77. Tere y Tomás; Parte II

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(Maratón 2/2)

Flashback parte II

Tere

Mis zapatos cayeron al suelo nuevamente cuando los solté y llevé mis manos a su pecho mientras las suyas me estrechaba la cintura. Sentí calma completamente, era un beso lujurioso pero lleno de sentimiento, nada comparado a otras veces, éste era más especial. Es como si me estuviera diciendo "te deseo y te amo" a la vez. Es muy extraño de explicar, simplemente fue perfecto, tanto que mis piernas comenzaron a temblar, si no fuera por su agarre, estaría en el suelo dejándome llevar por la sensación. El aire hizo falta y sentí un gran vacío cuando se alejó a respirar, pero estaba satisfecha.

-creo que también he esperado de más. -dijo uniendo nuestras frentes. Rodeé su cuello con mis manos y mordí mi labio inconscientemente. Éste se alejó un poco, llevó una mano a mi barbilla y levantó mi rostro viéndome fijamente. -Prométeme que mañana no te arrepentirás de esto.

-no necesito prometerlo para cumplirlo. -respondí con más claridad. Tantas emociones al mismo tiempo habían logrado bajar bastante mi nivel de alcohol. Con la poca luz de la ventana, logré divisar su sonrisa antes de cargarme y volverme a besar con ternura. Rodeé su cintura con mis piernas y lo dejé llevarme nuevamente a la cama en donde pasé probablemente la mejor noche y la que cambiaría mi vida por completo.

***

En la mañana, abrí los ojos y la luz del día me quemó la retina. Tuve que volver a cerrarlos con fuerza. Mi cabeza también duele enormemente, tengo una resaca del demonio. Me froté el rostro y vi cómo mis dedos quedaron manchados de maquillaje. Seguramente está completamente regado y lo más seguro es que parezco un mapache. Me removí en la cama y choqué contra el cuerpo desnudo de Tomás. Separé los párpados, él se encontraba dándome la espalda plácidamente dormido.

Sonreí al recordar nuestra noche.

No puedo creer que mi primera vez haya sido con él. Con quien siempre ignoré mis sentimientos. Mi entrepierna arde ligeramente pero, es leve, fue muy delicado conmigo. Preguntó si estaba o me sentía bien alrededor de unas diez veces. Es demasiado tierno. Admiré su ancha espalda y lo que más llamó mi atención fue aquel pequeño lunar en forma de corazón cerca de su hombro. Jamás lo había visto antes y me parece de lo más bonito del mundo. Es como su marca natural. Otra cosa que noté fueron las marcas rojas casi por toda su piel. Eran arañazos. ¿Yo le hice eso? No parecían graves aunque sí un tanto notables.

Espero que no le duelan.

No tengo ni idea de qué hora es pero no parece ser muy tarde. Al menos deben ser las nueve de la mañana. Confirmé la hora cuando me levanté cubriéndome con la sábana y vi su teléfono con poca carga por cierto. Busqué mi ropa y la suya para dejarla lista al irnos. Ésta estaba completamente regada por todos lados y sentí mucha vergüenza. No es ni mi habitación, ni mucho menos mi casa.

Al ver que tenía todo, lo dejé en una pequeña mesita cerca de la ventana y me volví a recostar en la cama. Tomás ya estaba en una posición diferente la cual dejaba a la vista todo. Justo como Dios lo trajo al mundo. Me sonrojé y lo cubrí rápidamente. Ya que él se encontraba boca arriba, pude recostarme en su pecho y escuchar a su corazón latir con calma. Cerré mis ojos y me quedé nuevamente dormida.

Desperté más o menos una media hora después cuando él me despertó con un beso. Sonreí al verlo con los ojos achinados y al escuchar un ronco "buenos días" de su parte.

-Buenos días. -le respondí y me reí.

-¿dormiste bien?

-Mejor que nunca.

Vida Entre Chicos (SC Libro #1) Where stories live. Discover now