordió sus labios hasta hacerlos sangrar.

Se preguntaba si aún era demasiado tarde para remediar las cosas.

...

BeomGyu fue obligado a aprender a tocar toda clase de instrumentos. Desde los más finos hasta los mas sensillos.

Desde pequeño iba a clases de piano, guitarra, flauta, violín, etc. No era que él lo deseara pero eran ordenes de su madre y debía cumplirlas como con cualquier otra cosa que aquella mujer quisiese. Él deseaba ser como los demás niños, tener una vida normal.

Jugar con un balón de fútbol en el jardín y ensuciarse, participar en las actividades del colegio como los demás y no por si mismo. Saber que se siente obtener el papel secundario en las obras y no ser siempre el principal.

Incluso hubo un tiempo en el que no hizo ni el más mínimo esfuerzo durante los exámenes, pues estudiara o no siempre tenía las mejores notas.

Las reuniones familiares eran lo peor, pues si antes se comportaba como un títere, cuando su familia estaba presente debía ser el triple de perfecto. Y esta vez no debía de ser diferente.

Después de pasar deprimido en su habitación su madre lo había obligado a salir, vestirse y ponerse presentable para la dichosa reunión. BeomGyu sin hacer un lado su tristeza obedeció todo lo que su madre al pie de la letra.

Por ese motivo cuando le pudo ron tocar la flauta él no se negó.

Llevó dicho instrumento hasta sus labios y dio inicio a una alegre melodía que hacia sonreír a todos.

Mientras que sus ojos expresaban su tristeza y podían ayuda a gritos, nadie lo notaba pues esto era disfrazado por la alegre melodía que tocaba, y la curvatura en sus labios, obligándose así mismo q sonreír.

—Lo siento tanto, bebé— murmuró YeonJun mientras observaba todo desde una ventana en las afueras de aquella casa.

Ya nada podía ser peor.