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Mi agarre en la cintura de Jungkook se sentía tenso, y es que no era para menos. En todo el viaje estuve más tieso que pan duro y ahora mis brazos estaban en mal funcionamiento.

—Ya puedes soltarme, ¿sabes?

La pregunta burlona que llega de él hace que mis músculos repentinamente reaccionen y me quito como si el fuera la peste negra. Comienzo a adentrarme al edificio, escuchando como se queja en voz alta para que lo espere.

Cosa que no hago.

Así que como si no lo hubiera escuchado, me encuentro ya dentro del edificio. Saludo a mis vecinos con una sonrisa, la cual me devuelven. Paro frente al elevador y presiono el botón. Me detengo a esperar en lo que a Jungkook le toma alcanzarme.

Una vez los dos entramos en el reducido espacio que es el elevador, presiono el botón de mi piso y se cierran las puertas. Maldigo en mi mente, viendo que nadie había subido además de nosotros. El ambiente se siente tenso y pesado entre nosotros. Y ya no sé si es porque el me odia y detesta tenerme a menos de un metro de distancia o tal vez me tenga ganas.

Ya quisieras, Taehyung. Ya quisieras.

Una vez se abren la puertas salimos y paro en la primer puerta que está doblando a la izquierda. Saco mi llave del bolsillo de mochila. De reojo veo como Jungkook oculta sus manos en los bolsillos de su pantalón y silba una conocida canción para mí. Comienzo a tararear en mi mente al ritmo de la canción hasta que finalmente encuentro las llaves.

—Pasa.—digo una vez abro la puerta y lanzo mi mochila al sillón cercano.

No dice nada y pasa, quitándose las zapatillas a continuación. Agradezco no tener que recordárselo. Una vez me quito las zapatillas yo también, me giro en su dirección y lo veo relojeando el lugar.

—¿Quieres algo de tomar?

No voy a mentirles. Me tiembla todo el cuerpo y no se como no lo hizo mi voz. Tengo al chico del que llevo enamorado de pie en mi sala de estar. Lástima que no es para lo que me gustaría.

Asiente.—Claro.

Mis piernas se sienten como gelatina una vez me dirijo a la cocina para buscar algo para tomar. Abro la heladera y encuentro jugo de naranja. Saco la jarra y la dejo en la encimera, para después abrir la alacena y sacar un par de vasos limpios. Sirvo jugo en ambos y cuando vuelvo a la sala de estar, veo a Jungkook mirando un cuadro.

Mis pasos debieron escucharse, porque se gira en mi dirección y pregunta.

—¿Lo has hecho tú?

Asiento algo tímido y estiro mi mano lo suficiente  para tenderle el vaso. Agradece con una leve inclinación de la cabeza. Yo casi que me bajo el jugo de un trago, porque estoy nervioso como la mierda y siento mi garganta seca como un desierto en verano.

Dejo el vaso en la mesa y digo.—Voy a buscar el libro.

Sin que pueda responderme, yo ya estaba corriendo escaleras arriba para entrar a mi habitación. Apenas cierro la puerta me apoyo en ella y dejo escapar un suspiro pesado. Miro a mis alrededores y busco con la mirada el libro. Me acerco hasta mi escritorio y despego las pequeñas anotaciones que hice en unos post-it. Los dejo de forma organizada en mi cuadernillo y luego sostengo el libro entre mis manos.

Cuando estoy por abrir la puerta, siento unos suaves toques en ella.

—¿Puedo pasar?

El pánico comienza a correr por todo mi sistema nervioso. Boqueo como pez fuera del agua y rápidamente suelto el libro, que cae en un golpe seco contra el piso. Me regaño internamente, porque eso va a traer quejas de los vecinos de abajo. Guardo de manera descuidada y desordenada la ropa regada por toda la habitación. Y a continuación digo.

—Si, claro.

Veo como la puerta se abre despacio. La cabeza de Jungkook es lo primero que se asoma por un costado y trato de reprimir una sonrisa. Sus ojos parecen algo desorientados hasta que vuelven a los mismos ojos fríos y sin sentimientos.

—¿Pasa algo?

Toma asiento en mi cama y alzo las cejas por toda la confianza que se está tomando para utilizar mi preciada cama.

Por un momento pienso que esta ignorandome, ya que lo único que lo veo hacer es inspeccionar toda mi habitación como si estuviera buscando algo. Me cruzo de brazos esperando a que termine este tipo de investigación de la que no estaba enterado. Y antes de que se me acabe la paciencia por saber que quiere en mi espacio, habla.

—¿Esto siempre lo tuviste planeado, Taehyung?

Mi ceño se frunce y adopto una posición firme.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

Chasquea la lengua y gira la cabeza para verme. Dibuja una sonrisa de lado en su rostro.

—El tenerme en tu habitación. A tu disposición.

Mi cabeza da vueltas las palabras que me está diciendo el pelinegro sentado en mi cama. Para el momento en el que comprendo, una molestia incontrolable comienza a hacer camino por todo mi cuerpo.

—¿Sabes qué, Jeon? Creo recordar que viniste por un libro, no para interrogarme.—tiro el libro a su alcance, golpeando su brazo en el transcurso.—Lárgate.

Su expresión parece una sorprendida. El aura burlona y sarcástica de chico malo desaparece tan pronto me ve. Pero a mi ya no me importa, así que salgo de mi habitación, parandome a un lado de la puerta. Sostengo la puerta con una de mis manos y lo único que hago es escuchar como unos pasos se acercan.

—Kim...

Levanto la mirada y me enfrento a esos ojos que ahora muestran una pizca de arrepentimiento.

—Esperaba cualquier cosa, menos lo que insinuaste allá dentro.—mi voz tiembla.—La próxima fíjate que no coincidamos, por favor.

Desvío la mirada y pretendo que el florero que mi madre me regaló para mi cumpleaños es más interesante que toda esta situación.

Escucho como termina de colocarse las zapatillas.  Comienzo a cerrar la puerta, pero coloca una mano para detener mis movimientos, dejando que vuelva a estar abierta de par en par. Su mirada, que antes estaba fría como el hielo, ahora parece decidida. Me sostiene de ambos brazos y tira de mi hasta que no queda espacio entre nuestro cuerpos, lo que me hace levantar la cabeza para poder mirarlo bien.

Su mirada cae en mis labios y yo los relamo debido al nerviosismo en mi sistema. Mis manos que quedaron entre nosotros, se apoyan en su pecho en un suave toque, que parece despertarlo. Sus manos bajan hasta mi cintura y apreta con algo de fuerza. Aprieto los labios, conteniendo un jadeo de placer.

Nuestros alientos comienzan a entremezclarse y no puedo evitar que mis ojos se entrecierren.

—Esto ya no es un juego.

Es lo que susurra sobre mis labios, antes de dejar un suave beso en la comisura de estos. Lo siento separarse de mí e iniciar su camino de vuelta al elevador.

¿Qué acaba de pasar?








[♡]

no tengo ni idea de que escribí, de porque decidí que jungkook la cagara así.

so, espero que les este gustando la historia tanto como a mi. siquesi.

los amo muchísimo♡♡♡♡♡♡♡

Nerd [kookv-🌺]Where stories live. Discover now