Never Let Me Go || Sirius Black||

Veintisiete.

"Y si era un caso evidente
Nunca lo hubiera sabido por la expresión de tu rostro".
                    ...

Las vacaciones de invierno ya han terminado y ya es hora de volver a Hogwarts, extraño a los chicos ya que con Sam suelo aburrirme bastante aquí.

Cierro mi baúl y me acerco a mi espejo, me pongo el collar que me dio Sirius, al terminar de hacerlo lo tocó con mi mano mientras lo observo. Al salir del trance voy hacia mi baúl, lo tomo y bajo a la primera planta, al llegar abajo veo que Sam todavía no a bajado.

—Que lindo collar Ophelia — dice mamá mirándolo.

—Si—asiento con la cabeza mientras lo toco—Fue un obsequio para navidad.

—Ophelia—dice Sam mientras arrastra su baúl por la escalera—No cae todo en mi baúl ¿podrías guardar esto?.

Son los dulces que le regalaron las chicas.

—Si es que me das una cantidad, no lo haré gratis —digo sonriendo.

Suelta un suspiro.

—Está bien, pero solo unos pocos—me entrega los dulces, abro mi baúl y los guardo, pero antes de cerrarlo saco uno de mis libros.

—Vamos niños—papá nos llama, tomamos nuestros baúles y salemos de casa.

Al llegar a este los subimos al maletero y luego nos subimos nosotros, papá conduce en dirección a la estación.

—No quiero que golpees a nadie más Sammy, Ophelia me lo contará si es que llega a ocurrir—Sam me mira, le doy una sonrisa.

—Pórtate bien Sammy— asiento con la cabeza.

—A veces eres insoportable —me susurra.

Finalmente llegamos a la estación, desde aquí se ve a grandes grupos de personas entrar. Bajamos del auto y sacamos nuestros baúles del maletero y los dejamos arriba de un carrito, entramos a la estación y caminamos hacia la pared.

—Tu primero Ophelia — dice mamá cuando llegamos, tomo mi carro y corro.

Llego al otro lado, segundos después aparece mamá, papá y Sam.

—No olvides escribirnos  Ophelia— dice mamá mirándome mientras caminamos.

—Si—nos detenemos.

—Hola Ophelia —dice alguien detrás de mi, me volteó y veo a Ross.

—Hola Ross— le sonrió, veo como mamá y papá lo observan.

—Ophelia ¿no nos vas a presentar a tu amigo?—dice mamá mirándome.

—Oh si— toco el brazo de Ross—Él es Ross Brownbear, el Capitan del equipo de Quidditch.

—Un gusto señores Gastrell —les sonríe a mis padres—Hola Sam.

—Hola Ross— Sam le hace un movimiento de mano.

—Te veo luego—me mira, asiento con la cabeza.

Cuando Ross se marcha mis padres me miran.

—Es solo un amigo y tenemos que irnos, se irá el tren —digo mirando a Sam.

—Si—mamá se acerca y me abraza—Pórtense bien, los quiero.

—Nosotros también — le dice Sam—También te queremos papá.

—Yo también — se acerca papá y nos da un abrazo rápido.

Dejamos nuestros baúles en la entrada del tren y subimos, caminamos por el largo pasillo y entramos en un compartimiento que está desocupado. Por afuera pasa Lucius y Narcisa, nos dan una mala mirada.

—Que tal hermanos Gastrell—aparece John—Ya los extrañaba.

—Hola John—este toma asiento a mi lado derecho.

—¿Les gusto el cuadro?— pregunta mirándonos.

—Si, eres genial — le sonrió.

—Aquí están— entra al compartimento James, Sirius y Peter.

—Hola—los saludo con una sonrisa—¿Y Remus?.

—Tiene que ir en el vagón de los prefectos—dice Sirius, este toma asiento a mi lado izquierdo—¿Te gusto el collar?.

—Si—asiento con la cabeza—Gracias, es hermoso ¿te gusto el mío?.

—Si— me sonríe.

Abro mi libro en una página, pero sin querer me doy cuenta que está la carta ahí, la carta que Ross me escribió en la vacaciones. En la carta decía que había comenzado a sentir cosas por mi, que nunca había conocido a una chica como yo y que soy hermosa, también que no me asustara por los sentimientos que habían escritos aquí, él solo quería se supiera lo que él sentía.

Cierro el libro y miro a Sirius, no se que hacer.

(...)

Hemos llegado a Hogwarts, con los chicos bajamos del tren y caminamos hacia los carruajes, todavía no logro encontrar a las chicas.

—¿Te gusto el espejo?—pregunta James pasando su brazo por mis hombros en forma de abrazo.

—Es muy lindo ¿seguro que tu mamá no lo eligió por ti? —bromeó, él suelta una risa.

Alguien pasa junto a James y le da un pequeño empujón, es Snape.

—Lo que faltaba, que la molesta Ophelia Gastrell se uniera al tonto grupo de Potter — dice Snape para luego voltearse.

—Pronto te veremos Quejicus—le dice Sirius.

Nos subimos al carruaje vacío y comienza a andar, luego de varios minutos llegando al colegio.

Con los chicos caminamos hacia adentro.

—Aquí estas —aparece Lily junto a las chicas.

—Hola chicas — les sonrió— Las extrañe.

—Y nosotras a ti—Alice me sonríe—Ven, vamos.

Miro a los chicos.

—Los veo luego — digo para enseguida ir junto a las chicas.