Se busca [Mello x Near / Matt x Beyond]

Afortunadas coincidencias.

~Aish... perdonen por haberme tardado tanto, de verdad. Como lo expliqué en las otras historias, fueron demasiadas cosas que me sobrepasaron u.u

Espero puedan perdonarme, por favor.

Es un capítulo medio delicado así que~

Enjoy!~

—El sábado entonces —Matt sonrió, leyendo el mensaje que Beyond le había enviado.

Desde aquel día donde le había ayudado a atrapar a su gato Morket, Matt había empezado a hablar más con el extraño vecino de alado. Beyond Birthday había resultado ser alguien interesante que también llegaba a rayar en lo extraño, además de su fascinación con el comportamiento y cuerpo humano, gustaba de pasar tiempo con su gato en la comodidad de su casa viendo televisión, leyendo o hasta jugando videojuegos, algo similar a lo que él hacía. Su gato lo había encontrado agradable y le gustaba restregársele en las piernas cada que lo veía, le parecía gracioso pues el animal le hacía más cariños a él que a su mismo dueño.

—Pues me voy a trabajar —dijo en voz alta hacia Mello y Near que se encontraban en la mesa—. Los veré más tarde.

—Sí, sí —Mello había tenido muy mal humor los últimos meses, al parecer tenía un trabajo que le estaba quitando sus tan preciadas horas de sueño.

Near no respondió, sólo lo miró por unos segundos y después devolvió la mirada a su cuaderno, aunque pareciera desinterés, Matt había aprendido que era su manera de decir hasta luego. Sonriendo levemente ante sus compañeros de departamento, tomó su chaleco y mochila y salió.

Aquel día estaba levemente nublado y aunque él prefería los días un poco más soleados, le parecía agradable para caminar las diez cuadras que eran del departamento hasta el pequeño local donde trabajaba de lunes a viernes de cuatro a ocho de la noche.

—¡Matt! Temprano como siempre —un hombre de cabello negro canoso lo recibió con una sonrisa en cuanto lo vio aparecer en el marco de la puerta.

—Señor Wright —le sonrió, quitándose la mochila y dejándola detrás del pequeño mostrador—. Ya sabe, la ventaja de tener piernas largas.

—Juventud dirás —rio—, llegaron dos computadoras que necesitan cambios de pieza y una que, según su dueño, se trabó y apagó al poco rato.

—Cosa de niños —Matt rio, viendo las computadoras que tenía delante.

—Exactamente. Debo de pedirte un favor, la señora Madeleine dijo que su computadora se descompuso y ya sabes como siempre dice que no puede traerla aquí, me ha pedido que vaya a repararla —dijo, poniéndose una chamarra—-. ¿Podría encargarte el negocio por un rato?

—Claro que sí, sabe que no hay problema —asintió, bajándose levantándose los goggles para ver las piezas pequeñas.

—Si te llega demasiada clientela, prometo compensártelo —le sonrió, tomando una caja de herramientas—. Puedes cerrar temprano si quieres.

—Ah, sí soy capaz de cerrar normal —hizo un puchero que causo que el hombre riera sonoramente.

—Que niño, que niño. Nos vemos más tarde o mañana, depende qué decidas —se despidió, agitando su mano mientras salía.

Matt suspiró con una sonrisa antes de sentarse en el banco y comenzar a revisar la computadora. Su empleo se ubicaba en un modesto local donde se reparaban aparatos electrodomésticos, siendo mayormente computadoras, lo había conseguido cuando contaba con dieciséis años de edad y gracias a su amplio conocimiento en electrónica y computación. El dueño, un hombre llegando a los cincuenta y cinco años que tenía un solo hijo ya casado que vivía lejos, lo había acogido como aprendiz y enseñado muchas cosas que terminaron por encaminaron hacia la carrera que había escogido, más adelante le había confesado que le recordaba demasiado a su nieto y que tras todos estos años le tomó el mismo afecto.