iv. viii

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Don't lie.


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Nina estaba segura de solo una cosa: la calma antes de que algo sucediera. Era algo indescriptible, algo que definitivamente consideraba único y eso fue lo que percibió en Clarisse Moreau cuando habló sobre lo que sucedió hace unos días en aquel teatro, ella describió una vida como la de cualquier otra persona que vive en la ignorancia de lo que pasa en el mundo, una vida que al parecer no podía ser, al menos no para ella en ese momento.

Nina pudo sentir empatía por la bruja francesa, sabía lo que era desear algo y no poder cumplirlo por las circunstancias que atravesaba, sin embargo, Clarisse mostró muy poca importancia ante lo que pasó y tuvo envidia de ver como se levantaba con una sonrisa y agradecía la ayuda, había algo curioso en ella, algo que no podía decir pero que de igual manera Nina pudo ver otra cosa, porque ella también ocultaba cosas que no esperaba decir.

— Me agrada. —dijo Caitlin en un susurro cuando vio a la francesa desaparecer por la puerta junto a Josephine— Debería invitarla a tomar un café, escuché que quiere estudiar diseño.

— A veces eres demasiado sociable para mi gusto.

— Mira quien habla. —molestó mientras tomaba del brazo a su amiga y caminaban hacia el lado contrario de donde se fueron las otras dos mujeres— Es bueno saber que estuviste segura todo este tiempo.

— Les dije que estaría bien.

— Lo sé, es solo que fue tan de repente.

Nina observó de reojo a Caitlin cuando aquellas palabras salieron de su boca en un susurro que estaba segura esperaba no escuchara, pero que a la cercanía era difícil no hacerlo, más no dijo nada y sonrió para seguir con el recorrido hacia la salida.

De repente, eso era como siempre describía una las voces en su cabeza, porque así fue cuando predijeron la muerte de su primo, podía llamarlo espontáneo, pero no era así, eran muy pocos sucesos a las que podía considerar de esa manera y eran las que más le dolía recordar, es entonces que decidió tomarlo como la calma antes de la tormenta.



─ ✦ ─



Fred y George observaban a Nina jugar con un bolígrafo desde uno de los rincones como si ellos fueran los depredadores y ella su presa, y su mirada fue difícil de ignorar, pero aun así intentó no hacerles saber que sabía que estaban a la esperaban que comiera el dulce en el bordillo de la mesa.

Fred lo dejó una vez que su madre se acercó emocionada a abrazar a Nina, un abrazo maternal que siempre la recibía cuando estaba en la madriguera.

— ¿Qué me va a pasar? —inquirió luego de soltar un suspiro y tomar el dulce entre sus dedos observando a los gemelos quienes se vieron entre ellos.

— ¿Qué te hace creer eso? —cuestionó George con una ceja alzada, Nina imitó su acción.

— Fred hizo lo mismo cuando Caitlin fue víctima de su broma en quinto. —George miró a su gemelo como si estuviera a punto de golpearlo, Fred en cambio se acercó a Nina para apretar sus mejillas.

— ¿¡Cómo puedes recordar algo así!? —chilló el pelirrojo, Nina azotó su mano en juego.

— Caitlin creyó que fue mi culpa y no suya, me dejó un trauma emocional.

— Caitlin... —dijeron ambos gemelos antes de que George con una sonrisa tomara el dulce entre sus dedos y saliera hacía el salón donde podía escuchar a la mencionada hablar con su padre sobre cosas muggles.

— George fue un gran amigo, una lástima.

— ¿Tan malo fue? —cuestionó, pero entonces el sonido del grito de Caitlin y el azotar de la puerta dos veces le dio la respuesta, la pareja se levantó con rapidez para ver por la ventana como Caitlin se lanzaba hacia el pelirrojo y lo tacleaba enviándolo al suelo.

Nina regresó a su posición en la mesa donde volvió a tomar el bolígrafo.

— ¿En qué piensas? —volvió a preguntar Fred ignorando el grito de ayuda de George en el exterior.

— ¿Qué te hace creer que pienso algo? —cuestionó y Fred le señaló el libro con un dibujo de lo que estaba seguro era la torre de astronomía y la silueta de un hombre— Solo es algo que vi.

— Deja de alejarme.

— Lo siento. —susurró y sin saber exactamente la razón o el motivo de que estuviera disculpándose, Fred soltó un suspiro y tomó de su mano para atraer su atención a lo que Nina solo pudo fingir una sonrisa— La vida sería mucho mejor si no supiera lo que se ahora, es mejor cuando vives en la sombra de lo que en realidad pasa fuera de estas cuatro paredes.

— Todavía podemos huir a Suiza y fingir que no sabemos nada.

— ¿Y cuánto tiempo va a durar eso? ¿Cuánto tiempo hasta que...?

— Vamos a fingir todo el tiempo que queramos, podremos ocultarnos.

— Tu cabello no puede ocultarse en muchos lugares. —Fred puso los ojos en blanco, pero ella sonrió antes de acercarse y poner su frente en el espacio entre su cuello y hombro— Me gusta tu cabello.

— No mientas, puedo recordar todas las veces que dijiste odiarlo.

— ¿Lo hice? —preguntó y Fred picó con su dedo su estómago, a lo que Nina se separó de él y alzó su mano para despeinarlo solo con la intención de conseguir aquella mueca que ponía cuando ella tocaba su cabello, la sonrisa volvió a crecer hasta que la puerta volvió a sonar abruptamente y la hizo asustar.

Fred no vio la manera en que quitó su mano o como un escalofrío invadió su cuerpo, no pudo ver el miedo cruzar por sus ojos cuando una sensación recorrió su cuerpo al sentir un susurro colarse entre sus pensamientos al tocarlo, en su lugar solo la vio levantarse y abrazar a su hermano, quien solo se quedó callado al ver el terror surcar sus ojos al no percibir nada en el menor.

Los presentes solo vieron un reencuentro, pero Tyler sabía que Nina estaba comprobando algo, pero no encontró nada más que el mismo miedo e incertidumbre que la invadió cuando Cedric o Sirius murieron.

Silhouette [2] ➳ Fred WeasleyWhere stories live. Discover now