Imposible |Ryomen Sukuna × (T/N)|

|Frío|

Itadori
—Oye, devuélveme mi cuerpo, ya han pasado los 3 días— Veía a Sukuna muy a gusto ocupando mi cuerpo todo el tiempo y no me fiaba del un pelo.

—Voy mocoso— tan pronto como lo dijo volví a tener el control de mi cuerpo.

—Que bien se siente — me estiré crujiendo todo mi cuerpo.

Decidí llamar a Gojo para informarle de que ya tenía el control y me encontraba perfectamente, pero, no cogía el teléfono. Llamé a Megumi, este si cogió el teléfono.

Llamada

— Hola, Megumi, ¿me echabas de menos? — habían sido tan solo 3 días, pero, habían parecido una eternidad.

— ¿Cómo te encuentras? — ignoró mi pregunta por completo.

—Oh, bien, bien, estoy como nuevo. ¿Por cierto sabes donde está Gojo? — Quería hablar con él también.

—Se ha ido a una misión esta misma mañana, no volverá en un par de semanas y estará incomunicado— me extrañó lo último.

— ¿Incomunicado dices? — no veía la necesidad de tenerlo incomunicado.

—Si, yo también me extrañe, pero supongo que será para que se concentre— La verdad no me convencía del todo lo que había dicho Megumi, pero ya daba igual, ya se había ido.

— Espérame en el jardín en una media hora, tengo que ir a ver a Ieiri —le colgué sin dejarle responder, ya que probablemente me habría dicho que no.

Fin de la llamada.

Bajé a toda prisa al sótano donde siempre estaba Ieiri, llegué a la puerta y toqué. Escuche un par de ruidos a través de la puerta, pero no le di importancia, al poco de sonar esos ruidos Ieiri abrió la puerta.
Mi boca se quedó en forma de "o" Al ver a un hombre alto y rubio un poco despeinado y con la corbata un poco torcida.

—¿Interrumpo algo? — dije más rojo que un tomate.

— ¿Qué? No, no, pasa, pasa. — me dejó pasar.

—He venido por lo de la revisión, ya han pasado 3 días—Me senté encima de la camilla de la estancia

—Oh claro, claro, por cierto él es Nanamin— miré al rubio y le sonreí, este solo hizo un movimiento de cabeza como saludo.

Ieiri empezó a hacerme muchas pruebas, incluso me sacó sangre.

—¿Qué era eso tan importante para que Narumi fuera a toda prisa hacia la escuela? Ni siquiera se despidió de nosotros— miré confuso a Nanamin

—Oh, es cierto, te pasó algo? — ¿De qué hablaban?

—¿Narumi fue a verte ayer no? — cada vez me confundían más.

—Eh... Yo acabo de tomar el control de mi cuerpo hoy— reí nervioso.

Vi como Nanamin y Ieiri se miraban preocupados.

—¿Y Sukuna? ¿Estuvo con ella?— La preocupación de Nanamin me tensó, ¿qué estaba pasando?

—¡Eh tú! ¿Has Estado con narumi?— una boca apareció en mi mejilla.

—¿acaso eres tonto? O es que no te acuerdas que no me quiere ni ver. —recordé la discusión que habían tenido, y el Corte de Narumi en la mejilla.

— Pero... ¿Entonces? — era la primera vez que veía a Ieiri tan preocupada.

—Voy a llamarla, estará bien— Buscó su teléfono en su bolsillo.