Después de tener las maletas listas Sherlock y John se ofrecieron para acompañarte al aeropuerto. Al llegar te encontraste a tu padre esperándote, te acercaste a él y lo abrazaste con fuerza como despedida.
- el avión está por despegar -comentó Lestrade al abrazarte con fuerza- tienes que subir tus maletas
- yo las subo por ti -dijo John agarrando las maletas y se fue dejándote a solas con tu padre.
- ¿qué fue lo que pasó con él? -frunció el ceño Lestrade mientras miraba al doctor irse.
- es complicado, quedamos como amigos -te separaste del abrazo y mirando alrededor buscando a Sherlock.
- ¿pero no te gustaba? -levantó y bajó sus cejas con picardía.
- bueno... me gusta, pero no sé. Sabes que soy celosa y él tiene varias ex
- eso no es un impedimento -lo miraste confundida- no me malinterpretes, prefiero que estés sola, pero en caso de estar con alguien, John es una buena opción
- la distancia será un impedimento... las relaciones a distancia creo que son terribles. Así que vamos a estar como amigos por ahora...
- ¿con derechos? -preguntó Greg queriendo aguantar la risa.
- ¡papá! -le pegaste juguetonamente.
- ten cuidado en Italia ¿sí? -te sonrío.
- ¿qué me cuide? Ustedes deben cuidarse, ya no me van a tener para protegerlos -reíste. Se escuchó la voz de una mujer que anunciaba los aviones pronto a despegar- ese es mío -dijiste al escuchar el número del vuelo.
- adiós, hija -te abrazo con fuerza- me llamas cuando llegues -asentiste.
- nos vemos ___ -dijo John llegando de nuevo. Te separaste de tu padre y lo abrazaste a él- hablé con una azafata, al aterrizar te ayudará con tu equipaje, por tu brazo -Greg para dejarlos solos fue en busca de Sherlock.
- gracias -respondiste y lo abrazaste con fuerza- te besaría, pero me parece que arruinaría el momento
- yo creo que no -respondió rápidamente Watson. Miraste a tu alrededor y te acercaste lentamente a besarlo.
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Ninguno de los dos quería separarse, el beso era dulce, pero a la vez apasionado. Tanto tú como John querían que el beso fuera eterno, pero a la vez querías acabar antes de enviar todo al carajo y decidir quedarte con él, porque la realidad era que amabas a ese médico militar. Por falta de aire se desunieron y con una sonrisa en sus rostros se quedaron mirando cara a cara hasta que tu padre y Sherlock aparecieron.
- no puedes decir que su esposa lo engaña con su peluquero -decía Lestrade quien había salvado al detective de que lo golpearan.
- pero era perfectamente lógico -frunció el ceño Holmes llegando hacia ustedes- no soy bueno con las despedidas -comentó al mirarte.
