iv. vii

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I'm not for your flirtations.


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Al caer los primeros copos de nieve Nina vio a una mujer en el suelo de un lugar que no podía reconocer, aún que tampoco era algo extraño debido a su condición, la figura femenina cayó de lo que parecía ser un segundo piso, su cuerpo se movía lentamente pero no lo suficiente para evitar que luego dejara de moverse por algo que no vio exactamente.

Un sueño como cualquier otro que ella podría haber tenido, pero la imagen de la joven mujer no pudo salir de su cabeza, algo que tampoco era muy raro debido a todas las imágenes que siempre se quedaban con ella, muchas de esas no eran tan agradables.

Sangre, gritos, llanto, eran tan solo una de las pocas cosas que podía estar segura recordaba luego de despertar de una pesadilla, sus manos se aferraban a las sábanas de su cama mientras su respiración era agitada, algo tan común y aun así nunca parecía estar acostumbrada a la sensación que quedaba con ella, un suspiro salió de entre los labios de la bruja mientras se volvía a recostar dejando que su mirada se enfocara en la ventana a unos pasos de ella.

El cielo empezaba a tomar un color más claro gracias a la llegada de los tenues rayos de sol, proyectando en las cortinas la sombra de los árboles que rodeaban la casa, todavía podía recordar la primera vez que estuvo en aquella casa, creando un sentimiento de nostalgia al recordar a Sirius.

La habitación que ahora pertenecía a ella era la misma que su madre estuvo preparando antes de nacer, la habitación que tenía una cuna y otras cajas la primera vez que la vio, si había algo que perseguía constantemente a Ella Barker era el no haber podido decir la verdad aquella vez cuando Sirius llegó a casa luego de aquella misión, Nina lo sabía, no tenía que decirle dos veces para sentir el remordimiento que carcomía a su progenitora.

La mano de Nina se movió un poco solo para tomar el peluche que su elfo doméstico le había entregado cuando ella regresó de su auto exilio en Francia, era el mismo que Sirius le había entregado cuando era un infante; un perro negro, algo que resultaba irónico. Sus dedos acariciaron el peluche antes de que lo abrazara y hundiera su nariz en el material, Nina creció como una persona que aceptaba su realidad y las cosas que pasaban, pero nunca bastaba el día en que inconscientemente pensara en lo que hubiese sido.

Ahí mientras parecía aferrarse al perro de felpa su cabeza imaginó como habría sido su vida si no hubiese pasado todo lo ocurrido, por primera vez desde que supo que su padre era Sirius Black se imaginó una vida con aquel hombre como su padre, pudo ver la familia que habría querido.

Un sollozo rompió el silencio de la habitación, Nina ni siquiera notó cuando las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas mojando a su paso lo que tenía entre sus brazos, su rostro se ocultó aún más en un fallido intento por detener las lágrimas.

Silhouette [2] ➳ Fred WeasleyWhere stories live. Discover now