Sunbae [BTS Fanfic] ✓

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“Happy RM Day”

—No puedo creer que seas así, Kim Taehyung —bramó Hye con rabia.

—¿Yo? —preguntó Tae señalándose a sí mismo—. No sé de qué hablas.

—No actues como estúpido. Sabes a lo que me refiero —indicó la rubia.

Su enojo, como una hoguera ardiente, no se apagaba en ningún momento.

—No, no lo sé. ¿Por qué tienes esa actitud? —inquirió el chico frunciendo el seño.

Taehyung se sentía muy contrariado. Hye usualmente parecía un mar en calma. ¿A dónde se había ido esa chica tranquila y que transmitía tanta paz?

—Tal vez para tí sea divertido pero a mí no me causa ninguna gracia —lo señaló Hye con su índice—. No puedes ir por ahí haciendome sonrojar y poniendome nerviosa a propósito.

—Yo... —intentó explicarse V.

—No puedo creer que te burles de mí de ese modo. ¡Eres un imbécil y un niño infantil! —le gritó la chica.

Tae se sorprendió por sus palabras. ¿Por qué lo estaba insultando de esa forma?.

—Yo sólo jugaba, creí que eramos amigos ahora y ya habíamos superado esa etapa —le mencionó.

Hye gruñó en su dirección. Odiaba que los demás se burlaran de sus sentimientos. Siempre había sido así, desde que era una niña.

—Ese es el problema, Kim Taehyung. Tú sólo juegas. Ni siquiera te detienes a pensar en cómo yo me siento —le recriminó Hye.

Dió un golpe en medio de su pecho para apartarlo y marcharse de la sala de ensayo.

Taehyung la vió irse y azotar la puerta. No sabía que era tan importante para ella. De haberlo sabido no hubiera bromeado del modo en que lo hizo.

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Llegó el 12 de septiembre de 2018, cumpleaños número veinticinco de Kim Namjoon.

—Feliz cumpleaños, Namjoonie —lo felicitaron sus compañeros en la mañana.

Le habían llevado un pastel para celebrar.

Sin embargo para los idols el día de su festejo no suele ser muy diferente a otro día cualquiera. Deben seguir con sus rutinas, no tienen el día libre, por su puesto que no.

Al final del día, RM realizó un live para hablar con ARMY, como era la costumbre. Al acabar se quedó mirando su teléfono.

Jungkook le saludo y le indicó que iba a dormir. Era bastante tarde.

Namjoon salió de la habitación para que el menor pudiese tener un buen sueño. Llamó a sus padres y charló con ellos largo rato.
Su estómago hizo un ruido raro, por el cual su madre le ordenó ir a cenar de una buena vez. Así terminaron la llamada.

Namjoon guardó su teléfono y se dirigió a la cocina. Se quedó a medio camino hacia la nevera.

Eun Yeong estaba allí, llevaba auriculares puestos. Trataba de aprenderse la nueva canción que debían grabar “Lost Princess” y sin querer había comenzado a moverse, recreando la coreografía.

—Oye —el chico tocó su hombro para llamarla.

Sin embargo la castaña se asustó. Por instinto volteó y le dio un buen puñetazo a RM en la nariz. Al caer en cuentas cubrió su boca con ambas manos y se quitó lentamente los auriculares.

Namjoon se sostenía la nariz con la mano derecha y la observaba atónito.

—Lo siento —dijo Eun Yeong ejecuntando una reverencia.

—Yo solo te quería preguntar que había de comer —se quejó Namjoon.

—¡Aigoo! —mencionó Eun Yeong viendolo con preocupación

—¿Qué?

—Estás sangrando.

—¿En serio? —Namjoon observó su mano, efectivamente, su nariz estaba sangrando—. ¿Me golpeaste con tu mano o con un martillo?

La chica rió con nerviosismo. Ciertamente no había medido su fuerza.

—Este....¿Feliz cumpleaños? —sonrió Eun Yeong con culpabilidad.

—No te voy a dar las gracias —mencionó el líder de BTS.

—Dejame ver.

La chica se le acercó para revisar el golpe. Namjoon olvido a su nariz por un instante. Ella estaba demasiado cerca, no era muy apropiado ese tipo de contactos. ¿Entonces por qué tenía ganas de acercarsele más?

Esos y otros pensamientos descabellados pasaban por su mente. RM se lo atribuyó todo al golpe que acababa de recibir. De seguro estaba delirando.

Ella finalmente se alejó.

—No me fracturaste la nariz ¿o sí? —le preguntó Namjoon volviendo en sí mismo.

—No, parece que solo fue un golpe. De verdad lo siento, sunbae —la chica hizo una reverencia de nuevo.

La situación no era tan grave. Pero los idols tenían que trabajar constantemente con su rostro y no era beneficioso tener un moretón.

Eun Yeong lo ayudó a curarse el golpe, después de todo era lo menos que podía hacer. Luegos ambos cenaron juntos y conversaron de variados temas.

¿Quién iba a decir que con un puñetazo comenzaría su historia?

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