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STAY AWAY FROM MY TOY
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Infiltrada como una espía, la princesa se escurrió en la Sala Común de las serpientes en puntitas de pies, camuflándose con la penumbra. Siendo casi las cinco de la mañana, la luna aún brillaba en su más alto esplendor.
Luego del arduo entrenamiento a lo largo del tiempo transcurrido, la primera competencia oficial de Waterflame se llevaría a cabo ese día temprano, justo antes del desayuno, solo para quienes querían ser espectadores del torneo. Cada Casa de Hogwarts estaría representada por un nadador, que en su mayoría eran sus respectivos capitanes.
Sabía que en cualquier momento los estudiantes se despertarían para atender al primer evento del deporte sudamericano, así que Maxine se apresuró para dirigirse a los dormitorios de los varones, donde llevaría a cabo a su plan.
La advertencia de America fue la causa de su insomnio. En efecto, había alguien en el castillo con el conocimiento de su don y, por supuesto, con las agallas suficientes para ponerlo a prueba sin importar arriesgar la vida de la vidente en el proceso.
Su primer sospechoso fue Tom, pues su confianza en él era tan endeble como Italia durante la Primera Guerra Mundial. Pero, luego de un mejor análisis, Maxine concibió que ningún sentido tenía que el heredero impulsara una profecía de la cual ningún beneficio obtendría, más que su dependencia de una mujer. Además, de haber tramado algo, posiblemente lo hubiera sentido. Y lo único que captó en ese momento, fueron sus celos revoloteando dentro de su cabeza mientras la Bringstone compartía miradas con Basilio.
Limitando sus opciones a los estudiantes de Slytherin y Gryffindor (con los que compartió la clase), se dio cuenta que era absurdo pensar que uno de los leones jugara con la vida de un estudiante. Mucho menos el pecoso, quien por la princesa hasta hubiera dado la vida.
Casi.
Quedándose entonces con la opción de que sólo un Slytherin pudo ser el causante del alboroto, la heredera emprendió su camino hasta la puerta de los chicos, deshaciéndose de todos los hechizos que la obligaban a retroceder de ese lugar.
La primera puerta que entreabrió, reveló a Rufus Lestrange junto a Thantos Avery. Con los cabellos alborotados y sus sonoros ronquidos, los castaños mostraban estar en un punto recóndito de sus sueños, muy lejos de querer despertar. La Bringstone entró a hurtadillas y desenfundó su varita. Obligó primero al prometido de America a que se despabilara tocando la punta de su mejilla. Avery se levantó sobresaltado y casi chilló al ver a la rubia frente a él. Maxine le indicó, llevando un dedo a su boca, que no dijera una palabra, y sacó de entre su túnica un pequeño frasco.
