Diecinueve.

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"Pero esta noche es la noche
en la que elijo distanciarme".

                            ...

—Aquí están—tomó asiento frente a James y Sam, estamos en la sala común—¿Que hacen?

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—Aquí están—tomó asiento frente a James y Sam, estamos en la sala común—¿Que hacen?.

—No puedo creer que tengo todos estos obsequios—sonríe Sam mirando la pila de ellos—Son muchos.

James me mira con una sonrisa.

Ya han pasado días desde que Sam despertó, la mayoría de los profesores lo han tratado especialmente creyendo que su golpe en la cabeza todavía necesita sanar un poco más, pero yo veo que él está bastante bien, ahora presume todo lo que puede e incluso tiene un pequeño grupo de admiradoras. Debido a los deberes que tuvo que presentar no tuvo tiempo de abrir sus obsequios, la verdad es que son muchos.

—¿Y donde está John?— pregunta mirándome—Le prometí que los abriría junto a él.

—Ni yo lo sé, John a estado bastante desaparecido estos días—digo mientras tomo una de las cajas entre mis manos y la agito, suena algo en su interior.

John a estado bastante desaparecido estos días, con suerte suelo verlos en las clases y a la hora de comer, quizás averigüe en qué pasos anda,  está bastante sospechoso.

—Dale esto a Lily— dice entregándome una caja de chocolates.

Con James intercambiando miradas y luego lo miramos a él.

—Solo porque quiso ayudarme en mi tarea ayer—le sonríe a James—No estoy interesada en ella.

Sam le da unos codazos a James mientras levanta sus cejas, niego con una sonrisa.

—Y está es para Alice—me entrega otra caja de chocolates—Hoy me ayudo con mi tarea.

—Lily y Alice no están para hacer tus tareas, Sam—lo miro molesta—Tu puedes hacerlas solo.

—Es que esa era bastante difícil —ladea su cabeza, James ríe.

—Tu tampoco lo ayudes — le doy un golpe a James.

—Vamos Sammy, abre ese —le señala James una caja.

Sam toma el paquete y lo observa por undo segundos en sus manos, tiene un lindo papel y parece que le tomo bastante tiempo a la persona.

—Dice que es de Amanda Fernsby—lee Sam la etiqueta—Amanda está en mismo año, es algo linda.

Este abre el paquete, deja ver unos cuantos chocolates y una nota, veo a Sam leerla.

—Lee esto James — dice Sam riendo—Léelo.

Sam le entrega la nota a James, veo a este leerla un poco para luego ver una sonrisa en su rostro.

—No puede ser—dice James tratando de contener la risa,  le doy una mala mirada y este se vuelve serio.

—No Es gracioso Sam, los sentimientos de una chica no son graciosos—le doy una mala mirada.

—¿Quien te escribió?— pregunta apareciendo Sirius, este se sienta junto a mi.

—Ten, léela —se la extiende Sam.

Sirius toma la nota  y comienza a leerla, este niega con la cabeza mientras tiene una sonrisa, se la extiende a Sam, pero antes que esté la tome se la arrebato de las manos.

—Es en serio Sam, basta— lo miro—No es necesario que se la muestres a medio colegio.

—Lo siento Ophelia— se disculpa—Ten Remus.

Sam le arroja unos chocolates.

—Si llega a salir una Amortentia James y los demás tendrán que ayudarte porque yo no lo haré — los apunto con mi dedo índice.

—¿Te gustaría ir al lago más tarde?— me pregunta Sirius de repente.

Me quedo en silencio por unos segundos, no puedo, no puedo hasta que olvide lo que siento.

—Tengo que estudiar con Mary, lo siento—miento, miro enseguida a los chicos.

—Oye Pe— me habla mi hermano —Ayer Ross me preguntó por ti, la verdad es que lo hace siempre, pero nunca te lo dije.

—¿Ross?— dice James mirándome  —Vaya Ophelia.

—¿Tú y Ross?—pregunta Sirius mirándome.

—No, solo e hablado un par de veces con él —respondo rápidamente—Nada más, no creo interesarle.

—Creo que si—responde mi hermano con la boca media llena, está comiendo chocolates.

—Cállate Sam— digo mientras le arrojó un chocolate.

—Ophelia y Ross — dice Remus mirándome con una sonrisa—Quien lo diría.

—Ya basta— me pongo de pie.

                           (...)

Me encuentro en mi cuarto leyendo un libro, la mayoría de mis compañeras ya están dormidas. Es bastante tarde, pero necesito terminarlo, es muy interesante.

De repente veo cómo algo de desliza por debajo de la puerta, es una nota voladora. Me pongo de pie y camino hacia allá, tomo la nota entre mis manos y la leo te esperamos abajo, ven rápido, enseguida la carta se deshace con una pequeña llama de fuego.

—Auch— susurro, niego con la cabeza.

Me pongo mis zapatos y un abrigo, salgo sigilosamente de mi cuarto y voy  hacia la sala común. Al llegar veo a los cuatro.

—¿Para que me necesitan?— pregunto en un susurro mientras me acerco a ellos—¿Como sabían que estaría despierta?.

—Remus dijo que te había presto otro libro—dice James.

—Para el que mandó esa nota, casi me quemo el dedo —les muestro mi dedo.

—Lo siento— se encoge de hombros Peter.

—Veras lo mejor del mundo, es nuestra creación —dice Sirius, me entrega un trozo de papel en blanco.

—¿Un papel?—pregunto mirándolos —Lamento decírselos genios, pero esto no lo inventaron ustedes.

Veo a a James sacar la varita de su bolsillo.

—Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas —pronuncia apuntado con su varita el trozo de papel.

De repente comienzan a aparecer escrituras y cosas en el trozo de papel.

—Los señores lunático, colagusano, canuto y cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el mapa del merodeador —leo el papel—¿Ustedes hicieron esto?.

—Durante todos estos años, ahora tiene sentido porque mirábamos algunas paredes —dice James sonriéndome.

—Esto es impresionaste—los miro sorprendida.

Never Let Me Go || Sirius Black|| Where stories live. Discover now