"𝑵𝒂𝒓𝒏𝒊𝒂 𝒚 𝑯𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔; 𝒅𝒐𝒔 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒖𝒏 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐"
Hermione Granger es la bruja más brillante de su edad, acostumbrada a siempre...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
⚜𝑾𝒉𝒚'𝒅 𝑰 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒕𝒐 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝑰 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉?⚜
*:･ﾟ✧ *:･ﾟ✧ *:･ﾟ✧ *:･ﾟ✧*:･ﾟ✧
Esa noche, donde él abrió su alma ante ella debajo de las estrellas: lo había cambiado todo, incluso el sol había salido de otra forma y pintado de otro color el cielo de la mañana de Hermione Granger; quien alistaba una pequeña mochila con las cosas elementales para el repentino viaje a Narnia.
Dos noches habían pasado en las que sólo le había visto y dicho adiós desde lejos; Edmund Pevensie al igual que sus hermanos se habían puesto a leer todos los libros de Narnia que el director Dumbledore tenía bajo su resguardo, dos arduas noches de trabajo en las que habían estado buscando la localización de lo que el director de Hogwarts tanto ansiaba, y no fue hasta que creyeron haber encontrado algunos posibles lugares; que el viaje tomó inicio.
Fue así como Hermione estaba a punto de cerrar el cierre de su mochila, lista para partir hasta que sus dedos sintieron el frío vidrio de la pósion de amor...
Hermione recordó aquellos oscuros ojos que la veían bajo el árbol junto al lago, con el corazón abierto y tirando las murallas entre ellos, algo había cambiado desde ese momento, algo que había hecho que al despertar supiese que nada era como solía serlo... Y fue entonces cuando el verde esmeralda se apareció ante su mirada; la bufanda del rey de Slytherin estaba a unos centímetros de su manos, pidiendo a gritos que la llevara consigo.
En cuanto sus dedos tocaron el suave tejido, Hermione no pudo frenar el instinto de apretar la prenda para después llevársela al pecho y abrazarla mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios a la par que el rostro del rey se plasmaba en su mente. Definitivamente ahora sabía algo que antes no, algo que ahora le hacía sentir feliz al recordar aquel abrazo en la cancha de quidditch, algo que hacia que de pronto notara las pequeñas pecas en el rostro del rey, algo que en los ojos de Edmund Pevensie creaba una sonrisa en Hermione Granger.
Todo había cambiado. De pronto Hermione supo lo que debía de hacer...
Decidida, Hermione tomó la bufanda para guardarla dentro de su mochila y tomar la poción entre manos.
Vagó un momento por los pasillos, era demasiado temprano, sólo un par de Hufflepuffs desayunaban en el gran corredor mientras un par de Slytherins salían a ejercitarse. Encontró a sus amigos en el gran comedor, Harry platicaba junto a Caspian y Peter mientras disfrutaban de un buen jugo de calabaza mientras Ron como siempre tragaba más de una pieza de pollo frito.
—¿Estás bien?—le cuestionó Harry después de un tiempo al notar su evidente nerviosismo.
—Si, es sólo que... Quiero hablar con alguien—mustió Hermione sintiendo como todo lo que decía y pensaba era tan diferente a lo que ella era.
