Capítulo 1

420K 14.2K 6.5K
                                    

Hace poco me mude a un pueblo pequeño en Escocia con mi hermano James, la casa se encuentra cerca del bosque mas frondoso del país. Después del accidente mi hermano lo decidió creyendo que era lo mejor para mi.

En estos momentos me encontraba de pie esperando a no se que para decidir entrar a mi instituto nuevo, con mi pelo blanco largo y mi ropa negra. Cogí mi móvil de mi bolsillo para ver varios mensajes que me había mandado mi hermano recordándome que tenia que ir a la psicóloga del centro algo que no me apetecía.

El resto de estudiantes ya estaban entrando por la puerta hacia los enormes pasillos llenos de taquillas, yo me tomaba mi tiempo en terminar de encadenar mi moto y decidir a entrar. Iba con lentitud e intentando llamar la atención, cosa que no iba a funcionar, era un pueblo pequeña y yo era la nueva. Todos se giran a mirarme mientras que yo camino hacia la secretaría sin prestar atención a ninguna de esas miradas acusadoras de personas superficiales.

-Vaya vaya, pero si hay carne fresca- comenta una voz chillona a mis espaldas que proviene de un grupo de chicas esqueléticas, para mi gusto. La propietaria de la voz me estaba mirando con desprecio y una mueca en la cara al pasar su mirada por mi, de arriba a bajo.- Va a ser interesante tener un espécimen como tu.

El grupo de chicas a su alrededor se ríe ante el "chiste". Las miro con una mezcla de asco y curiosidad, esto es demasiado cliché. Seguramente sea el típico grupo de chicas que siempre van arreglador de arriba a abajo para llamar la atención de cada hombre con el que se cruzan y haciendo sentir inferiores a las demás.

-Vaya, vaya, va a ser interesante lidiar con un ser inferior como tu.- le respondo con toda la tranquilidad del mundo para que sepa que no voy a ser la típica chica tímida que se va a callar y a aguantar sus burlas despectivas hacia mi persona.

Por la expresión de su rostro, desencajado ante mi contestación, me parece que no esta acostumbrada a que nadie la cuestione alguna de sus burlas o " chistes ". Tenia prisa para ir a por mi horario, así que sin esperar a su respuesta me doy la vuelta y sigo mi camino a la secretaria para conseguir lo que iba buscando.

Un par de puertas mas alejadas de donde había visto al grupito de chicas, encuentro la secretaria. Nada mas entrar me encuentro con una mujer de avanzada edad, ocupada entre millones de papeles y mirando de vez en cuando el ordenador.

-Buenos días, soy Skyler Winchester, vengo a por mi horario. - le digo sin esperar a que se percatase de mi presencia. De verdad que quiero acabar con esto cuanto antes e ir a clase.

Levanta la vista para observarme y a continuación, sin decir una palabra, busca entre una pila de papeles, una de tantas, hasta que saca uno en concreto de color amarillento con mi nombre escrito arriba.

-Aqui tiene. -dice la secretaria de forma seca ante sus ganas de que desaparezca de su vista.

-Gracias.- digo al sonreír con suficiencia, coger lo que venia a buscar e irme.

Perfecto, mi primera clase Física y Química. Dios me odia y hoy me lo quiere demostrar en mayúsculas.

¿No me podía tocar Biología? ¿O Historia?

Camino con calma por el pasillo del centro escolar, no tengo ninguna prisa por llegar a mi clase correspondiente y ahora, que están los pasillos vacíos, es mas agradable caminar por ellos.

()

Estoy sentada en la fila de atrás, lo mas alejada de todo el mundo, observando por la ventana. Ya estamos en la tercera clase del día, Matemática, cuando se acabe tendré descanso y podre descansar de todo esto.

Las otras dos clases habían transcurrido con tranquilidad, tampoco me había relacionado mucho ni con compañeros ni con profesores. No estaba de humor para ello.

El sonido del timbre me he levantar de golpe de mi asiento, recoger mis cosas y salir sin pensármelo dos veces. Camino en dirección a las gradas del campo de fútbol. No es que me guste ver entrenar al equipo y a las animadoras, me es realmente indiferente. Pero parece el lugar mas tranquilo donde pedo estar el primer día.

Al llegar, subo hasta arriba del todo y me siento mientras saco el móvil. Cuatro mensaje de James, en los que me pregunta que tal me han ido las clases de hoy y si he ido a hablar con la psicóloga. Parece que no me conozca y sepa que no voy a tener ni una sesión con la psicóloga.

Bueno, a lo mejor una para dejarme claro que no necesito sus servicios.

Tecleo con las dos manos una respuesta adecuada para mi hermano sobre protector a la cual no obtengo respuesta porque a éstas horas estará trabajando.

Decido mirar la cancha de fútbol y veo como están entrenando, la verdad es que no parecen para nada malos. Todo lo contrario, parecen bastante buenos. De refilón veo a la chica que me ha hablado antes en el pasillo, la esquelética,que esta babeando por el capitán del equipo y practicando con las animadoras, y por la actitud que tiene parece ser la líder de esas muñecas de plástico. Perfecto, he contestado a la reina del instituto. Menudo cliché, enfado a la reina de las animadoras que se follará  a más de la mitad de todo el equipo de fútbol mientras mantiene una relación con el capitán, como no.

Sigo mirando la cancha hasta que decido que es demasiado aburrido y miro al cielo. Esta despejado, con pocas nubes, y puedo ver un calor azul claro en él, un color precioso. Las poca cantidad de nubes que hay en el hacen formas homogéneas de color blanquecido que poco a poco van formando objetos que puedo llegar a reconocer.

El timbre me despierta de mi trance indicándome que tengo que ir a hablar con la psicóloga.

*********

Estoy entrando al despacho de la psicóloga Fray, una mujer treintañera, pelo recogido en un moño desordenado y unas gafas royo secretaria. El vestido que lleva parece una segunda piel negra.

Su actitud al verme es de clara superioridad y es algo que hace que me hierva la sangre, acto que intento controlar solo apretando los puños.

-¿Señorita Winchester? Por favor, sientese.- señala con la mano una silla enfrente de su escritorio, donde decido sentarme sin decir ni una palabra. Empieza a revisar mi expediente que tiene en sus refinadas manos.- Me parece que tendría que venir mínimo dos veces por semana, con el accidente que sufrió hace dos meses y según esto...-revisa más hojas de mi carpeta ojeando cada detalle que contiene. - No ha querido hablar con nadie sobre lo sucedido excepto con su hermano.

-No hay nada de que hablar.- respondo secamente. Odio los psicólogos. Se piensan que lo saben todo, no les importa mi historia, solo quieren dinero. Así que no quiero contarle nada a ninguno de ellos. Puedo lidiar con este dolor yo sola, no seré ni la primera ni la ultima persona que lo consiga en este miserable mundo.-He venido aquí solo porque sabia que mi hermano había hablado con usted, así que quería decirle que ni vendré a ninguna sesión. Desde mi punto de vista no lo necesitó y no voy a cambiar de opinión.

Me levanto de forma brusca del asiento y salgo sin decir ni una palabra más. Se que James se enfadara conmigo al no querer hablar con nadie de lo sucedido que no sea con él, pero que se acostumbre.

Salgo del instituto distraída, sin prestar atención si hay algún profesor que me pueda ver irme en horario de clase. Aunque, sinceramente, me daría igual si me dijese algo.

Camino pausadamente hacia mi moto, para subir en ella poniéndole el casco y poder salir de allí. El simple hecho de pensar en el accidente me destroza por dentro, no creo que pueda vivir con lo que ocurrió.

Hijos de los Dioses  Where stories live. Discover now