Capítulo 33: "Nuevo Despertar"

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Claudia


Soy enfermera de tiempo completo en cuidados intensivos, aunque en ocasiones también implica segur con ello a otros extremos. Está mañana he recibido un mensaje y con ello una llamada.

—Te necesito en New York ahora— me impone Mcklen.

—Pero estoy en cirugía no voy…

—Te pago cinco veces lo que te van a pagar, el jet te está esperando donde siempre— me interrumpe y sin siquiera dejarme decir más.

—Esta bien— es lo último que digo antes que me corte la llamada.

No me queda otra opción, voy directo al punto de reunión. Su jet está ahí, es uno color negro mate.

En ocasiones suelo pensar que paso más tiempo en otros lugares que en la misma clínica. Me causa cierta crisis pensar donde tendré que ir y en la situación en la que estaré. Por mientras dejo de lado mis pensamientos para concentrarme en la vista preciosa que me entrega la vida. Considero que debo de tener miedo al tomar mis propias decisiones, estar ayudando a la mafia puede que me traiga problemas pero por otro lado pienso que mi vida se ha solucionado desde que empecé a hacerlo.

Se siente una ligera turbulencia por lo que me hace despertar del sueño profundo que he tenido, estamos aterrizando ahora mismo, así que tomo mi maleta de medicamentos para repetir un mismo proceso.

Al bajar comienzan mis nervios al ver al hombre en la camilla, es guapo, de cuerpo medio musculoso, con tatuajes.

—¿Qué le ocurrió?— pregunto a los enfermeros que se encuentran ahí.

—Herida en el abdomen con hemorragia, tuvo cirugía, lo inducieron en coma para traerlo— me dice un enfermero, quien cuida de él.

—Entiendo, súbanlo al auto y díganle al capitán que tenemos un destino, Nueva York— él asiente con una sonrisa, mientras otros dos hombres se lo llevan a dónde pedí. Otro hombre se acerca a mí.

—Voy abordar el jet, ¿vienes conmigo?— le pregunto a aquel hombre.

—No voy a subir y tú tampoco, hay que esperar a alguien más, ella es tu prioridad— dice en tono seco.

—No la veo— miro de un lado al otro.

—Vendrá— contesta adusto.

—¿Cuál es tu nombre?— le pregunto para romper el hielo.

—Nicolás, no preguntes más, no me interesa— se va hacia algún lado.

Ruedo mis ojos, estoy a punto de querer abordar hasta que se escucha un impacto. Giro mi cabeza rápidamente de donde proviene el ruido y me encuentro a una mujer saliendo a rastras del vehículo.

—A ella la tienes que salvar— dice Nicolás, miro con sorpresa la escena, casi incrédula—, si no vive tampoco tú.

Estoy tan acostumbrada a las amenazas que no me llega su comentario.

El resto del cuerpo de médicos la auxilia, yo sólo veo cuando entran con ella al ver, mi cabeza da vueltas.

—No has comido en todo el día linda— escucho a alguien y todo queda ahí, quedó inconsciente.

Me siento ligera, no sé cuánto ha pasado, hasta que despierto con agua en mi rostro.

—Tu labor empieza ya— es Mcklen quien me habla de frente—, los dos están estables, la chica necesita más atención por las heridas que lleva, quizá le tome tiempo despertar— veo en sus ojos algo de tristeza—, el chico ha despertado, ya todo está bien en él. Si sus situaciones empeoran llámame, ya lo sabes.

Todo Lo Impredecible Es PredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora