Parte 3

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Pov. Camila.

Justo ayer por la tarde recibí la llamada de la asistente del CEO de la empresa donde esperamos hacer negocios. Jamás me imagine que la cita sería tan pronto después de reunirme el día de ayer con la directora ejecutiva; la señorita Issartel.

Mi mente esta en otro lugar, me pone muy nerviosa esta reunión. Sé que no quiero el lugar de mi padre en la editorial, pero no por eso dejare que todo su esfuerzo y de mis abuelos se vaya a la basura.

Mis abuelos paternos llegaron a Estados Unidos sin saber el idioma, con 20 dólares en los bolsillos y sin un techo donde vivir. Rápidamente mi abuelo consiguió un trabajo repartiendo periódico casa por casa, además de otros trabajos como jardinero y recolector de basura por la noche, por su parte mi abuela limpiaba casas. Se quedaban en un refugio para indigentes donde les daban cena, techo y una cama para dormir. Afortunadamente y con mucho trabajo lograron ahorrar dinero para rentar un pequeño departamento. Con el tipo a mi abuelo se le fueron presentando más oportunidades en el periódico. Primero atendió un puesto en la zona financiera de la ciudad. Gracias a su amabilidad y carisma se fue ganando a los clientes que principalmente lo buscaban a él. Pronto su jefe al ver la clase de persona que era, lo coloco como supervisor de zona. Ahora no solo estaba al pendiente de ese puesto, si no de 15 más. Poco a poco fue subiendo en su trabajo, debido a la crisis económica que atravesaba el país en ese momento el mercado financiero bajo y muchas personas perdieron su trabajo. Mi abuela entre ellas, pero ellos no se rindieron. Mi abuela comenzó a preparar desayunos básicos como un sándwich y cafés con el estilo mexicano. Ósea un buen café de hoya. Ella acompaño a mi abuelo a supervisar los distintos puestos de periódicos y en esos momentos mi abuela aprovechaba para vender todos sus productos.

Ahorraron cada dólar que pudieron guardar, vivían de la manera más austera y carente de lujos que pudieron. Si no era sumamente necesario no lo compraban. Al paso del tiempo mi abuelo fue creciendo en el periódico, tanto así que ya trabajaba en las oficinas principales. Comenzó con el correo y recados para todos los reporteros o directivos de la oficina, pronto se convirtió en el asistente personal de aquel hombre de negocios. Dueño del periódico.

Un día aquel hombre cansado y decepcionado por la muerte de su esposa en el parto de su primer hijo. Donde los perdió a los dos. Decidió que vendería el periódico y se iría a vivir a Puerto Rico para vivir el resto de sus días. Mi abuelo le pregunto solo por curiosidad en cuanto vendería el periódico, aquel hombre viendo el interés de mi abuelo le dio el precio más bajo del mercado. Y aunque era bajo aun así mis abuelos no tenían lo suficiente, pero no se rindieron, pidieron un préstamo al banco y así pudieron comprar aquel periódico. Años de trabajo después mis abuelos decidieron hacer lo que es hoy en día Editorial Cabello. No solo estando en la rama de las noticias impresas y digitales, si no, que agregaron a diferentes autores para la publicación de libros.

Mi familia le debe todo a mis abuelitos, sin ellos nuestra historia sería diferente. Es por ello que estoy tan nerviosa de fallarles, tanto a ellos como a mi padre...

Llego al gran edificio de J&R Corp. Sintiendo un pequeño vacío en mi estómago, como un presentimiento extraño.

Al llegar a la recepción "chica sonrisas" me coloca el brazalete de identificación. Llego al piso indicado y al salir me topo con el mismo chico que nos llevó café a la señorita Issartel y a mí. Giro la cabeza al costado izquierdo y me parece conocer aquella mujer vestida con un traje negro e intentando parecer invisible. Sé que la he visto antes, pero justo en este momento no ubico de dónde.

El chico del café me da una sonrisa para después estrechar mi mano. Me informa que ya me está esperando la señora Jáuregui. Internamente lo agradezco me informara que el nuevo CEO es una mujer, al igual que me dijera su apellido. No quisiera quedar como idiota delante de ella como lo hice el día de ayer con la señorita Issartel.

Nuestro Destino - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora