No apuestes al amor (#2 Amores y Apuestas)

13. Tres Besos

Ada:

Con cada segundo en el que la boca de Keith reclama mis labios, soy incapaz de pensar en las consecuencias, aunque sé muy bien que me estoy dejando llevar al besar al raro amigo de mi hermano.

Su boca sabe a una mezcla igual que la última vez, la sensación es la misma, sus labios calientes y posesivos buscando los míos, su lengua abriéndose paso y su piercing apretando mi piel, para nada incómodo como en el primer encuentro de nuestras bocas.

Jadeo y es Keith quien da por finalizado el beso, aunque por ese último gesto, se nota que no está listo para separarse.

Junta nuestras frente y niega.—No me golpees esta vez, Barbie.

Una sonrisa corta se desliza por sus labios, Keith separa nuestras frentes para mirarme la cara.

—Barbie...

Y antes de que logre apartarse por completo, en casi nada, me inclino a ser yo quien empiece un segundo beso, Keith responde con sorpresa unos tres segundos, para luego ordenarle a su boca a que cumpla sus deseos, el me besa y al instante, me encuentro llevando la mano a su cuello y luego otra, lo aprieto contra mí, empujando nuestros labios y ambos jadeamos en busca de un tercer beso.

—Ada....

Por mi insistencia y mis manos acariciando las raíces de su cabello, Keith continúa y no paramos hasta que yo lo separo de mí.

Nuestros ojos se encuentran y él me sonríe, sus labios yacen levemente hinchados como los míos.

—¿Ya quieres parar o vas a dejarme besarte una tercera vez?

Mis labios hablan por mí misma y en definitiva, ya perdí mi cordura.

Sin embargo este tercer beso, aunque es el más cargado de calor y acompañado de manoseos entre nuestras manos, es el que más rápido termina, por los golpes detrás de la puerta del sótano que conduce el patio.

—Mierda.—Se queja él sobre mi boca. Aparta los labios y me mira a los ojos.

Ambos nos apartamos y vuelven a golpear.

—¡Voy!

Intento arreglar el desastre de mi cabello mientras él se dirige a abrir y en un dos por tres, Art Warriors está bajando la escalera para entrar al sótano.

—Ada, ya estás aquí.—Me dice Broddy, a lo que respondo con un gesto, Tristan va directo al refri, en busca de un refresco.

Y Brianna se acerca a mí.

—¿Todo bien?

Con mis labios hinchados y apretando de ellos, respondo.—Si.

Pero ella no lo cree, entonces Brianna pasa la mirada de mi a Keith y sonríe, un nuevo calor sube a mis mejillas, en modo de disimulo me levanto y voy hacia el micrófono, Keith llega a mi lado y sostiene la guitarra.

Cada chico toma su posición.

—Deberíamos empezar ya.—Escucho detrás de mí, mientras ajusto el micro.

Giro el rostro y lo encuentro mirándome.

—Que sea "Litium"... ¿Ada?

—Si.—Respondo, mierda, mi voz a temblado..—La conozco.

Comienzan a tocar el ritmo de la canción y Keith me sonríe, aparto la mirada de él y comienzo a cantar las primeras letras.

(***)

"Descansa".—Leo el mensaje de Keith y mantengo mis ojos en la pantalla, hasta que Noche salta a mi cama.

Suspiro y dejo el móvil, para tomarlo en brazos.

—¿Qué demonios me sucede con tu raro dueño, Noche?

Como si me entendiera, solo me da un ruido.—Meow...

Lo dejo acomodarse sobre el colchón y me quedo dormida.

(***)

Durante la semana, mamá me pide que le acompañe a comprar un vestido, bastante revelador, cabe destacar y que seguramente saca canas verdes a papá, también me compra un vestido del mismo color crema, con los hombros descubiertos y cerrado hasta el cuello en una unión, pero con la espalda abierta, uno que a diferencia de mama, cubrirá mi cabello rubio y largo, en cambio ella al tenerlo corto...

Si, a papá no le gustara nada esto.

—¿Qué es esto?.—Pregunto en el esperado día, papá me entrega un recibo, a mitad de la sala, mientras intenta arreglar su corbata.

—Necesito que recojas el pastel, cariño.—Me pide.—La pastelería tuvo unos problemas y ... Tengo que estar aquí, ya sabes cómo se pone tu madre.

—¿Y Byron?

—En la ducha.

Byron todo el tiempo arreglándose a último minuto.

Suspiro.—Bien , iré...

Ayudo a papá con la corbata y él me agradece, con una sonrisa me aparto y salgo de la casa, justo para ver salir a la madre de Keith, muy arreglada y venir hacia mí con la mini yo.

—Hola, Ada.—Me saluda, tomando de la mano a Nancy.—¿Tu madre..?

—Está dentro de la casa.—Respondo y ella ingresa, con su hija.

Bajo las últimas gradas y me acerco, al ver a Keith y a su padre venir también, son de los primeros invitados, el padre de Keith me saluda e ingresa a la casa, pero su hijo de detiene.

—Barbie...—Sus ojos me recorren el cuerpo.—Nada mal.

—¿Debo suponer que es un cumplido?

No hemos tocado el tema del beso, además de que estos últimos tres días, solo he ensayado y vuelto a casa, para ayudar a mamá con los preparativos de sus "26 años"

Como ordenar un bufet y bocaditos, también las bebidas y los adornos alrededor de la sala, como las cortinas de color blanco y crema en las paredes.

Muerdo mi labio y pongo la mirada en el coche de su padre, para luego regresarla a él.

—¿Barbie?

Recordando que debo ir por el pastel, lo invito a acompañarme.—¿Tienes algo que hacer, Fletcher?.