Liberty University (l.s) | TERMINADA

28

Lo siguiente que supo Louis fue que recibirían una visita de la madre de Ryan. Se supone que era una Alfa que se dedicaba a vender omegas, Louis desearía saber más sobre la familia enferma que tenía Ryan pero la verdad era que no podía.

Así como habían previsto, una señora vieja, con un bastón elegante y unas botas grandes entró a la casa al siguiente día. Bajó al sótano para ver a Louis y ver con lo que tendría que trabajar.

Louis había estado amarrado por dos días enteros ya y por eso el alivio recorrió su cuerpo cuando escuchó a la alfa decir que lo desamarraran para que lo pudiera ver bien. Ryan y Ricardo siguieron sus órdenes y dejaron que Louis se levantara de la silla por primera vez.

Las piernas del omega estaban débiles, prácticamente no querían cooperar, pero de alguna forma logró levantarse de la silla. Mientras la mujer revisaba a Louis de pies a cabeza él se encargó de verla a ella también discretamente. Era una mujer de vestimenta elegante, demasiado delgada, un vestido morado y unas botas de tacón, todo esto claramente acompañando a su bastón.

La mujer dio la vuelta al rededor de Louis viendo todo lo que podía. Louis estaba asqueado, aunque no sentía el derecho de estarlo, era mercancía ahora, sucia mercancía.

-¿Que dices, mamá?- luego de un rato el beta habló, su madre hizo una mueca, Louis incluso se llegó a sentir insultado, él no quería estar ahí y ahora lo estaban evaluando descaradamente como si le estuvieran haciendo un favor -él es el Omega más lindo de toda la universidad, pregúntale a cualquiera y te dirán que no hay nadie más precioso que él- Louis bajó la cara avergonzado, normalmente eso hubiera sido un cumplido pero ahora aborrecía esas palabras con todo su ser.

-He visto mejores- respondió la mujer con una mueca. Ryan se calló y dejó que su madre hablara -¿Me estás diciendo que me darás a este omega totalmente gratis? Esa una muy mala movida, hijo- le respondió la señora. Su cara nunca formó una sonrisa.

-Solo quiero alejarlo de mi vida, asegurarme de que nunca más se vuelva a meter en mi camino, el dinero es lo de menos, luego podemos discutir eso.

La alfa asintió con su cara seria y luego volteó a ver a Louis otra vez -¿y que? ¿Es mudo o que?

-Claro que no, madre. Simplemente está haciendo un berrinche y no quiere hablar, se le quitará pronto- respondió. Louis se sentía cómo un perro, una mascota. Se sentía horrible.

-Excelente. El transporte de omegas que teníamos para Brasil ya está lleno así que la florecita tendrá que esperar cinco días más.

Justo cuando Louis pensaba que las cosas no se podían poner peor, la noticia de que tendría que pasar en ese sótano del infierno por aún más tiempo lo destrozó. Ya no tenía fuerzas ni de llorar, ya lo habían humillado lo suficiente para llorar en frente de ellos nuevamente.

-Me parece perfecto- Ryan agitó la mano de su desagradable madre, el trato ya estaba hecho y Louis no sabía que sentir al respecto.

En lo único que pensaba Louis era en su madre, su hermana, Niall y Harry. Debían estar muertos de preocupación, Niall debía a estar al borde de la muerte sabiendo que su bebé no podría nacer y que su mejor amigo estaba desaparecido.

Louis escuchó hablando a Ryan y a su madre de bajarle un colchón al sótano para que pasara los días, ya que la mercancía no podía estar durmiendo amarrado a una silla como en los pasados tres días.

Louis quería morir y esta vez era literalmente, desearía no haber detenido a Ryan cuando estaba apunto de dispararle. Pero al menos eso le daba algo irreemplazable; esperanza. Esperanza de que alguien lo encontraría a tiempo, de que algún vecino lo haya visto y haya llamado a la policía, algo, cualquier cosa sería como un milagro para él en esos momentos.