Se busca [Mello x Near / Matt x Beyond]

Sólo por un día.

~¡Saludos queridas lectoras!♥

Discúlpen la espera pero le he puesto todos los kilos de amor y concentración a este capítulo así que esper les guste.

Enjoy! ♥~

Aquella mañana de sábado, Near abrió los ojos justo cuando el reloj marcaba las siete en punto. Desde el momento en que lo hizo, supo que ese día, era el día.

Sentándose en la cama, observó a Mello y Matt quienes seguían profundamente dormidos. En momentos como estos es que agradecía que fueran de sueño tan profundo. Estiró la mano hasta el pequeño buró que tenía a un lado y tomó su celular, que despedía una luz blanca de vez en cuando.

Sus manos sujetaron el artefacto fuertemente mientras miraba el recordatorio causante de la luz. Todos los años era lo mismo, esa sensación de que el cuerpo le temblaba, ese dolor de cabeza que lo acompañaría hasta que quedara dormido en la noche, siempre lo mismo.  Y lo peor es que jamás podría deshacerse de ello.

Con cuidado de no hacer ruido, se levantó de la cama y la tendió, procurando que el colchón no rechinase como había tomado por costumbre hacer. Caminó hasta el pequeño armario donde guardaba sus cosas y sacó un juego de ropa.

Después de un baño rápido, volvió a la habitación, encontrando con que los dos seguían igual de dormidos. Dejó su ropa sucia en un bote y tomó una mochila mediana de una sola haza que tenía  a un lado, echó una sombrilla pequeña junto con su cartera dentro y se la colgó. Finalmente  tomó los lentes obscuros que reposaban en el buró y salió del cuarto.

Esperó un par de segundos frente a la puerta por si escuchaba que alguno de los dos se hubiese despertado, para después mirar el reloj de pared que había colgado—. Las ocho —murmuró, asintiendo levemente y tomando la manija de la puerta.

El clima de aquella mañana, como solían serlo todas las demás, era un poco frío, con una brisa que removía las hojas de los árboles y levantaba la tierra que había por las calles. No le molestaba, aunque la mayoría se quejara de que el aire arruinaba sus peinados o que les metía tierra a los ojos, a él le daba lo mismo. Después de todo, nunca se peinaba realmente.

Había caminado un par de pasos cuando su verdadero “enemigo”, por llamarlo así, salió de detrás de una nube. Near frunció el ceño ante la luz que dio de lleno sobre él, hubiera deseado que el sol se mantuviese oculto, que por lo menos lo dejara en paz por ese día. Pero era tonto pensar en eso. Suspirando con hastío, se colocó los lentes y reanudó su andar.

Mantuvo el paso hasta llegar a la parada de autobuses donde había muy poca gente esperando, no le sorprendió después de todo, ¿quién se levantaba tan temprano en un sábado? Fue lo mismo al abordar el autobús, había muy pocas personas dispersas por todo el camino y muchos asientos vacíos por fortuna. Near caminó hasta el más alejado y se acomodó en el, recargando la cabeza en la ventana y cerrando por un momento los ojos, al final, tenía un poco de sueño.

—¡Bien merecida se tiene esa enfermedad! ¿Creía que podría librarse del error que ha cometido al traer este engendro?

Sin embargo, un sueño, o pesadilla más bien, le obligó a despertar abruptamente.

—¿Te encuentras bien? —Una mujer sentada tras él le preguntó, haciendo que Near brincara en su asiento ante la sorpresa que le llevó.

—S-Sí... —contestó, desviando la mirada del niño pequeño que la mujer cargaba—. Lamento haberla molestado. —Agregó, pensando que, de no hacerlo, lo miraría con más extrañeza aun.