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“Precio”

En la noche, AhRa esperó a que Jié se durmiera. Se preparó en silencio y sigilosamente salió de la habitación.

La casa se hallaba a oscuras por lo que pudo escabullirse con facilidad. No le dijo a nadie que saldría pues podrían prohibirselo y ella realmente quería ir.

Esa era la primera vez que la invitaban a una fiesta. Estaba tan feliz, sin embargo esa felicidad no le duró mucho. Cuando llegó a la dirección que ponía en la tarjeta, un escalofrío la recorrió.

Se encontraba en uno de los barrios más peligrosos de Seúl. El alumbrado eléctrico fallaba de vez en cuando. La calle estaba desierta y tenía un deje siniestro. Todo en aquel sitio gritaba peligro.

Los peores escenarios venían a su mente. Un asesino en serie o un delincuente podría salir de la nada. O peor aún, un pervertido.

Cubrió su pecho con las manos, poniéndolas en cruz. Se asustó ante esa idea, más que eso, estaba verdaderamente aterrada.

Alguien la tomó del brazo haciéndola soltar un gritillo al tiempo que se volteaba y le propinaba una buena patada en la entrepierna a esa persona, con el fin de defenderse.

El chico cayó de rodillas adolorido y perdiendo el aire en el proceso.

—Jungkook-sunbae —pronunció AhRa descolocada.

Jungkook le dirigió un mirada de reclamo mezclada con una mueca de dolor.

—Lo siento muchísimo. ¿Te encuentras bién? —AhRa se preocupo por su estado.

Jungkook se puso de pie ayudado por ella. Tomó un par de respiraciones profundas antes de recomponerse.

—Espera un momento —el chico se volteó en su lugar.

AhRa lo observó confusa.

—Por suerte no murió —comentó Jungkook volviendo a mirar a AhRa.

—¿Quién? —cuestionó AhRa pérdida.

—Nadie no te preocupes por eso —Jungkook sonrió ante su inocencia—. ¿Por qué viniste a un barrio tan malo a mitad de la noche?

AhRa bajó la mirada.

—Yo... caí en una trampa. Una compañera me dio una tarjeta de invitación para su fiesta. Pero está claro que era mentira —comentó.

La tristeza y la desilución se reflejaban vividamente en su tono.

—Debías haber avisado que ibas a salir —le dijo Jungkook, notando su tristeza y tratando de cambiar el tema.

—No quería que mis unnies no me dieran permiso. Realmente creí que podría hacer amigos —murmuró AhRa, formando una linea recta en sus labios.

Se dedicaron a salir de ese barrio antes de que ocurriera algo malo.

—¿Me seguiste? —le preguntó la pelirrosa una vez en la avenida principal.

—Te vi salir de casa y me preocupe —contestó Jungkook.

—¿Te preocupaste? —le preguntó AhRa juguetona.

—Mucho.

AhRa no se esperaba esa respuesta, avergonzada tuvo que mirar hacia otro lado.

—Este...Bueno. Será mejor que volvamos a casa —dijo avergonzada.

—Claro, pediré un taxi. Así no tenemos que caminar —indicó el maknae de oro.

Así lo hicieron, llamaron a un taxi y este llegó. Sin embargo por el camino el conductor los reconoció.

—Mis hijas son grandes fans —había dicho el señor—. Se pasan todo el día escuchando sus canciones.

A continuación el conductor hizo una imitación desefinada de la canción DNA de BTS.

Finalmente llegaron al barrio de GanNam. No exactamente en su casa, por motivos de seguridad.

—Jungkook, necesito que me hagas un favor —le dijo AhRa.

Ambos caminaban por la calle en plena noche.

—¿De qué se trata? —quizo saber Jungkook.

—A mis compañeras, no les digas lo que pasó hoy —suplicó AhRa.

Añadió a su rostro un puchero y una mirada de cachorrito. Esa táctica era infalible con sus unnies. Esperaba que también tuviera efecto en él.

—De maknae a maknae, te aconsejaré algo —comenzó a decirle Jungkook—. Debes confiar en tus mayores, la comunicación con ellas es muy importante. Ustedes son un equipo, más que eso son una familia.

—Ya lo sé pero... —AhRa jugó con sus dedos inquieta—. Realmente no quiero agobiarlas con mis cosas. Ellas tienen sus problemas propios.

Jungkook lo pensó un momento.

—De acuerdo, guardaré tu secreto —accedió.

—¿¡De verdad!? Te lo agradezco mucho —hizó una reverencia.

—Espera, espera. Mi silencio no es gratis —le indicó el chico.

—¿Perdona? —inquirió AhRa.

—Tienes que darme algo a cambio de que no hable —indicó Jungkook.

—¿Qué debo darte? —preguntó AhRa confundida.

Junkook abultó los labios en señal de que era un beso lo que esperaba recibir. Solo bromeaba, en realidad no esperaba ningún beso, la estaba molestando. Pero AhRa no sabía eso.

Reunió toda su valentía y tomándolo de la camisa lo acercó hasta hacer chocar sus labios. Un beso inexperto e inesperado por Jungkook. Pero que los hizo vibrar a ambos.

Ese era el primer beso que AhRa le daba a alguien. Se podría decir que no fue el mejor escenario o ocasión ya que ambos no compartían un vínculo romántico, al menos no aún. Sin embargo, ella había decidido hacerlo.

Podía haberse negado pero ni siquiera quiso intentarlo prefirió probar los atrayentes labios del chico. Jungkook tuvó la oportunidad de comprobar que AhRa no solo olía a vainilla. También sabía a vainilla, como un delicioso dulce. Quiso quejarse cuando ella se separó, demasiado pronto para su gusto.

—Cumplido —dijo AhRA al separarse—. Ahora debes guardar el secreto —culminó para entrar en la casa.

Jungkook se quedó allí, en el mismo sitio. Mirando el lugar donde había estado AhRa segundos antes. Preguntándose cuál secreto debía guardar.

¿El de la salida nocturna o el de ese beso inesperadamente maravilloso?.

💮

Nota:
En este capítulo sólo vemos a Jungkook y AhRa, pero no se preocupen el resto de las parejas tendrán protagonismo muy pronto.
Por ahora, ¿qué piensan de AhRa y Kookie?.

Pdt: Esta fue una actualización sorpresa. No estaba programada pero la quise subir de todos modos.

Sunbae [BTS Fanfic] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora