28. El gran día

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Ada:

—¿Qué es esto, Brianna?.—Pregunta Tristan sacando de la caja que ella trajo, lo que parecen ser unas camisetas color negro y con el logo en blanco de "Art Warriors" estampado en el centro.

—Mi prima las hizo.—Responde. A su vez, Broddy también se une a Tristan a sacar cada camiseta.—Es diseñadora y le pedí que hiciera cinco ¿Por qué no usarla en la presentación?

—Es una gran idea.—Le digo a ella.

Me sonríe y el enojo irradia en sus ojos al ver como Tristan y Broddy se empiezan colocarlas encima de la ropa.

—Hey, estan limpias.

—¡Estamos limpios!.—Se quejan ellos.

—¿Estas segura que sera buena idea?.—Mi sonrisa se pierde y confundida, pongo los ojos sobre mi novio.—Hasta que te cambies y ...

—Yo no estoy preocupada, no estes preocupado.—Pronuncio, la sonrisa de Keith se mantiene.—Y soy rápida cambiandome.

—Si, eso lo se muy bien, Barbie.

Me sonrojo. El raro me hace sonrojar y Keith lo disfruta.

—Ya, tortolos.—Nos pide Brianna, al instante nos damos cuenta que los tres nos están viendo.

Me sonrojo mucho más.

—¿Por qué no vienen a probarse las camisetas?.—Ahora que lo veo, Tristan y Broddy ganaron la discusión, porque llevan puestos las camisetas.

Encojo los hombros en dirección a mi novio y soy la primera en probarlo.






(***)




—¿Qué haremos después de que todo esto termine?.—Le pregunto a Keith, cuando al fin nos quedamos solos.—La guerra de bandas, el coro.

—Pasare todo el verano que queda con mi novia.

Trago saliva.—¿Y después...?

El nota mi preocupación, su sonrisa se borra y viene directo hacia mí, con sus manos sobre mi rostro.

—Hey, no pienses en eso.

—Nosotros..—Alargo un poco las palabras.— ¿Vamos a terminar, raro?

Keith me observa confundido.—¿Qué?

—Volverás a la universidad... Y yo me quedaré, por lo menos otro año.—Le recuerdo.—Y sobre las relaciones a distan...

—Por favor no digas que no crees que funcionen.—Keith suspira y deja ir mi rostro.—Haremos que funcione. ¿Existe el teléfono, no? Cartas.

Sonrio.—¿Vas a enviarme cartas?

—Verás mi lado cursi, Barbie.

Achico los ojos.—Cuesta creer imaginarte cursi cuando te vistes asi.

Keith arquea una ceja divertido.—¿Me estas juzgando por mi ropa, Barbie?

—No.—Sonrio.—Me encanta ese estilo.

—Joder, al fin lo admites.

—Disfrutalo, porque no lo volveré a decir.

Ambos reímos, pronto eso termina y él se pone serio.

—Te quiero, Ada —Mi corazón se acelera.—Y tengo que hacerte una pregunta...

Abro los ojos.

—¿Podrás sobrevivir un año sin mi, Barbie?

—Yo debería hacer esa pregunta, raro.

—Pero la hice yo.—Arquea una ceja en mi dirección.—Ahora responde...—Dice casi sonriendo.

Suspiro mirando los ojos de mi novio.

Hago una pausa y pregunto.—¿Prometes llamar todos los días?

Puedo ver la felicidad en sus ojos.—Lo prometo, mi amor.

Definitivamente Keith Fletcher puede ser cursi.

—Entonces si puedo... Despues iré a encontrarte.

—Y ahi estare.—Tiene el don de hacer que mi corazón quiera salir disparado de mi pecho, cada vez que habla.—Esperando por mi Barbie.






(***)






Esa mañana, me levanto gracias a Noche, quien acaba de saltar a mi cama y me ha puesto las patas sobre la cara.

Como si me obligara a despertarme.

—Meow...

Abro los ojos y sostengo al gato de los Fletcher, aunque prácticamente es mio.

—Noche.... 

Abro los ojos, creyendo que esto es real, que hoy.

—Hoy es el gran dia, noche.—Digo como si tocara el suelo luego de una caída.

Creí que me sentiria con preocupación y con dolor en el estómago por el pánico, pero me siento bien.

El gato me ve extrañado, moviendo la cabeza hacia un lado y sacandome otra sonrisa.

—Meow...

—Hoy.—Repito una vez más.

Hoy es el dia de la guerra de bandas.

Y también el recital en la iglesia.

No apuestes al amor (#2 Amores y Apuestas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora