10: Verdad

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Yoongi trabajaba en su despacho, tenía la mesa cubierta de papeles sobre las cuales echaba una rápida mirada y los firmaba con seguridad. Eran las diez y el sol caía a plomo sobre la fachada del castillo.

Se levantó y fue al balcón, mirando el jardín. Cerca del estanque, Taehyung, vestido de blanco, pescaba sin fijarse en lo que hacía. Con los ojos perdidos en el espacio, inmóvil y risueño, parecía perdido en un pensamiento feliz. El sedal se había agitado por los tirones de un pez que había mordido el anzuelo, haciendo ondular el agua transparente.

Yoongi sonrió - ¡Taehyung! - gritó.

El muchacho se estremeció, y dirigiendose a su hermano, exclamó

-¡Yoongi! Me asustaste.

-Tira, tira ... hace diez minutos que ha mordido el anzuelo, y no está bien hacer sufrir así a los animales.

Tae levantó la delgada caña, y sacó fuera del agua al pez; lo arrancó del anzuelo y lo echó en una bolsa de malla que tenía sobre la hierba.

- Ya son doce - exclamó feliz, mostrando a su hermano la bolsa llena.

-Haremos una fritada -contestó Yoongi - se ve que los peces se empeñan en que los pesquen.

Miró un momento cómo su hermanito ponía un gusano rojo en el anzuelo.

Bajo el cielo azul y a la sombra del toldo, se lo veía tan risueño y sonrosado que enterneció a Yoongi. Exhaló un suspiro alegre, y dejó caer la cortinilla que le protegía de los rayos del sol.

Volvía a la mesa cuando un discreto golpe en la puerta lo detuvo.

-Adelante

Se abrió la puerta y Jimin, ruborizado y emocionado, pero decidido, apareció en el umbral.

- ¿No le molesto? - preguntó aproximándose, mientras que Yoongi, sorprendido por la pregunta, le ofrecía cortésmente una butaca.

- De ningún modo.

Y apoyándose en la chimenea, esperó.

Jimin se sentó, y miró a su alrededor. Nunca entraba a aquella habitación, que era como el mundo privado de Yoongi. La gravedad un poco fría de la estancia, en armonía con el carácter de quien la habitaba, le gustó. Examinó cada uno de los objetos con complacencia, aunque le latía con violencia el corazón.

De pie y prevenido, Yoongi lo observaba y fue el primero en romper el silencio.

- ¿Acaso tiene algo que pedirme?

Jimin le miró, y con matiz triste dijo:
- Vivimos tan alejados uno del otro que, en efecto, sólo por una petición puedo atreverme a molestarlo.

Yoongi inclinándose hacia su esposo, como para alentarlo, dijo
- Lo escucho.

Jimin, con la cabeza inclinada, estaba temblando; nunca había tratado un asunto tan grave con tanta angustia.

- Lo que tengo que decirle ... es una cuestión de las más importantes y le interesa tanto a usted como a mí.

- Veamos

Jimin le dirigió una mirada tan llena de mudas peticiones, que Yoongi casi cayó de rodillas, pero continuó circunspecto, esperando.

- Ante todo, dígame ¿Siente algún interés por Jungkook?

- No creo - contestó Yoongi un poco sorprendido - que su hermano haya tenido ningún motivo para dudarlo

La respuesta era ambigua, y Jimin frunció ligeramente el ceño.

- ¿Y si tuviese una ocasión para demostrarle ése interés?

AMOR Y ORGULLO || YoonminWhere stories live. Discover now