5: Boda

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Los preparativos del matrimonio empezaron a hacerse con increíble rapidez. Una agitación violenta reemplazo a la calma en donde vivía la madre de Jimin. Que aturdida por los acontecimientos, aceptó la brusca determinación de su hijo, sin creerse autorizada para discutirlo.

Confiando en Hoseok, que le había dado palabras tan favorables respecto a Yoongi, y además sumamente agradecida por la delicadeza desinteresada con que se portaba el amo de las herrerías, vió decidirse el matrimonio con más asombro que inquietud. Llegó a pensar que al estar Jimin sin dote, había sido una suerte el encuentro con Min Yoongi en la hora crítica, a pesar de que no era de su clase.

Jimin hizo todo lo posible para calmar la desconfianza de su madre. Se esforzó en mostrar un semblante alegre y dio a todos la ilusión de ser feliz. Sólo Jin sabía el secreto de sus angustias y dolores, pues estuvo en sus desfallecimientos y calmó su irritabilidad. En su habitación reflexionaba semejante infortunio, y no teniendo nada que reprocharse, declaraba que todo había sido debido al odio de su rival y a la cobardía de su prometido. Miro la vida como una batalla, en la cual era preciso acorazarse de desprecio para no ser herido y armarse de audacia para vencer. Se juró no detenerse en adelante en ningún obstáculo con tal de alcanzar su finalidad. Se volvió implacable y malo, de ese modo nada quedó del noble, generoso y tierno Jimin. Se hizo duro, interesado y egoísta, dispuesto a sacrificarlo todo a su placer.

Su indiferencia con Yoongi era profunda. Ni siquiera le agradeció su ciega abnegación. Concibió cierto desdén por la facilidad con que Yoongi había aceptado ser su esposo, atribuyendo a bajeza su admirable generosidad. Pensaba que tenía en él a un marido flexible y fácil de conducir. Si Yoongi se mostraba dócil, el se interesaría por él, y aprovechando todas sus influencias se encargaría de su porvenir y le haría llegar muy arriba.

Su única finalidad era vengarse de Eunha y humillar a Chanyeol. Resolvió sacrificarlo todo a esta triste satisfacción. Ya que él había sufrido por causa ajena, otros debían sufrir por la suya. Y la primera víctima fue aquel apasionado y generoso Yoongi, que soñaba con devolverle la calma perturbada y felicidad pérdida.

Cuando Yoongi tuvo el honor de colocarle el anillo de compromiso, un admirable rubí rojo, rodeado de brillantes, Jimin le tendió la mano con altivez, lleno de indiferencia y no le dirigió ninguna palabra de agradecimiento. Aquel anillo era un signo de compromiso y le fue odioso.

Al día siguiente Yoongi notó con el corazón oprimido que no lo llevaba puesto. No se atrevió a preguntar, ¡era tan tímido ante él! Pero sus ojos fueron tan elocuentes que Jimin no pudo dejar de decir «Perdóneme, nunca llevo sortijas»

Aquellas palabras tranquilizaron a Yoongi. Había creído ver en Jimin una especie de repulsión para todo lo que procediese de él. Había estado presente en la crisis familiar y no ignoraba que había sido aceptado por despecho. Pero se sentía tan lleno de cariño y pasión. Perdidamente enamorado de Jimin, no dudó de que llegaría a hacerse amar por él.

Jungkook había quedado maravillado por la belleza tierna e inocente de Taehyung, y lo había visto como el más agradable de los compañeros. Ardientemente empeñados en la partida de croquet de salón eran ellos los únicos que animaban un poco aquella situación estresante. Desde el primer día se les veía siempre juntos y se divertían como dos niños.

Eunha furiosa desde que vió fracasar sus planes, había vuelto a París llevando consigo a su padre y al duque. Admiró la fuerza de alma de su rival, y sintiéndose derrotada, ella que se creía vencedora, prometió terribles represalias.

Faltaban solo ocho días para que llegase el día deseado por el orgullo de Jimin y por el amor de Yoongi. A medida que se aproximaba la fecha fijada, el muchacho se sentía más nervioso, más agitado.

AMOR Y ORGULLO || YoonminWhere stories live. Discover now