"No quiero morir, no estoy lista para hacerlo todavía. En este momento solo estoy segura de una cosa y es que te amo sin importar como vaya a terminar todo esto, voy a hacerlo hasta la muerte, en esta vida y en la otra"
Como dijo Albus Dumbledore a...
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Me encuentro en el cuarto de las chicas leyendo un libro que me presto Remus hace unos días, llamado como burlar las artes oscuras, es sobre defensa contra las artes oscuras, creo que siempre hay que estar preparado para todo.
—Miren, me los acaba de enviar mamá—modela Mary unos aretes de perlas—Los compró en una tienda de antigüedades.
—Los muggles tienen muy buen gusto—asiente Marlene con la cabeza.
—¿Llegó algo para ti, Ophelia?—me pregunta Alice que está recostada en su cama.
—Solo una carta de mamá que decía que me extrañaba y que estaba muy feliz por mi hermano— habló mientras le doy una mirada rápida para enseguida volver a mi lectura.
Sorprendentemente Sam logro entrar al equipo de Quidditch de Gryffindor para el puesto de guardián, hace un año le arrojaba cosas a Sam para molestarlo y ni siquiera podría atrapar alguna, así quede bastante sorprendida, creo que deberías arrójales más cosas para ver cómo están sus reflejos ahora.
—Petunia todavía no responde mi carta— escucho decir a Lily.
—Tu hermana debe ser el muggle más insoportable del mundo—ahora oigo a Marlene.
—No tengo dudas sobre eso—bajo el libro y miro el reloj que está en la pared del frente, ya es algo tarde.
—Ya es bastante tarde...— me pongo de pie—Las veo mañana chicas, adiós.
Puedo oír un "adiós" de todas, camino hacia la puerta y al apenas cerrarla para irme, se vuelve abre nuevamente dejando ver a Dorcas.
—Ophelia— me habla esta.
—¿Si Dorcas?— pregunto mirándola, está parecer algo nerviosa.
—Yo...—veo como juega con sus manos—Quería agradecerte lo del otro día, cuando apareció un perro y nosotras pensábamos que era un lobo, nos protegiste aunque pudiste haberte ido. No soy una persona tan agradable, pero gracias.
Una sonrisa aparece en mi rostro.
—No es nada Dorcas—la miro—Y aunque no lo creas si eres agradable.
—Gracias, nos vemos mañana — se despide con una media sonrisa.
—Si, adiós —me volteó hacia en dirección a las escaleras y camino hacia allá.
Necesito ir al cuarto de John para entregarle una pequeña carta que mamá le envío, cree que John es su tercer hijo, no se muy bien porque.
Al llegar a bajo tengo que pasar la sala común para subir las escaleras hacia su cuarto, pero algo hace que me detenga antes de cruzarla, es James junto a Sirius, Remus y Peter hablando.
—Hay que ir—escucho que les dice James, estoy detrás de la pared—Vamos.
¿Que estarán planeando?.
Los veo salir por la puerta de la sala común, camino a una distancia prudente de ellos para que no me noten, necesito saber que planean.
Al salir le hago una seña con mi mano a la dama gorda para que se mantenga en silencio, comienzo a seguir la pequeña luz de su lámpara ¿donde rayos van?. Al llegar a la escalera saludo silenciosamente a los cuadros, algunos me piden que apague la lámpara ya que desean dormir.
Subo las escaleras que van en dirección a la biblioteca ¿porque desearían ir a la biblioteca a esta hora ? Bastante raro.
Al entrar veo que ellos doblan hacia uno de los pasillos de los libros, deben ir a la sección prohibida. Camino sigilosamente hasta ahí, al llegar me apoyo en un estante y los veo, ellos están observando una pared, esto no puede ser más raro.
—Ustedes si que son raros—salgo de detrás del estante, estoy dan un pequeño salto del susto.
—¿Ophelia? ¿Que haces aquí?— me pregunta Remus.
—Tu señor prefecto— doy golpecitos con mi dedos índice en su pecho—Deberías dar el ejemplo, deberías descontarte puntos a ti mismo.
—Baja la voz, Lía— me hace un movimiento con la mano James.
—Lo siento —habló en un susurro—¿Pero porque están mirando una pared?.
Los cuatro se miran entre sí.
—¿No me digan que están haciendo un agujero para salir de aquí ?— pregunto cruzándome de brazos.
—No, pero es algo parecido —dice Sirius mirándome.
—Van a tener serios problemas, en serio debe...—no puedo terminar la frase ya que Sirius me jala de la mano para que me agache, pone su otra mano en mi boca.
Lo miro, este me hace un signo de silencio con su mano para que me mantenga callada, asiento con la cabeza, Filch debe andar por aquí. Debo admitir que no puedo evitar ponerme nerviosa por estar tan cerca de Sirius, quita la mano de mi boca y trata de mirar para ver si sigue ahí.
Miro a los chicos que están en frente de nosotros, escondidos también atrás de un estante, esperen ¿James acaba de desaparecer? De seguro hoy aspire algún antídoto de posiciones.
Sirius vuelve a mirar hacia allá, este suelta un suspiro ya que Filch se a marchado.
—¡James acaba de desaparecer!—exclamó en un susurro—¡¿Como es eso posible?!.
—Luego entenderás todo— me ayuda Sirius a ponerme de pie.
—Estas completamente loco James —digo cuando este vuelve a aparecer.
Les doy una mirada a todos y comienzo a caminar hacia la salida.
—No puede ser chicos—oigo a Peter, me volteó.
—¿Que hacen aquí a esta hora?— pregunta Peeves, el fantasma.
—Hola Peeves— lo saluda Sirius, entre todos se dan una mirada, no puede ser.
—¡Alumnos aquí, hay alumnos aquí!— grita Peeves fuertemente, lo odio—¡Aquí!.
—Ya veras Peeves — lo apunto desde donde estoy—Le dire al barón sanguinario que te busque.
—Es hora de irnos—dice James—Yo lo distraeré, vayan.
Sirius pasa corriendo junto a mi y toma mi mano, me jala para que corra, corremos por el pasillo, juro que la bajar la escalera creí que me caería. Luego de correr por casi medio Hogwarts logramos llegar al pasillo donde está nuestra sala común, nos detenemos.
—Nunca había corrido tanto en mi vida—habló con la respiración agitada, bajo mi mirada y todavía mi mano está tomada con la de Sirius.
La suelto, este me da una gran sonrisa y yo también le sonrió, siento como algo pequeño se enciende en mi.
Remus nos da una mirada a todos, enseguida nos largamos a reír.
Está a sido la noche más loca de toda mi vida en Hogwarts.
