Sunbae [BTS Fanfic] ✓

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"Aclarar las cosas"

Toda una semana había transcurrido, DaiNa había conseguido evitar a Jung Hoseok por siete días, una verdadera proeza considerando que vivían bajo el mismo techo.

Hobi esperó pacientemente a que ella pudiera aclarar sus pensamientos y luego volviera a hablarle. Cuando eso no pasó comenzó a preocuparse de verdad. La insertidumbre sobre si ella no volvería a hablarle jamás comenzó a atormentarlo.

Por suerte para él se encontraban practicando. Concentrándose en los pasos de baile podría olvidarse de el tema, al menos por un rato.

Su ensayo se vio interrumpido cuando la chica de cabello morado entró a la sala de práctica.

—BTS se quedará sin su maknae —anunció, dirigiéndose a sacudir a Jungkook del cuello.

"Mic Drop" sonaba de fondo. Los seis chicos restantes habían detenido su danza. Ahora miraban la escena con sorpresa.

—Noona, sueltame por favor —pidió Jungkook, comenzaba a aturdirse por el movimiento.

—Tú cierra la boca, niño conejo —lo amenazó Sakura.

Jimin se dirigió a apagar la música.

—¿Que ocurre? —preguntó Namjoon.

Estaban agrediendo a uno de sus compañeros. Se vió obligado a preguntar.

—¡Unnie!

Las chicas restantes de SAHARA, llegaron y separaron a su mayor de el pobre Jungkook que ya había comenzado a perder el color.

—Hye —sonrío V al verla.

—Taehyung —lo nombró ella, también dedicándole una sonrisa.

—Sí, sí. Esos son sus nombres —Eun Yeong rodó los ojos con cansancio—. ¿Pueden dejar su cursilería para otro momento? Gracias.

—¿Qué hizo nuestro Jungkookie? —consultó Jimin.

—Oh, yo te diré lo que hizo —bramó Sakura—. Este jovencito se ha pasado de la raya con nuestra bebé AhRa.

Jin, Hoseok y Taehyung miraron al más jóven de mala manera, dándole a las palabras de Sakura un peor sentido del que ya de por sí poseían.

—Unnie, no es para tanto —murmuró AhRa, lo suficiente alto para ser escuchada pero sin levantar la voz en exceso—. Me estás avergonzando.

—¿Qué hiciste exactamente Jungkook? —preguntó Jin poniendo los brazos en jarra.

Jungkook quiso contestar pero Sakura fue más rápida.

—La obligó a que lo besara —dijo con dramatismo mientras agitaba las manos en el aire.

—No pasó así exactamente —se defendió el menor de BTS.

Comenzaba a ponerse nervioso. ¿Ya se habría sonrojado? Él esperaba que no.

—¿Podrías explicarte? —cuestionó YoungMi.

—Quería obtener un beso suyo —confesó Junkook, ahora sí que estaba sonrojado. Lo sabía al sentir ese cosquilleo en el rostro—. Lo sugerí pero nunca pensé que ella fuera a hacerlo. Si se hubiera negado no la habría obligado.

La estancia quedó sumida en el silencio durante al menos unos diez segundos. Todo el mundo estaba tratando de asimilar la reciente confesión.

—Eso es manipulación psicológica —gritó Sakura—. Te castraré, conejo.

Se lanzó al pelinegro pero fue detenida y sacada de la sala de prácticas. Gritó y pataleó. También golpeó varias veces a quien la llevaba sobre su hombro.

—Calma, fiera —le dijo Suga, poniéndola en el suelo, cuando estaban en medio de un pasillo lejano.

—¿Tú también deseas ser castrado, gatito? —le inquirió Sakura entrecerrando los ojos y mostrando sus puños en señal de amenaza.

YoonGi mordió su labio inferior.

—¿Serás tú la que toque mi cuerpo?

La chica se sonrojó hasta las orejas.

—¿Por qué dices cosas como esas tan de repente? —cuestionó avergonzada.

—Necesitas calmarte. Estás demasiado enojada.

—Tú no lo entiendes. Soy la líder y la mayor de todas. Debo cuidar de ellas y...

—Entiendo que te preocupes por ellas. Pero deja de creer que no pueden defenderse solas. Aunque sean un grupo no dejan de ser personas independientes. Dejalas respirar por su cuenta —le dijo YoonGi.

Sakura lo pensó por un tiempo. Luego asintió dedicándole una sonrisa.

—Gracias, sunbae.

El rapero se rascó la nuca nervioso.

—Sí, como sea. Ya me voy —informó dirigiéndose al estudio de grabación.

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Volviendo a la sala de baile. El silencio incómodo reinaba hasta que a EunYeong se le ocurrió imitar el sonido de unos grillos en broma.

Algunos rieron y otros sonrieron con diversión. Comenzaron a conversar entre algunos relajando el ambiente.

—Bueno, yo creo que me voy —anunció DaiNa, caminando hacia la puerta.

Tenía que seguir con su plan. Mantenerse alejada de Jung Hoseok a toda costa. Si lo tenía cerca temía que explotara una bomba.

—Yo creo que no —la detuvo el chico en cuestión, apoyando la mano en su hombro para evitar que huyera.

—Sunbae, yo... —murmuró Lee DaiNa.

—¿Ahora usas honoríficos, conmigo? —J-Hope torció el gesto en desacuerdo—. Tenemos que hablar, ¿no te parece?.

Sin esperar una respuesta tomó a DaiNa de la mano e hizo que se sentaran en el suelo. El resto estaba armando un gran alboroto al otro lado de la sala, pero ellos le ignoraban.

—¡Lo siento! —exclamó la peliverde apenada—. Tienes derecho a enojarte. Yo no quería besarte, bueno, si que quería pero no debía. ¡Ay, que problemón!

DaiNa se llevó las manos a la cabeza, masajeandose las sienes.

—No es un problemón. ¡Es perfecto! —exclamó Hoseok con una sonrisa radiante.

DaiNa no entedió su reacción. Sin embargo no le dió tiempo de preguntar. El grito de asombro de los demás, desvió su atención. Al mirar, ambos abrieron sus ojos en grande con sorpresa.

Park Jimin se había caído. Esa no era una novedad, realmente. Lo importante aquí era que había caído sobre Jie y sus labios se estaban tocando. ¿Cómo rayos pasó eso?

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Nota:
Hola, he vuelto. Lamento no haber actualizado este fanfic durante más de un mes. La verdad es que estuve trabajando en mis otros proyectos y los tuve un poco abandonados. Lo siento muchísimo.

Maraton 1/10