iv. ii

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You know I would go anywhere.


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Las gotas de lluvia mojaban con fuerza la ventana de la mansión, Nina al igual que otras personas observaban con nostalgia como el clima incluso llegó a cambiar en aquella parte recóndita de Reino Unido. Para Nina fue una sorpresa darse cuenta el hechizo puesto sobre una puerta que conectaba con la casa de los Bonnaire en Francia donde otras personas se ocultaban y aquella mansión en medio de la nada en Reino Unido, era importante cuidar de quienes estaban en medio de donde Voldemort se hacía fuerte.

Una mansión en medio del bosque era donde Nina se quedó las últimas semanas, aun cuando Josephine le habría gustado tenerla en Francia por más seguridad ella decidió quedarse ahí junto a una amiga de los Bonnaire, la mujer quien respondía al nombre de Lauren solía decir que podía ver la muerte en Nina, no como una advertencia, si no como alguien que había perdido a demasiadas personas, el aura de Nina estaba rodeada de muerte.

— ¡Nikolina! —escuchó decir a sus espaldas, la mencionada sonrió ante la voz, al darse la vuelta logró ver la sonrisa de Aurore Baschet quien caminó hacia ella para abrazarla— Francis dijo que estarías aquí.

— Has viajado desde muy lejos.

— Con ese hechizo en la puerta se convirtió en segundos. —mencionó para restarle importancia, las manos de la francesa tomaron las de Nina— Lamento tu perdida.

— Esta bien, ya no duele tanto.

— Sé que duele, pero eres una persona fuerte, Nikolina Thom... Black. —ella alzó la mirada ante el apellido, no estaba acostumbrada, ni siquiera tenía la idea de tomar el apellido Black y la mención de este solo le hizo cuestionarse si aquello era lo correcto.

Muy en el fondo se alegraba de saber que el apellido Thompson no le pertenecía, estaba completamente extasiada de poder alejarse de aquella horrorosa familia, de aquel cruel hombre al que por años creyó su padre, pero todavía no estaba lista.

— Aun no... No sé.

— Oh, lo siento, creí que...

— No es eso, solo no lo había pensado, todos aquí me han escuchado presentarme con el apellido de mi madre y pensar usar el de Sirius... no es tiempo aún.

— Tienes todo el tiempo del mundo.

Pero Aurore no estaba segura de aquello, no tenía todo el tiempo, Nina fue consiente que tiempo era algo que una guerra no podía entregar a otros. Aquella misma noche pudieron ver como el tiempo estaba en contra de personas que ni siquiera estaban involucradas con su mundo, primero fue el extraño colapso del puente, luego fue la caída de un edificio con varios muggles dentro, las autoridades seguían investigando, pero Nina vio a los mortífagos destruir el lugar, no pudo advertirlo, simplemente pasó, una acción con la que aprendió a lidiar.

Nina no podía salvar a todos, las visiones no podían advertirle siempre incluso aunque ella lo intentara.



─ ✦ ─



El día que Nina decidió enfrentar las cosas llegó como un golpe, una mañana se despertó con los gritos de una niña que recibía la noticia de que su hermana mayor, la única que le quedaba de su familia fue asesinada, la pequeña tenía diez años y le hizo entender lo que todos decían.

— Necesito irme. —susurró Nina hacia Josephine quien veía a la joven bruja llorar en brazos de otro.

— ¿Estás segura? —preguntó apartando la atención de la niña y la vio asentir— Nina, tiempos oscuros se aproximan cada vez más rápido, eres una bruja extraordinaria, sé que puedes cuidarte tu sola, incluso cuidar del resto, pero quiero que tengas cuidado, no podemos confiar en nadie.

— Lo sé.

— Las puertas de este lugar estarán abiertas si necesitas ocultarte.

Nina asintió con su cabeza, Josephine sonrió y abrazó a la bruja dejando así que saliera por la puerta de la casa y pudiera ir hacia donde necesitaba, porque incluso aunque no se sintiera con toda la confianza su cuerpo emprendió su camino al callejón Diagon. Todo era sombrío, las tiendas estaban cerradas o destruidas quitando así cualquier rastro de lo que alguna vez fue un lugar alegre y concurrido.

Más la sonrisa en el rostro de Nina creció cuando vio como Sortilegios Weasley era la tienda que más llamaba la atención en todo el lugar, le preocupó su seguridad, no quería que los lastimaran y aun así no pudo evitar sentirse alegre ante la imagen del lugar. Lentamente caminó hacia la puerta y la abrió con cuidado como si tuviera miedo de lo que se iba a encontrar al otro lado.

La tienda era enorme, tenía varios productos que Nina podía reconocer con facilidad al haber sido parte de la creación o bien del producto final, el lugar estaba casi vacío, no había tanta gente como estaba segura habría sido en vacaciones. Los ojos de ella siguieron inspeccionando el lugar.

— ¿Necesitas ayuda? —escuchó decir a sus espaldas, Nina se dio la vuelta y negó con la cabeza ante una de las personas que parecía trabajar ahí.

— Estoy buscando a alguien. —dijo, pero antes de poder preguntar por alguno de los gemelos pudo ver a uno en las escaleras, la mirada de ambos se encontró, con un movimiento de cabeza se disculpó y se acercó lentamente hacia las escaleras— Hola. —murmuró solo para segundo después verse atrapada por los brazos de Fred Weasley, Nina dejó salir un suspiro antes de ocultar su rostro el cuello del pelirrojo solo unos segundos pues Fred se separó de ella solo para besarla.

— No intentes desaparecer. Por Merlín, te extrañé demasiado.

— También te extrañe, Fred. —susurró mientras acarició su mejilla suavemente— Creí que estarías molesto.

— Lo estaba, pero necesitabas tiempo para asimilar todo.

— ¿Lo saben? —Fred asintió— Bueno, eso hace las cosas más fáciles.

— ¿Lo hacen?

— No.

— Lo sabía, no tienes que fingir.

— ¡Sabía que había escuchado tu voz! —exclamaron detrás suyo provocándole que se asustara ante la repentina voz.

— ¡No vuelvas a hacer eso! —chilló mientras golpeaba al otro pelirrojo, George soltó una carcajada y la tomó entre sus brazos para darle la bienvenida, una vez abajo su mano despeinó su cabello como siempre lo hacía— Deja de hacer...

— Córtame la mano. —interrumpió

— No me retes. —amenazó, pero George solo sacó su lengua— La tienda se ve genial.

— Tuvimos un poco de ayuda, Caitlin se ofreció a ayudarnos, necesitaba mantenerse entretenida en algo.

— ¿Cómo está?

— Está mejor, pero dijo que te golpearía cuando te viera.

— Lo veía venir. —comentó mientras George caminaba con ella hacía un lugar más apartado, Fred caminando detrás de ambos— ¿Han visto a....?

—Suele ir a casa, todavía está ocultándose. —respondió Fred— Tienes que escucharla.

— Lo sé, pero es difícil hacerlo.

— Tampoco puedes huir siempre.

— ¿Qué opinas sobre el viaje a Suiza Fred? —preguntó evadiendo el comentario de George, Fred a su costado río sabiendo que la pregunta solo era para demostrarle que podía ocultarse todo el tiempo que quisiera.

— Sabes que iría a cualquier lugar.

— Ambos son repugnantes. —murmuró George y la pareja río.

Silhouette [2] ➳ Fred WeasleyWhere stories live. Discover now