03.- (Fragancia)

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Las sábanas estaban mojadas una vez más, Florian creía que no era suficiente, ya se había venido tres veces con solo tocarse y nada parecía terminar con su celo.

Su mano salió de las sábanas, para alcanzar más papel y limpiarse, después de eso, su celular empezó a emitir el tono de llamada entrante, de nuevo sacó su mano para alcanzarlo, y contestó dicha llamada bajo las mantas.

-¡¿Qué quieres?!- gritó irritado cuando vió de quién provenía el llamado.

-¡Tengo tus supresores! El laboratorio los entregó más pronto, voy para tu casa, pero, hay mucho tráfico y no creo que pueda entregártelos personalmente, no quisiera hacerte daño- comentó Gun con inocencia y bondad.

-¿Dónde estás?

-Mmh, creo que estoy a cinco cuadras, tal vez llegue en una hora, pero no temas, ¡Gunner no te dejará solo en esto!

-Mándame tu ubicación- Florian salió de su cama con debilidad -iré por ellos, y no te estoy pidiendo consejo, es un aviso... Por favor.

No esperó nada, colgó la llamada espontáneamente y fue corriendo a buscar lo más abrigado que tuviera.

...

Las calles de la ciudad ya se encontraban bajo la luz de la noche, el atardecer apenas había empezado, y el castaño con suerte podía caminar por la ciudad, él en serio estaba necesitado de sus medicamentos.

Se cubrió completamente de ropa, y aún con eso, muchas personas podrían alcanzar a oler con intensidad su verdadero aroma.

El calor seguía apoderándose de Florian, las veces que jugó consigo mismo para bajar el celo, apenas lo ayudó a mantenerse de pie y poder caminar.

Caminó viendo el tráfico causado por un accidente de auto, nada que le importe, su verdadero propósito es llegar al auto varado de su mejor amigo.

Observó el auto color rojo entre el carril de la calle, de inmediato reconoció de quién era, porque, no todos los autos tenían una estampa gigante del escudo del Capitán América en el cofre.

El castaño corrió hacia la ventana del piloto de aquel carro, quedando justo en medio de la calle, entre el auto rojo y otro auto gris.

-Entregas Gun, rápidas y efectivas- dijo el platinado en su coche, fingiendo un comercial en el momento que le entregó a Florian una caja de plástico especial.

-Gracias, mañana paso a pagarte- añadió Florian de forma rápida, pues el olor natural de Gun, comenzó a hacerse presente para él, al igual que Gun empezaba a darse cuenta de la fuerte fragancia de su amigo.

-Es mejor que te vayas rápido a casa- finalizó el de lentes, nervioso, normalmente nunca está cerca del de ojos acaramelados en su celo, por precaución, y porque casi siempre toma los medicamentos a tiempo.

Florian se fue de ahí sin decir mucho más, volvió a la cera para regresar a casa lo antes posible y terminar con su sufrimiento.

Realmente, su calor y estremecimientos eran tales, que no se dió cuenta el momento en el que fue por el camino contrario, no miraba hacia enfrente, solo para abajo, evitando cualquier contacto visual con otras personas.

Sus piernas empezaron a temblar más, en cualquier momento iba a caer en medio de la calle, y si algún alfa lo encontraba en ese estado, lo más probable era que terminara en la cama de algún desconocido.

Pasó entre edificios y calles, y cuando menos se dió cuenta, un fuerte olor a cítricos inundó sus fosas nasales.

Para Florian, estaba oliendo demasiado bien, elevó la vista, dándose cuenta que había llegado a las empresas Lombardo.

Mi Seductora Venganza © |MSV#1|Where stories live. Discover now