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(29)
RELAX
—¿Eh... ahora?
Medio que tartamudeo y también me doy cuenta que es una pregunta muy estúpida porque sí no iba a venir a decirme para hablar la semana que viene.
—María...
Mi cabeza gira o más bien giro medio cuerpo para ver cómo Valentín se levantaba de la mesa redonda para tomar sus zapatillas del piso, su celular y levantar la cabeza caminando hacía mí.
—Yo mejor me voy. —anuncia y me sorprende solo un poquito.
El sabía que no me hablaba con Joaquín hace tiempo así que supongo que quería darme una ayudita.
—Bueno...
Claramente musito más bajo y llega a la puerta para frenarse mirarme con una sonrisa de costado, poner su mano detrás de mi hombro y dejarme un beso en la mejilla.
—Gracias por el desayuno Malu. Hablamos después.
No me deja decir algo más porque fue todo tan rápido que cuando quise decir algo solo le saludo con la cabeza a Joaquín y salió del departamento.
Lo veo alejarse y ahí vuelvo mi mirada a ése que llamaba mi mejor amigo y hago una mueca, señaló el interior de mi departamento.
—Pasa...
Hasta ahí no me di cuenta que había traído algo, se agacha para buscar algo que dejó en el piso. Era una caja no parecía de madera sí de papel que tenía un moño negro así que me lo entrega ni bien lo alzó.
—No me olvidé de tu cumpleaños. —revela y lo agarro conteniendo una mueca, esa mueca que quería hacerse una sonrisa—. Permiso.
El pasa por mi lado y yo rápidamente cierro la puerta para caminar y dejar la caja en la mesa no sin antes correr la taza que utilice con Valentín.
—¿Ya desayunaste? —pregunto mirándolo.
Asiente y se sienta en la silla que minutos antes ocupaba Valentín, pasa su mano por la cara y pelo con nerviosismo y vuelve a mirarme.
—Me hubiera gustado que me mandes un mensaje ayer y no un regalo necesariamente. —suelto sin poder contenerme y me siento en frente de él.
Él lo lamenta, su cara lo expresa antes, hasta que finalmente habla.
—Perdón María. Fui medio boludo... Ambos. —se corrige arqueando una ceja directamente hacía mí.
